La rivalidad ideológica intransigente entre demócratas y republicanos en Estados Unidos

Agenda Caribeña
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La rivalidad entre demócratas y republicanos en Estados Unidos se ha polarizado políticamente a grados extremos de intolerancia a la diversidad ideológica. Esa polarización política de intolerancia empieza ya a salirse de los parámetros del bipartidismo electoral de alternancia apacible en el poder del sistema democrático.

Estados Unidos ha ido perdiendo su ejemplaridad de democracia en el mundo y su arena política es ya un escenario de conflictos ideológicos e intolerancias rayanas en lo belicoso y no compatibles con la partidocracia de los dos partidos políticos que se suponen sean los vehículos de alternancia pacífica y apaciblemente al poder en su bipartidismo institucional sistémico mediante la voluntad democrática del voto.

Las elecciones cada cuatro años en Estados Unidos se han convertido en conflictos belicosos rayanos en una suerte de guerra civil de dos bandos políticos en pugna, tras el fenómeno republicano de extremismo de derecha en el escenario político estadounidense de Donald Trump. Ya no existe la rivalidad política apacible de la alternancia en el poder del bipartidismo sistémico tradicional estadounidense que caracterizó su democracia.

La política en Estados Unidos ha dejado de ser un debate político de ideas para la buena gobernanza y se ha convertido en una pugna ideológica polarizadora de la sociedad estadounidense mediante intransigencias conflictivas. Todo está permitido en la pugna política electoral de Estados Unidos actualmente. No hay límites en la crispación interna de su debate político. Y esto está incidiendo en la política exterior de Estados Unidos.

Esa intolerancia en el debate político nacional estadounidense se está trasladando a su política internacional. Intolerancia que se exterioriza frente a otros países que rivalizan geopolíticamente con Estados Unidos. Estos son los casos, principalmente, en la pugna geopolítica con Rusia o China.

En la geopolítica, esa rivalidad intolerante y extrema se torna sumamente peligrosa frente a potencias de armamentismo nuclear. Los extremismos intransigentes que están caracterizando la política interna de Estados Unidos se teme puedan traducirse en consecuencias muy peligrosas cuando se trasladan a la política internacional. Y es ahí donde terminan germinando  concomitantes consecuencias no deseadas de trastoques a la paz mundial.

Empero, no se trata únicamente del papel de Estados Unidos en la geopolítica. Buenos avances económicos de Estados Unidos pueden verse afectados por esa polarización de rivalidad intransigente en su política interna entre demócratas y republicanos. Un ambiente político de “guerra civil” no es un trasfondo favorable para la economía.

Resulta inaceptable para una democracia que la rivalidad ideológica implique que el poder deba conseguirse a toda costa, sin escrúpulos políticos y contemplaciones, para el avance de una ideología en particular. El poder como única vía al triunfo de las ideas políticas enloda el debate ideológico y hace de la democracia una futilidad. Si el poder lo es todo, la democracia pierde su sentido, porque no siempre el poder se logra por voluntad democrática de los pueblos.

En eso consiste el mal que la rivalidad política intransigente entre demócratas y republicanos está causando al modelo de democracia de Estados Unidos. Un modelaje de democracia que está perdiendo significado en el mundo con los eventos políticos internos en esa nación. Eventos políticos que están causando que empiece a verse la democracia con cierto recelo y suspicacia.