Que la Marina norteamericana se fuera de Vieques y de la Base de Roosevelt Roads en Ceiba

Agenda Caribeña
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Un día como ayer, el 19 de abril, una bomba lanzada por alguien que la Marina norteamericana ha rehusado identificar, mató a David Sanes y dio inicio a un movimiento de pueblo que tras muchos arrestos de puertorriqueños de diversas tendencias logró lo que parecía imposible, que la Marina norteamericana se fuera de Vieques y de la Base de Roosevelt Roads en Ceiba. Este artículo del periodista Julio Giglioty en El Nuevo Día describe este suceso histórico y es un homenaje póstumo a ese excelente compañero periodista ya fallecido cuya crónica ocupa un lugar muy importante en la historia de Puerto Rico:

"El sol bajaba en todo su esplendor ese fatídico 19 de abril de 1999 cuando los dos aviones de caza FA-18C del escuadrón VMFA-251, a bordo del USS John F. Kennedy, despegaron del portaaviones a eso de las 6:00 p.m. en las aguas cercanas a Vieques.

A 18,000 pies de altura, el piloto del segundo avión de caza, un teniente primero en su segundo despegue de un portaaviones para prácticas con municiones y el primero que hacía de noche, acomodó su nave al lado y un poco detrás del primer avión. Subieron a 25,000 pies y se dirigieron al área de tiro localizada en la punta este de Vieques.“Objetivo Vieques, T-bolt 26”, dijo el piloto al mando del vuelo al RCO por su radio transmisor media hora después. El piloto, un capitán, informó al RCO, ubicado en el puesto de observación en el Cerro Matías desde donde podía ver toda el área de tiro, que encabezaba un vuelo de dos aviones de caza cargando dos bombas de 500 libras cada una.

“Quisiéramos hacer, lo más probable, dos pases”, transmitió el capitán segundos más tarde. “Entendido”, fue la respuesta que chisporroteó por sus audífonos.

Casi inmediatamente, el R C O preguntó si habían identificado los blancos que iban a bombardear y, específicamente, el puesto de observación. “Estamos a unas 20 millas hacia el norte; lo tendremos tan pronto lleguemos allí”, contestó el capitán“O.K., señor, su primer pase, será ‘frío’ o ‘caliente’?”, preguntó el RCO, indagando si dejarían caer las bombas o no en el primer pase.

“Caliente”, dijo el capitán.

Los dos aviones caza continuaron volando hacia el sur con la intención, según explicó el capitán al RCO, de hacer un pase en pareja viniendo a una altura entre 15,000 y 18,000 pies. El primer avión bombardearía el “convoy del norte” mientras que el segundo avión bombardearía el “depósito de combustible.

IDENTIFICADO EL OBJETIVO

A las 6:36 p.m., el capitán informó al RCO que había identificado el blanco y el puesto de observación. Luego, se comunicó con el teniente que pilotaba el segundo avión de caza, en una frecuencia que no puede escuchar el RCO, para indicarle que estaban a sólo tres millas del área de tiro y que verificara que había encendido las luces externas de su nave para que el personal del puesto de observación los pudiera ver en la penumbra. Concluyó diciendo que “estas nubes, no se ve muy bien ahora mismo”. El capitán volvió a comunicarse con el RCO cuando estaban cinco millas al sur del área de tiro. Luego, volvió con sus instrucciones al otro piloto. “Si está oculto (el blanco), sabes, obviamente, no las dejes caer a través de una nube”, le advirtió.

“Delantero, está… está caliente?”, irrumpió la voz del RCO en los audífonos del capitán, quien, como piloto al mando, es conocido como el “delantero”

“T-bolt 26 está adentro”, respondió, indicando que había iniciado su primer pase. “Vía libre, vía libre”, dijo el RCO, autorizando a los dos pilotos, que hacían el pase en pareja en ese momento, a dejar caer su primera bomba. Eran las 6:43 de la tarde.

SIN BOMBAS EN EL PRIMER PASE

Ninguno de los dos, sin embargo, soltó bombas. En su declaración al investigador de la Marina, el teniente dijo que cuando se acercaban desde el sur, parte del área de tiro estaba cubierta por nubes. “El delantero y yo interrumpimos nuestro pase cuando quedó claro que no funcionaría un curso de elevada altura”, dijo, indicando que habían iniciado el pase a una altura de 19,000 pies y 18,500 pies, respectivamente.

