A Esteban Charpentier
Ya
he pisado el umbral de la tristeza
(evoco todo lo vivido)
Ya
dialogo con el cuervo, lo elemental
aquello con un algo de belleza
audaz y gatuna que rectifica el labio de un saludo.
Reconozco el filo del invierno y
quién puede sonreír
bajo la nieve tormentosa.
Un amigo me dijo que escribiera
su abrazo distante transmite el comando.
Despego los dedos de mi rostro
una forma de vida de papel
aletea como el murciélago en su cueva
me llama con sus chirridos,
se posa como perfume de café
(que guarda en secreto mis carencias)
y saboreo el reproche en su mirada.