BATMAN, EL GUASON Y CIUDAD GOTICA: LA NUEVA ETICA DEL MAL[BIEN]

Creativo

Hoy, ustedes van a ser parte

de un experimento social.

El  Guasón.[1]

 

Uno muere pronto para ser héroe o

vive lo suficiente para terminar siendo un villano.

Yo lo puedo hacer porque no soy un héroe, como Dent.

Yo maté cinco personas. Eso es lo que puedo ser, un villano.

Batman[2]

 

La última película  de la serie Batman, El caballero de la noche[3], nos invita a realizar una serie de reflexiones en torno al motivo de este libro, lo cual causa ansiedad: ¿existe aún la posibilidad del bien en nuestra cultura?  Luego de ver la película, y su contexto político nacional en la cual sucede, la insólita ciudad de Gotham (Gótica)[4], creo que debemos llegar a la conclusión ética, de que igual da la contestación.  El cine de los EE.UU. en este filme en particular, superó un asunto tan importante desde la formación judeo-cristiana, y la bi-polaridad entre el bien y el mal.  Por primera vez nos plantean algo novel: el héroe comete errores [dentro de la esfera del mal] a nombre del bien.

Esta conversación me parece compleja, pues la misma irradia en un proceso de formación social con el cual hemos vivido ya mucho tiempo.  En particular la apreciación de siempre reconocer quienes son los buenos y quienes son los malos.  Por eso, la película nos invita a reflexionar en una relación multipolar de personajes, cual de todos está haciendo el bien, cual está haciendo el mal.[5] Lo interesante es que no se sabe a fin de cuentas, y sobre todo por la ambigüedad del discurso fílmico, quien tiene la razón. O como dice un viejo proverbio popular, “todo el mundo e güeno”. [6]

La pregunta normativa que me hago es, ¿cuál si alguna es la importancia de esta consideración para el filme y para nosotros?  Pensando que en la historia actual este es el tercer filme de mayor venta en la historia del cine, pues se torna en importante reflexionar cual es el mensaje que se quiso transmitir.[7] Por otro lado, en un filme donde diversos actores y actrices de la película sufrieron algún tipo de accidente durante o después del rodaje, siendo el de Heath Ledger el más renombrado, no es menos de esperar que este filme provoque alguna discusión.[8]

Aunque mi reflexión principal va dirigida a entender como un filme, recreación de un dibujo animado que data de 1939, y el cual ha tenido una vida independiente en el papel que en el celuloide, puede incidir en nuestros entendidos culturales sobre el bien y el mal.  A manera de ejemplo, Bruce Wayne, el personaje del libro de dibujos animados, comics,  que le da vida a Batman muere desde 2009, no obstante en la serie de películas que se han realizado durante los últimos 30 años, esto no es igual. Allí Bruce Wayne/Batman sigue siendo un héroe. No obstante, en la más reciente realización fílmica, algo cambió.  El personaje Batman ahora habla otro idioma, porque  su contexto  - social y político - cambió.[9]

Esa es la parte que me parece interesante del debate sobre Batman.  Pensar que el comic de la década de 1930, tiene que co-existir con un personaje fílmico, en un contexto que ha cambiado.  Desde esta perspectiva, pienso que lo que ha afectado y creado una brecha entre comic y el filme, es más que nada la flexibilidad con la cual la industria de cine de Hollywood se adapta más fácilmente a lo “real” que la  industria de comics independientes.  En particular la industria de cine en Hollywood, inmersa en otros debates no sólo económicos sino políticos y sociales, se ve influenciada por las transformaciones que los EE.UU. ha vivido, muy en particular a partir del 11 de septiembre de 2001.

Es por esto que creo que hay que hablar de Batman y El Caballero de la Noche.  Mas que nada me parece que dicha película refleja los cambios en la percepción de si mismos, que ha sufrido los EE.UU, donde las guerras y conflictos en los cuales ha intervenido dicho estado, han malogrado la propia imagen del héroe bueno que tenían de si mismos.

Dividido este ensayo en una primera parte en torno a la película; una segunda parte reflexiva en torno a los EE.UU post-9/11;  una tercera parte donde conceptualizo el rol del ciudadano-disciplina de foucault;  y finalmente proveo la conclusión de este trabajo.

Batman, el bueno:

Si de algo me acuerdo de la música componedora de la serie televisiva que surgió en la década de 1960, era su efecto de fácil tatarear.  Pero en los múltiples momentos de esta serie, Batman siempre apareció como un buen ser humano intentando salvar a la ciudad Gótica, de los problemas sociales y en particular de la criminalidad que le aquejan.  Pero la serie de televisión, que se inició precisamente en el 1966, es distinta a las publicaciones que le antecedieron en la década de 1930.  Estas a su vez se diferencian en el cine que inicia Tim Burton a fines de la década de 1980.

En esta medida la última oferta fílmica cambia en si toda la historicidad que ha afectado la vida de este personaje, cuyo motivo de vida es uno muy sencillo: a la luz de una infancia traumática donde Bruce Wayne pierde a ambos padres producto de un crimen, se dedica su vida de adultez a luchar contra las injusticias sociales en particular la criminalidad.  Utiliza su fortuna heredada, como a su vez el intelecto, para ayudar a los indefensos ciudadanos de la ciudad Gótica.   Aunque esto suena como una buena idea, en realidad es la historia que todos y todas necesitamos escuchar.  Es la historia del bien.