La imagen grabada por el radar infrarrojo del segundo avión (T-bolt 27) indicaba que el blanco designado estaba en un punto entre el polvorín, la punta norte de la pista de aterrizaje y el depósito de combustible, pero más cerca de la esquina sudeste del margen alrededor del polvorín. Tras el fracasado primer pase, el capitán le informó al teniente que harían el segundo a una altura baja, de alrededor de 8,000 pies.

“Sólo escoge algo que puedas ver”, le dijo mientras volaban un curso circular sobre el área de tiro.

El capitán comenzó a recordarle que “no podemos dejar caer…” pero no concluyó el pensamiento.

Presumiblemente, se refería a que no podían soltar las bombas en las áreas fuera de los límites que enmarcan el área de tiro hacia el este y el oeste.

El puesto de observación en el Cerro Matías se encuentra tres cuartos de milla al oeste de la frontera occidental del área de tiro.

“Si quieres simplemente trabajar al otro lado del círculo, eso funcionará”, dijo el capitán, refiriéndose a que se ubicara al otro lado de la trayectoria circular de vuelo sobre el área de tiro. En comunicación con el RCO, el capitán confirmó que podían dejar caer sus bombas sobre la pista de aterrizaje simulada, pero no sobre el sistema simulado de misiles “SAM” en el este del área de tiro. No les informó, sin embargo, que harían pases individualmente.

Descendieron a 8,000 pies de altura y ajustaron el instrumento llamado “radalt” -una combinación de radar con altímetro- para 2,500, que era la altitud más baja a que llegarían en la picada del pase de bombardeo antes de comenzar a subir y regresar a la trayectoria circular sobre el área de tiro.

GRAN NUBOSIDAD

"Verifica que sigues visual”, le dijo el capitán al teniente. “Visual”, confirmó el teniente. “Lo único que puedo ver es SAM Este.

Ya has podido escoger algo?”, preguntó el capitán. “No, todavía nada”, respondió el teniente, añadiendo que “todavía estoy con el viento”. Eran las 6:45, hora del crepúsculo del día, esa zona gris de transición a la noche. Había nubosidad dispersa a 4,000 y 7,000 pies de altura, pero la visibilidad, según el informe meteorológico de la Base Naval Roosevelt Roads en Ceiba, era “sin restricción”.

En ese momento, el RCO, que había supervisado la sesión de entrenamiento anterior -una práctica de cañoneo desde un barco naval hacia blancos en el área de tiro-, regresaba a la torre de control dentro del recinto del puesto de observación y vio a David Sanes Rodríguez patrullando cerca de la verja. Fue la última vez que lo vieron con vida.

Mientras, el piloto delantero realizaba su segundo pase soltando una de las dos bombas que cargaba sobre el “convoy del sur”, localizado cerca del extremo sur de la pista de aterrizaje simulada. “Justo en el blanco”, le avisó el RCO al capitán a las 6:46:24.

“Estoy ciego”, dijo el capitán al teniente mientras subía del pase.

“Estoy al otro lado del círculo”, contestó el teniente.

El capitán le instruyó que escogiera cualquier blanco y le preguntó si había visto dónde cayó su bomba. Cuando el teniente dijo que no, le indicó que el convoy del sur estaba allí y que se asegurara de que sus bombas cayeran cerca, pero fuera del agua.

CON EL BLANCO EN LA MIRILLA

Segundos después, el capitán localizó visualmente el avión del teniente, cuando éste entraba en su segundo pase. A las 6:47 con 30 segundos, el RCO le preguntó al teniente cuál era su blanco. Antes de contestar, el piloto cambió la designación de blanco desde la vecindad del depósito de combustible al área de ametrallar, que es donde comienza la frontera oeste del área de tiro. Llevaba un curso de 17 grados al este del norte magnético, a 6,500 pies de altura, e iba en una picada de 24 grados.

En la declaración al investigador de la Marina, el teniente dijo que no recordaba haber hecho este cambio en la designación del blanco al inicio de su segundo pase. “Yo pensaba que la designación todavía estaba en las coordenadas del depósito de combustible cuando inicié mi entrada al tercer pase”, declaró el piloto.

El teniente recibió la “vía libre” del RCO cinco segundos después, pero otra vez no soltó bomba alguna debido a que las nubes obstruían su vista del blanco designado.

