(San Juan, 1:00 p.m.) El día de ayer pasará como un día lleno de eventos dentro de lo que podemos denominar las narrativas coloniales. Eventos que no tienen ningún efecto, que no sea preservar el orden colonial. Ante esto, el hermano del Canito Delgado, el exalcalde corrupto de Cataño y miembro del Partido Nuevo Progresista (PNP), fue víctima de un atentando en la tercera masacre del año. Por otro lado, Ángel Pérez, el exalcalde de Guaynabo, encontrado culpable de corrupción y miembro del PNP, fue sentenciado a cinco años de cárcel en el día de ayer. Y finalmente, el pletio contra el Movimiento Victoria Ciudadana y el Proyecto Dignidad, el cual se llevó a cabo en el día de ayer, pasó desapercibido por la prensa corporativa dominante, ¿Por qué? De todas las historias antes contadas, la única que rompe con el orden colonial, es el caso contra el Movimiento Victoria Ciudadana y Proyecto Dignidad. En dicho caso se juega nuestra noción de democracia, y si ganan los partidos que impugnan, el Partido Popular Democrático, y el PNP que aún no ha decidido si impugnar o no, aunque es parte con interés, lo que estaría en juego es la descalificación de ambos partidos de la papeleta, por no contar con todas las posiciones. Por lo que la prensa se dedicó ayer a contarnos sobre Ángel Pérez, y lo mucho que lloró. Mientras hoy, hablamos de la tercera masacre del año en un negocio en Toa Alta, donde el depuesto alcalde y corrupto convicto, el Cano Delgado, era aparentemente propietario. En otras palabras, esta dos noticias, no alteran el orden colonial. Son buenos chismes. Pensemos como subvertir el orden colonial. Apoyemos al Movimiento Victoria Ciudadana y al Proyecto Dignidad a participar en las elecciones. No hacerlo, debilitaría el proceso democrático del país, y nos dejaría todos los días en los chismes coloniales. Pensemos.
