Tres micro cuentos

Creativo
La eternidad de Julia “Negra, caribeña, poeta… nadie te recordará.” La patria isleña defendida intentó desterrar su voz. Su poesía fluía empoderada, más el frío exilio marchitó su ruta. Falleció anónimamente sola. Días después, un río de versos infinitos fluyó desde su cuerpo hacia las rocas de su archipiélago, poblándose de su nombre: Julia.
El duelo de Penélope “Siempre te esperé. Vivo acompañada de tantos olvidos. Nadie me conoce ni escucha, solo tú. Mi mejor recuerdo será cuando estemos juntos…” Lamentaba diariamente la anciana ante la tumba de su marido. “Regreso mañana, amor”. Recogió su bolsa de papel y se acurrucó en un banco de la estación abandonada. La casa de la laguna Papá nos prohibía ripostarle, usar pantalones y jugar en el jardín, reseco por años de sequía. “Soy el rey del gallinero, las mujeres hablan cuando las gallinas mean”. Protestamos hermanadas, empantalonadas. Intransigente, nos dejó con los abuelos. Al regresar una laguna amarilla rodeaba la casa. Papá nos saludó remando, “hablemos…”.