El meollo nuestro: ¿tocando fondo?

Creativo

En el bombardeo mediático y social de Puerto Rico, ¿estará todo perdido? ¿Nos queda algo por hacer? ¿En realidad estamos conscientes de nuestro presente y nuestra ignorancia?

En el Puerto Rico de hoy, muchos creen vivir en lo mejor de dos mundos, otros en lo peor de los dos, unos en el terruño de la escoria, otros en la tierra de gente buena, unos en la cuna de la desidia y otros en la tierra del trabajador.

No hay constancia, ni concepto unificador para Puerto Rico, excepto nuestros vocablos, refranes y costumbres, y aún así no somos un ente de completa unión. Sin embargo, en momentos de dificultad o de sucesos insólitos, nos mostramos como uno. El impacto social de los medios es tal, que por un momento nos olvidamos de nuestro entorno y realidad, y ese evento cala ondo, tan así que se convierte en nuestra adaptada realidad. Quiero decir que somos unas ramas de un mismo árbol, donde cada cual "hala pa' su lado" y no es hasta que se enfrenta a un evento catastrófico o delicado que procura por los demás.

A menudo, miembros de nuestra sociedad, hermanos estadistas, dulces, simpáticos y leales, tan patriotas como cualquier Albizu Campos o Concepción de Gracia, nos pintan un panorama de perfecta unión y orgullosísimo patriotismo americano en todos los rincones de los Estados Unidos. Este grupo, muy nuestro, y muy singular, pretende hacer creer al resto de nuestra colonia que la Unión Americana es perfecta y democrática, tan democrática que para elegir a su presidente, el voto popular es inútil. En conjunto con los medios (que deben ser imparciales y justos), estos grupos tratan de reforzar la contracultura, que no es otra cosa que la imposición (nuevamente) de la cultura anglosajona a nuestra adaptada mezcla cultural, que se remonta a los comienzos del siglo XVI. A estos queridos hermanos nuestros se les escapan muchos detalles, pero "no wonder why", muchos de estos al igual que los admiradores de "quien puso zapatos en este país", Luis Muñoz Marín, son fanáticos políticamente e históricamente iletrados, cosa que no quiero volver a atender pues ya he dicho anteriormente que son víctimas. Pero, dentro de todo este marco de tiranía política, me indigna mucho más la actitud de los medios que la de estos pobres analfabetas históricos y políticos. Estamos inmersos en una trampa tipo dominó, donde el tropiezo de uno es el derrumbe de todos. Ahora bien, no hay por qué alarmarse, hemos estado alarmándonos durante todo este tiempo de lucha fallida. Hay que tomar acción, que es muy distinto. Pero, sobre eso puedo abundar más adelante o en otro artículo posteriormente.

A lo que iba trayendo el tema de la Unión Americana, a muchos de nosotros se nos quiere hacer ver que esta Unión es perfecta, inquebrantable y un ejemplo a seguir. Los medios deberían servir para educar más allá de informar, siempre he tenido esa opinión. Por tanto, a veces se me hace difícil entender, ¿por qué si la historia es clara, estos grupos insisten en una unión? Tenemos una cultura, una realidad geográfica y unas costumbres que en combinación con una afiliación permanente e inquebrantable, quedarían en un limbo social y político. Pero, tenemos una realidad más peligrosa aún, la ignorancia. No hay peor cosa que el desconocimiento. Y lamentablemente, los medios han sido parte de la difusión de esa ignorancia en lugar de contrarrestarla. ¿Cómo es posible que se quiera una unión cuando en esa nación no la hay? Para muchos podrá sonar controversial pero, los Estados Unidos de América no tienen la unión que muchas veces se quiere presentar o simular ante el mundo. Ellos arrastran más que nosotros una desunión y una historia conflictiva. Un claro ejemplo podría ser la era de la Guerra Civil, que aunque parezca un hecho tan distante y pasado (1860-1865), es una herida sin cicatrizar en los Estados Unidos, tan así que los aires de secesión no cesan. ¿Por qué traigo el tema latoso de los Estados Unidos? Demostrar que está muy presente, nos guste o no en nuestra realidad, o aparente realidad puertorriqueña que es una que gira en torno a aceptar lo que digan los medios como verdad a priori y no hay más nada qué buscar. Una realidad predominantemente ignorante.

