Ideas para una cena romántica

Fogón Caribeño
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Una de las costumbres más arraigadas en todas las culturas del mundo es celebrar los días señalados con un buen festín culinario. Sin duda, la mejor manera de disfrutar del día más romántico del año es una cena íntima en compañía de la persona amada. Cuando se aproxima San Valentín, los enamorados se embarcan en la búsqueda del regalo perfecto, pero, ?acaso hay mejor prueba de amor que sorprender a tu pareja con un menú delicioso? Este año embárcate en el placer de disfrutar de la cocina: nosotros te damos las ideas y tú pones el delantal.

 

En líneas generales, una cena romántica tiene que ser ligera y delicada, caracterizada por alimentos muy especiales, que degustemos muy ocasionalmente y, por supuesto, que destaquen por su gran calidad. Nunca viene mal decantarnos por la mitología afrodisíaca: las fresas, los vinos espumosos, el marisco, las especias o el chocolate... Todos ellos suelen convertirse en ingredientes habituales de un menú cargado de pasión.

Entrantes y primeros platos

El marisco siempre es una buena opción para comenzar la cena. Solo o acompañado (en revueltos o ensaladas), supone una buena manera de comenzar a abrir boca: ostras, vieiras, langostinos, gambas, cigalas... También son muy fáciles de preparar los canapés (ahumados, paté, caviar, jamón de pato, queso) y las brochetas (de pollo y pimiento; cerdo y piña; langostinos y champiñones; de verduras; berenjenas, jamón y queso).

No podemos dejar de mencionar las deliciosas ensaladas templadas, donde puedes poner a prueba toda tu creatividad. Por ejemplo, una ensalada de escarola, achicoria y berros, aderezada con unas gulas o gambas rehogadas con un poco de ajo y aceite de oliva virgen. También son excelentes las ensaladas de lechugas variadas y espinaca acompañadas con fruta (granada, mandarina, manzana, uva), frutos secos (nueces, piñones, pasas) o queso (azul, graso, de cabra).

Asimismo, un éxito asegurado es decantarse por elaborar platos fríos como mousse, carpaccio o cócteles, tanto de carne como de pescado o marisco. Por cierto, no olvides que preparar una fondue o una raclette puede convertirse en una alternativa divertida y cómoda para disfrutar de una cena romántica.

El bocado más contundente

Para los segundos platos siempre hemos de tener en cuenta que la elección ha de ser contundente y sabrosa, pero a la vez sobria. Por eso, los pescados más delicados y las carnes más exquisitas siempre dan en el clavo en cualquier mesa. No olvides preparar siempre algo fácil de comer: las aves pequeñas llenas de huesecillos o los pescados con muchas espinas pueden poner a prueba la paciencia de cualquiera.

Las opciones son innumerables: solomillo, carnes o pescados rellenos, un buen entrecot, pez espada, sepia, salmón, rape, escalopes de carne o de pescado... todo ello a la plancha, asado, o acompañado de alguna salsa ligera. Acuérdate de hacer buen uso de los aceites y vinagres balsámicos y las especias: una combinación adecuada te garantizará la mayor de las satisfacciones.

Para terminar, dulce

La fruta y el chocolate son dos ingredientes básicos a la hora de conjugar el mejor postre para San Valentín. Una macedonia de frutas exóticas (mango, papaya, piña) y fresas, aderezada con miel o caramelo puede ser una opción sencilla, así como las fondues de chocolate. Los helados son también una buena alternativa: los sorbetes de cava y limón son deliciosos.

Con chocolate puedes preparar una mousse, bombones caseros o un pastel, aunque, si no quieres complicarte, puedes recurrir a unas fresas o nueces con nata (crema de leche), caramelo y helado. Por cierto, recurre a la canela o la vainilla para aromatizar tus postres: su conocido efecto afrodisíaco será la guinda del pastel de una cena inolvidable.