El libro “Los Héroes 1959: Boricuas contra Trujillo”, una reflexión necesaria

Agenda Caribeña
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Nota del autor: Dedicado al patriota puertorriqueño, Dr. Félix Ojeda Reyes, un amigo constante de la lucha de los pueblos cubano, dominicano y puertorriqueño por su plena libertad, independencia y justicia social.]

Próximamente, el día 14 de junio, se cumple el 64 Aniversario de una extraordinaria epopeya en la historia de la lucha antitrujillista en la República Dominicana. Se trata de las operaciones guerrilleras llevadas a cabo en la región de Constanza y las costas de Maimón y Estero Hondo. Esta gesta guerrillera, años más tarde, servirá de nombre al Movimiento Revolucionario 14 de junio, “MJ14”, estructura organizativa en la lucha contra la Dictadura de Trujillo y de la cual formaran parte destacada, entre otros/as grandes luchadores/as, las hermanas Mirabal, Leandro Guzmán y su principal dirigente, Manuel Aurelio (Manolo) Tavárez Justo.

Para la inmensa mayoría de los/as puertorriqueños/as, se trata de una historia sencillamente desconocida. Más aún, también es desconocida la presencia y muerte en este esfuerzo guerrillero de los puertorriqueños David Chervony, Rubén Agosto, Luis Ramos Reyes, Juan Reyes Reyes, Luis Álvarez, Gaspar Antonio Rodríguez Bou. A los anteriores también se suma Miguel Ángel Menéndez Vallejo, nacido en Santo Domingo, hijo de padre dominicano y madre puertorriqueña; y Ramón Ruiz, nacido en Cuba, hijo de padre puertorriqueño.

Es gracias a la investigación hecha en torno a estos sucesos que nos brinda el compañero historiador y patriota puertorriqueño Félix Ojeda Reyes, que se rescata para la historia y mérito del pueblo puertorriqueño, la ofrenda en la lucha revolucionaria de estos combatientes boricuas o de origen boricua contra la Dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en la República Dominicana.

Esta expedición guerrillera que parte de la mayor de las Antillas, Cuba, reafirma la expresión martiana escrita en el ensayo Las Antillas y Baldorioty de Castro, en la que el Apóstol de la Independencia de Cuba indica:

“Las tres Antillas que han de salvarse juntas, o juntas han de perecer, las tres vigías de la América hospitalaria y durable, las tres hermanas que de siglos atrás se vienen intercambiando los hijos y enviándose libertadores, las tres islas abrazadas de Cuba, Puerto Rico y Santo Domingo.”

Según nos indica Ojeda Reyes, “a principios de marzo de 1959 revolucionarios de distintas nacionalidades comienzan a llegar a Cuba. Están convencidos de que demolerán la odiosa dictadura dominicana. Los combatientes son hijos de Puerto Rico, España, Cuba, Venezuela, Guatemala, Estados Unidos, Nicaragua y la República Dominicana.”

En el lugar de entrenamiento del componente expedicionario, conocido como “Las Cumbres”, se adiestraron 261 combatientes para el proyecto guerrillero. Doce fue el número de puertorriqueños que participaron de los entrenamientos, de los cuales cuatro no dieron el grado para formar parte de la expedición: Daniel Chervony, Santiago Carbonell, Pablo Vélez y Manuel Costa. Menciona Ojeda Reyes el caso de dos puertorriqueños que por razones de enfermedad no pudieron participar de las operaciones marítimas del proyecto guerrillero. De aquellos doce puertorriqueños, al menos tres tenían experiencia militar por ser veteranos de las fuerzas armadas de los Estados Unidos: Rubén Agosto, Pablo Vélez y Santiago Carbonell.

Un dato interesante es que en el campo de entrenamiento participan cuatro mujeres dominicanas; sin embargo, por razones estrictamente de género, no se les permitió participar de las operaciones guerrilleras en República Dominicana.

Como parte de su narrativa, Ojeda Reyes menciona que dentro del grupo de puertorriqueños, algunos fueron indisciplinados, por lo que fueron desarmados y separados de otros participantes de los entrenamientos. De hecho, es por esto que de doce voluntarios, salvo el caso de dos que no participan por condiciones de salud, sólo seis participan directamente de las operaciones guerrilleras.

Las operaciones toman lugar en tres escenarios distintos. El primer grupo que se dirige a Constanza por vía aérea, está compuesto por 54 combatientes. Comienzan a abordar el avión C-46 que les llevará a la zona de operaciones a las 6:00 p.m. del día 14 de junio de 1959. A cada combatiente se le provee una dotación de 500 tiros como munición, granadas, una hamaca y alimentos para cinco días.

