Joebell and America o un cine profundamente caribeño

Cine caribe

Cuando caminaba por su casa, en el pasado mes de agosto, solo se me ocurrió hacerle una pregunta.  En su fuerza que ahora es fragilidad, uno de los más grandes escritores del caribe aún con vida, Earl Lovelace (T&T, N. 1935), y ante mi cámara irrespetuosa, le pedí que me descifrara el misterio de su cuento. ¿por qué la inmigración Yankee, arrestó a Joebell en Puerto Rico?  Muy sencillo, porque al pronunciar la letra Z del abecedario lo hizo como un Westindies, y  no como un Daddy Yankee.

Joebell and America (Dir. Asha Lovelace, Trinidad y Tobago, 2004) es uno de esos filmes que la audiencia en Puerto Rico nunca tuvo acceso.  Será por la falta de interés o por la falta de comunicación caribeña, pero no tuvo conexión con esta película, la cual es una de las más importantes contribuciones realizadas al siempre emergente cine regional caribeño.

La película está inspirada en uno de los cuentos de la narrativa caribeña, más reconocido de los pasados 70 años (post segunda guerra mundial). El mismo, bajo el mismo nombre de la película, fue escrito por Earl Lovelace, a quien tuve la dicha de entrevistar recientemente.  El cuento lo había conocido en el 1991, cuando acababa de mudarme a Africa del Sur, y en el Congreso de los Escritores de Africa del Sur (COSAW por sus siglas en inglés), lo conocí. Me quedé impregnado con la astucia de este cuento, el cual nos permite comprender la historia del colonialismo, el racismo, la exclusión y marginalización, en un Caribe post-colonial.

En la película, Joebell es un buen bambilan caribeño (en la apreciación de los mayores, un vago). Este vive del chiripeo, y apostar a que su vida cambiara. Un día conoce a la mujer de sus sueños, a la cual le promete un futuro mejor en America. La América de los sueños de tantos y tantas en el Caribe. Entonces, le promete a su “novia” llevársela con él cuando se asiente en los EE.UU. y pueda ofrecerle la casa de sus sueños. Para realizar todas sus aspiraciones, participa en los juegos de cartas de apuestas ilegales.

Habiendo ganado las apuestas, se confronta con un problema. ¿Cómo entra a los EE.UU.? Pues tiene que ir a los EE.UU. vía Puerto Rico. ¿Por qué? Porque los caribeños reconocen que un negro siempre es un negro, mientras que en los EE.UU., un negro es distinto a otro negro. Y en un caribe tan convulso, Joebell pierde de perspectiva que los boricuas para asuntos de inmigración piensan como americanos. Y para que la humillación en su arresto sea un poco más placentera, le hacen recitar el alfabeto, en ingles americano.

En fin, esta película hay que verla.  Es una buena interpretación del cuento original, y es una buena puesta en filme de un tema tan caribeñista como lo son los procesos migracionistas. ¡A verla sin reparos!