Son películas que de ordinaria no veo. Me gustan, pues son parte de lógicas de producción cinematográficas muy costosas, que se hacen para mantenernos enchufaos en el mundo del consumo, el entretenimiento, y sobre todo, en la distracción. No obstante, en esta última realización hay un ángulo que vale la pena pensar, discutir y reflexionar. En particular, el tema de la mujer-mercado, construido a partir del capital y los sistemas mediáticos.
Dr Strange in the multiverse of madness (Dir. Sam Raimi, EE.UU., 2022), es una película en serie de franquicias de Marvel Comics. Si usted la va a ver, es porque conoce todos los episodios previos que se discuten en la película y realmente no tienen relación con el presente. Es decir, estas películas son de “grupies” y de personas que están metidas en el culto (cult) de los personajes y la trama. Para personas advenedizas como yo, difícil de seguir.
Por lo tanto, Dr. Strange, personaje profundo del mundo de los comics, tiene una nueva generación en el actor Benedict Cumberbatch, quien lo personifica ahora. Dicho esto, si a usted le gusta el personaje, y se metió en la trama, entonces a usted le gustó la película. Pero si no conoce todos los referentes, tiene que preguntarle a su vecino en el cine que es lo que está pasando. La película es como un laberinto informativo. Sea meramente una película, pero los referentes hacen de la misma, un laberinto complejo y multiverso (o muti-universo).
Finalmente, lo que no esperaba, y menos del director Sam Raimi, fue el final. Jamás pensaría que esta película termina como un homenaje a la mujer, a la madre, y al bienestar de la familia monoparental. La mujer mercado de entretenimiento. En fin, que Hollywood, lo que queda de esta ciudad, es siempre un lugar sorpresivo.
En fin vayan a ver la película. Adelante.