El avión aterriza en la pista aérea militar de Constanza y de inmediato los primeros combatientes, entre ellos el puertorriqueño Gaspar Antonio Rodríguez Bou, al tocar tierra y bajar de la nave intercambian disparos con tres vehículos militares con soldados de la Dictadura que intentan aproximarse a la aeronave. El avión, piloteado por un venezolano, al recibir impactos de bala, gira y sale de la pista de regreso a Cuba. Al hacerlo, lleva consigo “los aparatos de comunicación y minas antitanque” que no habían sido retiradas del avión por los expedicionarios

Se indica por Ojeda Reyes que en otra localidad de nombre Madruga cercana a La Habana, ubicaba el Campamento San Julián donde otro grupo de 100 hombres también se adiestraban. En el grupo prevalecía un problema “de descontento e indisciplina, lo que se complica cuando unos treinta cubanos, sin autorización alguna, abandona el perímetro para ir contra Trujillo.” Este grupo, dirigido por un mexicano, sale de Cuba el 9 de agosto. Casi todos ellos fueron capturados y luego fusilados en Haití por agentes de la Dictadura de Duvalier. En Madruga, también, ocurre otro incidente en el cual se detona “por casualidad” una granada cobrando la vida de seis combatientes y dejando heridos de gravedad a otros más. Esto lleva al cierre del campamento.

En Constanza la dirección de la guerrilla toma la decisión de dividir la fuerza en dos columnas. Una vez éstas parten, nunca más harán contacto entre sí. Quienes analizan el esfuerzo guerrillero en Constanza consideran que la decisión de dividir la fuerza expedicionaria fue un factor importante en la derrota del esfuerzo guerrillero en dicha región. Se indica, además, la deficiencia en los entrenamientos; no dominar el terreno sobre el cual operaría la guerrillas; cómo se mantendría en el avance el contacto entre ambas columnas; y la pérdida de una mochila en la cual se encontraban los planos de “toda la operación militar, incluyendo los puntos de desembarcos por Maimón y Estero Hondo,

factores que llevan al fracaso de la guerrilla.” El “descalabro militar” de este intento guerrillero, como le llama Ojeda Reyes, se produce el 28 de junio cuando ya la casi totalidad de los combatientes en Constanza había sido exterminada.

En el caso de Maimón y Estero Hondo, se utilizaron dos lanchas expropiadas por el gobierno cubano, la “Tínima” y la “Carmen Elsa”. La primera había sido perteneciente al ex presidente de Cuba, Carlos Prío Socarrás; la segunda, pertenecía a la esposa del ex Dictador Fulgencio Batista. Ambas embarcaciones se pusieron al servicio de dos expediciones marítimas. Para ello a las embarcaciones se le hicieron los correspondientes arreglos militares propios para una expedición de esta envergadura.

Los expedicionarios de la embarcación “Carmen Elsa” comprendían un total de 121 combatientes. El número, sin embargo, se redujo a 96 por razones de enfermedad de 25 combatientes. La “Tínima” transportaría 48 combatientes; es decir, por vía marítima las expediciones contaron con un total de 144 efectivos guerrilleros. Ojeda Reyes indica dos factores que a su juicio derrotarían las expectativas de los combatientes expedicionarios: primero la falta de organización interna; y segundo, la falta de apoyo del pueblo reflejado en un inexistente movimiento de masas al interior de la República Dominicana.

La expedición de la embarcación Carmen Elsa, por desperfectos en su motor, posiblemente producto de sabotaje, permaneció a la deriva por cuatro días, sin suficiente agua y gasolina. Un total de 25 combatientes debió regresar a Cuba, 21 de ellos por condiciones de salud, mientras tres de ellos serían acusados de traición. Los demás combatientes de la “Tínima”, tras regresar a Cuba, descansan y se lanzan nuevamente en su proyecto expedicionario.

Apenas la “Carmen Elsa” llega a la costa dominicana el 20 de junio, en momentos de su desembarco, son interceptados por un buque de la marina de guerra dominicana el cual abre fuego, mientras desde la base aérea de Santiago se envían aviones para bombardear a los combatientes que ya habían ganado acceso a tierra. Los combates se prolongaron por 15 horas. De los combatientes desembarcados en Maimón, 47 fueron muertos o asesinados luego de sus capturas y tres serían capturados vivos y sometidos a interrogatorios.

En el caso de la “Tínima”, que logra entrar por Estero Hondo, los combatientes de dispersan en varios grupos. Los ataques aéreos se prolongan por doce horas. Participaron, además cerca de 3 mil efectivos militares respaldados por tanques y artillería pesada, logrando la aniquilación de la fuerza guerrillera. Indica Ojeda Reyes que de acuerdo con Ramfis Trujillo, hijo del Dictador, de 140 expedicionarios, se recogieron 125 cadáveres. El resto estima murieron en el mar. Lo cierto es que los que no murieron en combate, fueron asesinados luego de sus capturas.

