(San Juan, 1:00 p.m.) Parto de la premisa que las encuestas son falsas. Las mismas manipulan la información a beneficio del que las paga, o del que sale beneficio. Por lo tanto, no les creo. Los últimos sucesos a nivel latinoamericano demuestran que no son fiables. Ahora bien, ¿Por qué le rendimos culto en Puerto Rico? Puerto Rico en las elecciones, es un país folclórico. Usted se la vive si puede, pese a que lo que pase el 4 de noviembre es un incierto. Por ende, mejor es conocer otras encuestas, las cuales son abiertamente arbitrarias, pues responden a los intereses político partidistas. Las otras, las llamadas objetivas, son actos de mercado y pauta. Las elecciones del 2024 son una incógnita. Una cosa es lo que quiere Washington; otra cosa es lo que quiere el capital en Puerto Rico; y finalmente, lo que queremos nosotros. Lo mas importante es continuar debilitando a los partidos tradicionales, para que nadie llegue al 30 por ciento. Las encuestas de turno, lo que hacen o buscan es ver como se llega al 36 por ciento al partido de turno. Es momento de continuar nuestro trabajo. De no validar lo no validable. El trabajo y compromiso y sobre todo la solución a los problemas más apremiantes de la población son los que le darán el voto a las fuerzas progresistas e independentistas del país. Lo otro tratar de tirarle piedras a la luna. Pensemos.
