El estado y su responsabilidad vial negligente

Caribe Hoy

El estado, tanto el gobierno central como el municipal,incurre en negligencia diaria al descuidar su responsabilidad de mantener las carreteras del país en buenas condiciones y alumbradas.  Esa negligencia a quien afecta, como todo en este país descalabrado, es a los ciudadanos y residentes.

 

En particular el Municipio de San Juan, parece una zona de guerra, donde a lo largo y ancho de toda la ciudad, los huecos en la carretera son la orden del día.  Podrá decirse que el incumbente de la Alcaldía está tomando acción en ese sentido y que ha otorgado múltiples proyectos para repavimentar diversas áreas.  El problema se trata de la manipulación de la publicidad.  Se han puesto rótulos promulgando “tus calles al día”, para crear la impresión de que se están tomando las acciones correctivas y adecuadas para, de una vez por toda, corregir esta situación vial.  Sin embargo, una mirada cercana, sugiere que esto no es del todo correcto. Peor aún, esa mirada levanta dudas de cómo se están usando los dineros presupuestados para estos quehaceres.

 

Un ejemplo es en el área de Dos Pinos en Río Piedras.  Hace tres o cuatro meses instalaron un cartelón grandísimo que da a la Avenida Piñero y proclama lainversión de $232 y pico mil dólares para la “Repavimentación de la Urbanización Dos Pinos”, como parte del programa de Tus Calles Al Dia.

 

El estado de las carreteras de esa urbanización es realmente es penoso.  Particularmente lo es el área aledaña de la urbanización de Valle Universitario, que es una de acceso principal a la Avenida Barbosa para los residentes de esas urbanizaciones. En Valle Universitario, una comunidad de recursos económicos limitados, los cráteres son innumerables lo que hace casi intransitables esas calles.

 

Una mirada cuidadosa al letrero ubicado en la entrada de Dos Pinos, indica en “letras pequeñas Avenida Muñiz Souffront y Calle Dr. Lopez Sicardo. Al parecer el rotulo notificando el proyecto de repavimentación, los residentes en general, pensaron que efectivamente la Urbanización Dos Pinos seria repavimentada en su totalidad.  La notificación y la suma invertida para el trabajo sugería que ese sería el caso.  Poco después que apareció el cartelón llegó un equipo para asfaltar las calles.

 

Para frustración de los residentes, solo se asfaltaron las dos calles anunciadas en las letras pequeñas, que son de dos carriles y dan acceso principal para las comunidades de Dos Pinos y Los Maestros.  Sin embargo, estas no son unas avenidas mayores de múltiples carriles, para que la inversión en su repavimentación fuese tan costosa.

Lo peor es que no habían pasado ni dos meses de hechos los trabajos y la Ave Muñiz Souffront tiene huecos significativos en el asfalto.  A parte, el asfalto tirado alrededor de las alcantarillas es tan alto que se crean hondonadas que ponen en riesgo a los conductores.

 

La crítica que hacemos es en el sentido de que tanto el gobierno municipal como el central, conceden contratos leoninos a compañías privadas (posiblemente de amigos del alma) que cotizan precios altísimos para realizar las tareas.  Luego las ejecutan con materiales inadecuados y de forma deficiente o chapucera.  Entonces, hay que preguntar ¿dónde está la supervisión del gobierno para adjudicar estos contratos y para asegurarse de que la ejecución de los trabajos sea una correcta y de calidad?

 

En vista de la corrupción rampante del país y de las componendas entre empresarios privados y los gobernantes, tenemos que cuestionarnos quien se está beneficiando de los dineros dispuestos para arreglar nuestro sistema vial.  También tenemos que cuestionarnos el discrimen contra comunidades con menos poder económico, donde el transitar por ellas es todo un malabar diario.  Por último, y no menos importante, tenemos que cuestionar el menosprecio del estado hacia la seguridad de sus ciudadanos y los bienes de estos.  Cada vez que nuestros vehículos transitan por las carreteras del país bajo las condiciones deplorables en que se encuentran y sin iluminación adecuada, el riesgo de sufrir un accidente personal, de que el vehículo sufra daños o se exploten las gomas es uno altísimo. Mientras hay quienes se les adjudican contratos para “poner las calles al día” y hacen trabajos deficientes. ¿No puede llamarse a esto también corrupción?