Hoy tengo antojos de comer algo con sabor a viernes después de un largo día de trabajo. Así que llamé a mi abuela y le pedí la receta de su riquísimo pastelón de carne molida. Usualmente ella lo hace para seis personas, así que cuídese de contar bien a quienes le acompañarán a degustar este plato cuando lo cocine para que nadie se quede sin una “probadita”.
Los ingredientes que necesitamos son los siguientes: 5 plátanos maduros, 12 huevos de gallina (del país, para apoyar a los nuestros), 1 paquete de carne molida, salsa de tomate (de su preferencia, pero recuerde que con Goya tiene que saber bueno), sofrito (hecho en su casa o comprado), cebolla y ajíes. Claro, si para sazonar la carne molida usted utiliza otras cosas, pues las debería añadir a su lista, pero abuela lo hace así.
Comenzamos guisando la carne, echándole el sofrito, la cebolla y los ajíes picaditos y la salsa. Si gusta, le puede echar queso o queso crema, pero abuela me dijo que ella no le echa y le queda buenísimo. Mientras se hace la carne, vamos picando los plátanos en forma horizontal y echando los pedazos que surjan a freír. ¡Recuerde no quemarlos! Si domina la cocina, puede aprovechar el tiempo y batir los primeros seis huevos para hacer la tortilla 1, sin olvidar que los plátanos se están friendo. Una vez los plátanos estén fritos y la tortilla 1 esté echa, procedemos a hacer la tortilla 2 con los seis huevos restantes. Cuando viremos la tortilla para que se cocine del otro lado, aprovechamos para colocarle varias lascas de plátano encima, cubriendo totalmente la tortilla. Luego, continuamos vertiendo la carne, cocinada completamente, y, encima de la carne, las lascas de plátano restantes. (Recuerde cubrir la tortilla con los plátanos, los plátanos con la carne y la carne con los otros plátanos.) Finalizamos nuestro montaje con la tortilla 1. Una vez esté todo amontonado, utilizando otro plato y con mucho cuidado, viramos el pastelón para calentar la tortilla 1.
No sé usted, pero acompañaría este plato con un frappé de frutas mixtas como el que bebemos en casa, pero ya eso es receta para otro día. ¡Buen provecho!