Otro problema al que nos enfrentamos es al desempleo, al que llamo: la madre caos. Se nos dice a menudo, en publicidad, en las escuelas, hogares y otros, que la educación es nuestra mejor herramienta, y ciertamente lo es. Necesitamos una buena educación; es algo mandatorio, aunque en estos tiempos no parezca prioridad. El asunto es que nuestro pueblo no sabe para qué educa. ¿Educamos para generar buenos profesionales o para tener rectos y justos ciudadanos? Lo ideal sería que se generen ambos, no obstante como se politiza con nuestro porvenir, la educación solo pretende generar "gente buena", y con eso basta para los intereses de los grandes y fuertes grupos, y el gobierno. Es alarmante saber que de cada 10 graduados del Colegio de Mayagüez (Universidad de Puerto Rico), 7 se establezcan y trabajen en Estados Unidos o cualquier otro país, excepto Puerto Rico. Si en una década se nos han ido sobre 600,000 personas (según el Censo 2000-2010), y ya para 2012 se contaban sobre 300,000, ¿cuáles son nuestras expectativas? Puerto Rico es un punto clave de la economía americana, y prácticamente inseparable (mientras se le permita), que se han convertido en una industria de profesionales para regalar.

El desempleo en Puerto Rico es un mal, como lo es en España, Estados Unidos y cualquier otro país. Tras que se educa para exportar, como si nuestros profesionales fueran café, arroz, habichuelas u hortalizas de aquí (que me recuerda una industria agraria inerte), el gobierno "no da pie con bola". Esta situación es la madre caos, a menos empleos, más crímenes; más emigración; más personas con depresión, ansiedad, y otros males psiquiátricos; más deserción escolar, etc. Para lidiar con esta terrible racha, además de determinación, nos hace falta un poco de instrucción y valentía.

¿Hemos tocado fondo ya? Desde que tengo uso de razón, "las cosas están malas", y sigo escuchando lo mismo. Como dice Billy Joel en su canción Summer Highland Falls: "They say that these are not the best of times, but they are the only times I have ever known." ¿Será que como con nuestro asunto de status, nos hemos "esñangotao"? Los medios tienen mucho que ver, y sus eufemismos mantienen a la población en vilo y prestando atención a lo trivial y absurdo. Mientras más atención le prestemos a eso, más atrás nos quedamos. Es menester que se despierte del sueño al que nos han inducido las potencias locales y demos pasos hacia adelante. Y creo que deberíamos comenzar por atesorar los derechos que tenemos y ejercerlos con total y radical consciencia.

Actualmente no tenemos plena consciencia de lo que nos ocurre y no estamos, al parecer, dispuestos a comprender. Cuando vemos en nuestra sociedad tanto odio a los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico (UPR), por simplemente mostrar un poco de preocupación por el futuro, se les tilda de revolucionarios y "buscones". Pero, claro, ¿quién está dispuesto a luchar por las causas que le parecen justas si se enfrenta a un gobierno que "mientras acaricia; esconde el puñal"? No debemos juzgar sino conocemos, y eso es uno de nuestros males como señalé anteriormente, estamos rodeados de ignorancia y somos ignorantes ante eso, no estamos conscientes mientras que el péndulo del gobierno nos sigue atontando y dictándonos la andanza. Vivimos en una sociedad que se conforma y vive de la percepción, y a veces percibir no es suficiente. Se tiene que estar seguro y claro, ¿cómo? Invirtamos en nuestro futuro y alimentemos nuestras ganas.