Libros y editoriales en Puerto Rico 1 2 3

Crítica literaria
Typography
  • Smaller Small Medium Big Bigger
  • Default Helvetica Segoe Georgia Times

¿Ha perdido el libro vigencia por el uso del Internet? ¿Qué datos hay sobre el libro en Puerto Rico? Egidio Colón Archilla y Fernando Gallardo Bustillos responden estas preguntas en una investigación que llevaron a cabo antes de la pandemia del COVID. En ese momento había sobre cuarenta casas editoriales y no se sabía el número de libros que se publicaba anualmente.

Encontraron que no había una clara política pública sobre los libros en el país ni un sistema adecuado para hacer un inventario de los libros que se publicaban. No fue hasta el 2015 que se estableció la Asociación Puertorriqueña del Libro. Las editoriales del país confrontan los mismos problemas, afirman los autores: una economía dislocada, la ausencia de proyectos que fomenten la lectura e incentivos para la industria del libro en Puerto Rico.

En el 2017 había alrededor de 40 casas editoriales en la Isla. Solo un grupo pertenecía a puertorriqueños. Tal vez los avances digitales hayan hecho crecer el número de editoriales de los puertorriqueños que residen en la Isla y de las diásporas que en ella habitan: dominicanos, chinos mexicanos y árabes principalmente. Publicaciones Puertorriqueñas y Editorial Puerto son casas editoriales que tienen muchos años y una gran producción tanto de textos educativos como literarios. Gaviota de Norberto González, Librería Mágica de Arnaldo González y Editorial Tiempo Nuevo de José Luis Figueroa han publicado textos al margen del mundo académico que son imprescindibles para la universidad como los del profesor Julio Muriente sobre Fanz Fanon y del juez Hiram Sánchez sobre el caso de Antonia Martínez. Callejón se ha distinguido por su apoyo a la crítica literaria y al ensayo de interpretación cultural e histórica. Recordemos los libros de Arcadio Díaz Quiñones, y de los historiadores Carlos Pabón y Silvia Álvarez Curvelo. Isla Negra Editores de Roberto Gómez Beras ha tenido siempre una agenda caribeñista, pues ha publicado libros del Caribe hispano. Tal vez el programa de traducción de la Universidad de Puerto Rico ayude a expandir el número de publicaciones de esta zona si se editan sus trabajos y se promueve la traducción de textos del Caribe anglófono y el francófono.

La Secta de los Perros ha expresado el escritor Rafael Acevedo, comenzó en el 2011 con textos detectivescos y alternativos. Ediciones Laberinto de Javier Ortiz, es más reciente, pero ha producido libros como el de Francisco Moscoso La revolución haitiana y Puerto Rico (1789-1804), tema novedoso, pues Haití ha sido un país ignorado en nuestra cultura a pesar de su cercanía.

La editorial Terranova de Elidio Latorres Lagares ha publicó una hermosa edición de la poesía de Clara Lair anotada por Mercedes López Baralt. Trabalis de Zayra Taranto y Ediciones Aguadulce de Cindy Jiménez han publicado diversos libros de poesía. La segunda también ha hecho ediciones de la obra de Ernesto Cardenal. Educación Emergente ha señalado que surgió como una editorial alternativa que quería crear un espacio de resistencia en una época en que el mercado estaba copado por casas editoras de libros de texto casi siempre españolas o estadounidenses. Me parece que esto significa que hay necesidad de que el Departamento de Educación o el gobierno apoye económicamente una producción nacional de libros de texto. Por eso han publicado libros dedicados al verano de 2019, que reflexionan sobre las protestas suscitadas por un pueblo heterogéneo y en las que los jóvenes tuvieron un papel protagónico como el cantante Bad Bunny.

Las editoriales gubernamentales como las de la Universidad de Puerto Rico, fundada por Jaime Benítez en el 1947 y la del Instituto de Cultura Puertorriqueña en el 1955, necesitan la protección del estado. El gobierno tiene el deber de proveer acceso al libro y de incentivar la escritura, lo que permite un mayor desarrollo de la cultura y la existencia de un pueblo educado.