Death and the Maiden un recuerdo sobre la vista justa

Cine caribe

Es una de las películas que más he visto. Bueno, bueno, luego e Blade Runner (Dir. Ridley Scott, EE.UU., versión 1992). Pero esta película la he tenido que ver com  parte de los procesos educativos y formativos en los cuales pertenezco.  Ahora bien, ¿por qué la veo?  Porque siento que la misma nos lleva a los límites de la vida ética, así como a definir qué es lo justo. Sobre todo, cuando uno tiene de frente a la persona que más daño le ha causado a uno, y decide darle vida y no muerte.

Death and the Maiden (Dir. Roman Polanski, EE.UU., 1994) es un interesante filme sobre la vida luego del regreso a la democracia en un “país latinoamericano”, que presumimos es Chile. En el mismo se nombre la comisión de la verdad para entender los crimenes del pasado, y Gerardo Escobar (Stuart Wilson), el abogado defensor de las víctimas de la dictadura, asume su puesto sin contárselo a su esposa, Paulina Escobar (Sigourney Weaver).  Aquí empieza el conflicto de la película.

Luego Paulina Escobar (Weaver) comienza a destapar su vida, el sufrimiento de haber sido víctima de la dictadura, y va descubriendo entre otras cosas, a su custodio en cautiverio, el Dr. Roberto Miranda (Ben Kingsley).  Este, que por infortunios de la vida, termina en su casa, junto a su marido Gerardo Escobar (Wilson) bebiendo ron, y hasta quedándose a dormir allí. Aquí se da la segunda crisis de la película que es la que desarrolla el filme.

Ante la relación de desprecio entre Paulina, Gerardo y Roberto, se desarrolla un filme que es muy interesante y muy complejo a lo largo de la película.  De Death and the Maiden es uno de esos grandes filmes que nunca dejan de ser importantes, y donde se discute a profundidad el tema de la ética de la vida, la justicia y sobre todo la verdad.

¡Verla!