(San Juan, 9:00 a.m.) En medio de un país caótico, y de un poder colonial, los EE.UU., convulsionando, Puerto Rico intenta ser racional. Esto se dice pronto, pero en medio de todos los líos nacionales, la comisionada Jenniffer González, da a luz mellizos, el pasado viernes, y eso se convierte en la noticia nacional. ¿En serio? Es un país que habría que rescatarlo de los atentados mediáticos que nos dirigen continuamente al entretenimiento. Esto en nada nos ayuda a vivir más democráticamente. Nos margina, en todo caso. Los debates en torno a mayor democracia se están dando en casi todos los países del planeta. Desde Afganistán, hasta los EE.UU., todo el mundo implora vivir en un país con calidad de vida, en el cual la corrupción sea un problema menor, y donde los dineros que se aportan a los recaudos públicos, se utilicen de forma inteligente a favor de la población. Pero estos reclamos, se confunden en el territorio de Puerto Rico ante la condición colonial, la cual también es un ejercicio continuo de falta de democracia. Por lo tanto, el país duro y puro, le interesa saber que pasa con las playas; si salimos ya o aun no de la quiebra y cuándo se va la Junta de Supervisión Fiscal del país, la cual está próxima a cumplir una década sobre nosotros; y sobre todas las cosas, a la gente le interesa saber cómo redefinir la relación colonial con los EE.UU., sin más colonialismo. Pero todo esto para recordar, que los hijos de la comisionada residente, no son una historia de país; que el matrimonio del gobernador de turno, no es un asunto de país; y más aún, que el reguetón por más que nos guste bailarlo, la vida y obra de sus talentos, no es un asunto de país. ¡Ojo con el entretenimiento! Pensemos.