En el balance, de los participantes en Constanza, 6 combatientes del grupo del comandante Delio Gómez Ochoa sobrevivieron. De las expediciones marítimas, no hubo sobrevivientes. Indica sobre el particular Ojeda Reyes lo siguiente:

“…de los 198 combatientes que llegaron entre los días 14 y 20 de junio a la tierra dominicana: `menos de la tercera parte (29%) murieron en acciones de guerra; menos de la quinta parte (16%) fueron apresados estando heridos y rematados en el lugar; un poco más de la décima parte (15%) fueron apresados ilesos y fusilados en el lugar de rendición; casi la mitad (40%) llegaron ilesos a la Base Aérea San Isidro luego de ser apresados y un poco más de la tercera parte (36%) fueron triturados en las cámaras de tortura y los que resistieron, finalmente, masacrados en el CEFA ante pelotones de ejecución. Quedaron solamente 6 con vida, equivalentes al 3%, y un 97% murió heroicamente.”

El 30 de mayo de 1961 se produjo el ajusticiamiento de Rafael Leónidas Trujillo a las afueras de lo que entonces de denominaba “Ciudad Trujillo”, hoy Santo Domingo, en la autopista que lleva a San Cristóbal. Participan de la ejecución del Dictador un grupo de 7 atacantes, dando así fin a una dictadura que se prolongó por tres décadas y que a su paso dejó decenas de miles de dominicanos muertos, desaparecidos, torturados y exiliados políticos; así como tantas otras decenas de miles de haitianos residentes en la zona fronteriza con la República Dominicana y en los bateyes alrededor de las centrales azucareras.

Indica Ojeda Reyes en referencia a los participantes en el ajusticiamiento de Trujillo: “[N]o son revolucionarios, tampoco marxistas, sino conservadores que tienen muchas `hachas que amolar’ con el régimen.”

Con la muerte de Trujillo dará inicio a lo que el autor denomina “Operación Santo Domingo”, que no será otra cosa que la operación encubierta de los Estados Unidos para organizar, a través del Departamento de Estado y la Agencia Central de Inteligencia, la sucesión de Trujillo en el país y evitar así la reproducción en Santo Domingo de lo acontecido en Cuba luego de 1959.

Puerto Rico y el gobierno de Muñoz Marín, formará también parte de esta operación del gobierno estadounidense. Así, el gobierno bajo la administración del PPD, participará de las gestiones encomendadas tanto por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, como de la Agencia Central de Inteligencia de este país para recabar el apoyo a dicho proyecto por parte de los gobiernos de José Figueres en Costa Rica, Víctor Haya de la Torre en Perú y Rómulo Betancourt en Venezuela.

Indica Ojeda Reyes que las “expediciones del 14 y 20 de junio. pese a su desenlace, tuvieron efectos luminosos. La chispa sediciosa provocaría un despertar en la juventud dominicana” dando lugar al surgimiento del Movimiento Revolucionario Clandestino 14 de junio a finales del año 1959. Esta organización política jugará un papel destacado incorporando amplios sectores de la juventud universitaria dominicana e incorporándoles en la lucha por “liquidar los vestigios de aquella dictadura” En este esfuerzo sobresaldrá el liderato del Manuel Aurelio Tavárez Justo, casado con Minerva Argentina Mirabal y Leandro Guzmán, esposo de María Teresa Mirabal, todos ellos/as dedicando su vida al desarrollo organizativo de esta organización revolucionaria. Sería el encarcelamiento de Manolo y Leandro, junto con el asesinato de las tres hermanas Mirabal, factores políticos determinantes en la caída de la Dictadura.

Manolo Tavárez Justo se incorporará a la lucha armada alzándose en un movimiento guerrillero el 28 de noviembre de 1963 dirigido a la restauración del gobierno constitucional de Jua Bosch, derrocado mediante un Golpe de Estado y falleciendo fusilado, luego de sercapturado en combate el 21 de diciembre de 1963 en la Cordillera Central del país a la edad de 32 años.

Nuestra poetiza nacional Julia de Burgos escribió un poema que nos reproduce el autor, Félix Ojeda Reyes titulado Himno de sangre a Trujillo que reproducimos a continuación:

General Rafael, Trujillo General

que tu nombre sea un eco eternos de cadáveres

rodando entre ti mismo, sin piedad, persiguiéndote

que los lirios se tapen sus ojos de tus ojos,

vivo y muerto, para siempre;

que las flores no quieran germinar de tus huesos

ni la tierra te albergue:

que nada te sostenga, General, que tus muertos

te despueblen la vida y tú mismo te entierres.

En ocasión de este 64 Aniversario de la gloriosa gesta del 14 de junio en la hermana República Dominicana, rindamos honores a los puertorriqueños caídos en combate junto a sus hermanos dominicanos en la lucha contra la oprobiosa Dictadura de Trujillo.