El proceso de adaptación y desaparición de los pueblos

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Los pueblos se van transformando porque su gente se va adaptando a los cambios culturales, sociales y económicos. Cuando los gobernantes, sin embargo, quieren alcanzar un proceso destructivo implementan cambios drásticos para lograrlo. Esas alteraciones en educación, economía, conductas sociales y culturales van afectando el modus vivendi de las nuevas generaciones. Estas nuevas generaciones no sufrirán las modificaciones tradicionales del país, porque se van adaptando a esas modificaciones, sin padecerlas porque no vivieron las anteriores.
El proceso de adaptación surge de una forma paulatina que es lenta, de forma escueta e invisible. Toma tiempo pero logra el objetivo de hacer desaparecer a una nación. Este fenómeno se da sin o con la participación directa o indirecta de aquellos que intentan resistirse a la transformación. Y se da porque la resistencia no es colectiva. Cuando un grupo resistente, individualizado, se aferra a sus propios principios idealistas el gobierno altera las leyes y blasfema ante la población a los que resisten. En este proceso infértil comienza a agilizarse el proceso de extinción horizontalmente, o sea, ayudando inconscientemente al movimiento que intenta modificar las costumbres del pueblo para suprimir su cultura y toda su idiosincrasia.
Los más se transforman en cómplices, divididos en núcleos (grupúsculos) sin ningún poder electivo ni ningún impacto al proceso psicológico de la nación, porque la mentalidad de la inmensa mayoría de la población está siendo manipulada con todo lo anterior mencionado: impacto educativo, social, económico y cultural, e inmigraciones. En su mayoría los medios sociales pueden crear otra forma de emplear ese “genocidio cultural” a largo plazo. Porque en esos medios sociales llega gente que, en su mayoría, no son estudiosos, investigadores y pocos intentan buscar información más allá de lo que se les presenta. Además, de que son parte del proceso.
La ceguedad de no concentrar una unificación colectiva que logre contrarrestar el impacto patético a la psiquis nacional es igual a la desaparición de la misma cultura. Sin una fuerza unilateral que contrarreste la invasión al núcleo de una cultura no hay forma de detener el impacto. Porque la población se va adaptando a la impotencia de lograr un cambio significativo contra el poder que los domina por medio de la manipulación de los medios principales: periódicos, radio y televisión.
Esa manipulación llega de innumerables formas y medios que son bastante difícil esquivar, ignorar o deshacerla sin una fuerza que le motive a resistir y que le ayude a luchar. Ésa lucha o resistencia social, para poder alimentársela al pueblo, tiene que lograrse dentro del dominio absoluto de constreñir el ego del querer obtener el poder de cada “grupúsculo”. Si cada “grupúsculo” invierte sus energías en mantener su resistencia a no ceder, entonces es equivalente a ser parte de la debilidad de la fuerza que debería, en cambio, ser lo contrario: un solo bloque de contención contra aquel poder que lleva al pueblo a su extinción.
Lo primero que se nota a leguas en la desaparición de un pueblo y su cultura es la decadencia del idioma. Paulatinamente se va deteriorando y se van inventando las justificaciones pertenecientes a los barrios pobres o se culpa a la gente sin educación. Se inventa un vocabulario indecente que se usa para desprestigiar al idioma legítimo. Y así se va deteriorando la cultura reemplazado por un modelo de educación que no es conforme a las costumbres y tradiciones. O sea que, la idiosincrasia de la nación desaparece.
Asimismo, comienza un  proceso de migración de las comunidades y se construyen viviendas en urbanizaciones inadecuadas a donde se ponen en riesgo las vidas de gente. Es así que las cuencas de los ríos se aniquilan, y las costas de las playas también se deterioran por viviendas que no cumplen con ordenanzas, no de leyes del hombre, sino de la concordancia con las condiciones de la naturaleza.
Definitivamente, el ser humano necesita sobrevivir y se enfrenta a cualquier situación o condiciones para lograrlo. Incluyendo vivir en áreas peligrosas, votar por gobiernos corruptos, vender drogas, prostituirse, y hasta asesinar si lo requiere la sobrevivencia.
¿Qué debe hacerse para evitar la desaparición de un pueblo?
La única forma es la unificación de todas las fuerzas contrarias. Es simple. Lo difícil es unificar esas fuerzas sociales de idealismos que se inhiben a hacerlo. Ningún pueblo en la historia del mundo ha logrado sobrevivir sin solidarizarse. En estos tiempos el poder de los gobiernos es demasiado fuerte para enfrentar y derrotar sus intereses sin un muro solido de contención. Así que, los grupos de resistencia individualizados se vuelven parte estratégica del poder de los gobiernos y parte de la desaparición.