Al momento en que el teniente hacía su pase, el capitán volaba al lado opuesto del “círculo” de vuelo en dirección hacia el sur. Dijo en su declaración que tenía el avión del teniente a la vista y le parecía que llevaba un buen perfil de ataque para el blanco conocido como convoy del sur.

“Ajusta tu programa… Yo estoy al otro lado del círculo, unas 180 hacia el sur… ajústalo para las dos (bombas).

Tenemos un pase más y entonces tendremos que irnos”, le advirtió el capitán al teniente cuando éste salió de su segundo pase.

A las 6:48, el capitán informó al RCO que comenzaba su tercer pase desde el sur y que iba tras el convoy del norte. Recibió la“vía libre” y soltó la bomba que le quedaba sobre el blanco.

“A las nueve en punto, 90 metros”, dijo el RCO, informando que la bomba había caído unos 90 metros hacía el lado oeste del convoy del norte.

PASE MORTAL

A las 6:49 con 18 segundos, el teniente informó al RCO el comienzo de su tercer -y mortal, para David

Sanes- pase. Estaba a 4.9 millas al sur del área de tiro.

“Cuál es su blanco, señor?”, preguntó el RCO.

El teniente respondió inmediatamente y el capitán, en comunicación de avión a avión, le dice:

“Quiere saber cuál es tu blanco”.

“Sí, no puedo ver nada todavía”, le contesta el teniente.

Segundos después le informa al RCO que bombardeará el convoy del norte. A las 6:49:31 p.m., el teniente cambió nuevamente la designación de blanco, moviendo el cursor del área de ametrallar a la vecindad del puesto de observación. Estaba a 3.4 millas de su blanco designado, en una trayectoria de curso de 30 grados al este del norte magnético (nornordeste), a 7,000 pies de altura en picada de 20 grados. El vídeo grabado del HUD demostró que designó el puesto de observación como su blanco.

“Alas niveladas”, informó el teniente al RCO.

Esa fue la primera y única vez que el piloto usó el término “alas niveladas”, con lo que le informa al RCO que está en su ruta final de ataque y sólo espera que le dé la “vía libre” para soltar sus bombas.

A las 6:49:48, el RCO le dio la “vía libre” a pesar de que no había localizado al segundo avión visualmente, algo que es requerido en los procedimientos escritos del uso del área de tiro.

En su declaración ante el investigador, el RCO dijo que autorizó al teniente a bombardear sin localizar el avión visualmente porque entendía que los dos pilotos todavía estaban maniobrando en pareja y podía ver el avión del primero en la distancia, por lo que asumió que el segundo estaba en la misma trayectoria.

Dijo que no se dio cuenta de que el avión estaba fuera de ruta y sobre “OP1” hasta que pasó por encima de la terraza del puesto de observación donde estaba ubicado, sobresaltado por el ensordecedor rugir de los motores en su máxima potencia, para subir de la picada en que hizo el pase.

A las 6:49:51 p.m., T-bolt 27 dejó caer las dos bombas MK-82 que cargaba.

VOZ DE AUXILIO

"¡Aborte, aborte, aborte, aborte, aborte, aborte!”, gritó el RCO en su micrófono tres segundos más tarde, “27 está afuera, seguro”, transmitió el teniente siete segundos después, en el mismo momento en que las bombas cayeron sobre Sanes Rodríguez.

La primera bomba detonó al impactar la verja de ciclón, a unos 55 pies al sudoeste del “hurricane locker” y 125 pies al sudsudoeste del edificio principal, mientras que la segunda cayó a unos 35 pies al norte del “hurricane locker” y 45 pies al sur del edificio principal.

El cuerpo de Sanes Rodríguez fue encontrado por el RCO minutos después encima del “hurricane locker”, un edificio triangular con una plataforma de observación en el techo al cual se sube por una escalera de madera.

“No abortaste?”, preguntó el capitán al teniente segundos después de las explosiones.

“No, ya las había soltado cuando él dijo que abortara”, fue la contestación.

Por sus audífonos, escuchó la voz tensa del RCO comunicándose con la Instalación para Adiestramiento de Armas de la Flota del Atlántico (AFWTF) en la base Roosevelt Roads:

“Seawitch, Seawitch, Objetivo Vieques … Seawitch, Seawitch, Objetivo Vieques. Nos cayó una bomba encima en Objetivo Vieques”.