No obstante, el personaje del Guasón (the Joker, el ser de la risa, en inglés), guarda una noción del orden completamente diferenciada a la de Batman.[10] El Guasón vive del placer del desorden.  En esta medida, intenta por todos los medios no realizar una actividad criminal, sino realizar una actividad que sea contraria al orden establecido.  Es decir, subvierte el orden establecido.  De forma ordinaria se le ha denominado como un anarquista, pero al problematizar esta conversación nos parece que llamarlo como tal, sería transformar este personaje en uno aún más interesante.[11]

En la simpleza del comic, el Guasón aparece ya desde 1940, como alguien quien vive frustrado, pues de delincuente ordinario robando en una fábrica de productos químicos se encuentra con Batman, quien lo intenta reducir al orden.  En esta versión, en su escapada, logra hacerlo transitando por tuberías de desperdicios químicos-tóxicos, los cuales dejan su cara transformada, en una perpetua desfiguración: piel blanca en labios rojos y pelo verde.  El filme, no obstante, modifica esto y nos trae nuevamente a la historia del bien y el mal, donde el Guasón alega por un lado, haber sido víctima de maltrato infantil, en el cual su padre le desfiguró la cara en un acto de violencia; y por otro lado, alega ser solidario con su esposa, quien a fin de cuentas lo abandonó, luego de haber sido desfigurada por sus deudores (y donde en solidaridad él también se desfiguró la cara).  En ambas historias, el Guasón tiene un problema físico.

Sea cual sea la historia de su rostro desfigurado, el Guasón participa en la película (2008) para traer un elemento importante: se combate la autoridad y se intenta destruir la misma cueste lo que cueste. En el sentido anárquico más básico, este planteamiento-accionar del Guasón es un argumento emancipador.  En esta medida, más allá de ver su rol en la película como uno del antagonista, podría pensarse que el Guasón, desde el “mal”, nos está invitando a pensar en el “bien”.  En esto radica la complejidad de este filme y en particular el personaje interpretado por Heath Ledger.

En realidad, la ruptura que logra el personaje en esta película es la que culturalmente necesitamos, sobre todo esos que nos hemos dedicado a leer el pensamiento complejo de Paz (1997), Baudrilliard (1995),  y el propio Fanon (1961). Esos que reconocemos que, en el sentido común de Negri, toda acción convive con su contra-parte, pues no menos se puede esperar de la relación empática de Batman-Guasón.[12]

Es el propio Guasón quien logra plasmar en el argumento en la película esta relación compleja, cuando bajo un fuerte interrogatorio por parte de Batman le expresa cual es su real intención.

Batman:                     Tu me quieres a mi, aquí estoy.

Guasón:                    Quería ver que tu harías.  Y no me has decepcionado…

(se ríe)

Has dejado morir a cinco personas.  No asumiste el hecho, y dejaste que Dent se hiciera responsable.  Hasta para alguien como yo, eso no es aceptable.

….

Batman:                     ¿Entonces por qué me quieres matar?

Guasón:                    ¿Matarte?  Yo no te quiero matar.  ¿Qué me haría yo sin ti? ¿Volvería yo a extorsionar a los hampones?

Tu. Me. Complementas.[13]

De esto trata la genialidad de este personaje, hoy en el siglo XXI.

Este nos explica que el bien necesita del mal, y que desde lo más básico como la economía de mercado, como hasta la literatura, el pensamiento simple no es ya posible. En esta medida, el pensamiento complejo, interactúa con una multiplicidad de posibilidades en las cuales el bien va acompañado del mal.  Esto nos impone la posibilidad de ser en todo momento provocador o transgresor de una vieja interpretación de lo social, que veía la vida en polos yuxtapuestos.  Batman, a través de este personaje, nos invita a ver la complejidad.  Pero más que verla, nos invita a vivir con ella: es decir en la dualidad del bien y el mal.[14]

Es en este argumento donde radica lo complejo y tal vez revolucionario de este filme.    Es decir, distinto a lo que fue la primera era de este personaje mítico salvador llamado Batman (los comics de la década de 1940)[15], la apuesta que el más reciente director fílmico (Christopher Nolan) hace, es una de apostar a la complejidad de la vida.  Es apostar a ver  lo contradictorio en todo.  En este sentido, el pensamiento no es ético tradicional sino se trata de una nueva ética, que valora la integración de un otro-otredad de pensamiento y de forma de ser.

En este sentido, ya no es posible, nos dice este nuevo Batman, vivir sólo con el bien.  Es más realista vivir con el mal y el bien a la vez.  Se trata de un [mal]bien, con el cual nos debemos comenzar a ajustar.  Por esto las reflexiones finales de la película entre un Guasón “capturado” por Batman;  y un Batman “derrotado” por un Dent y Gordon, quienes lo llevan a claudicar. Esos diálogos finales de éste filme, pasarán a la historia del cine de Hollywood, como un testamento de la nueva ética-moral, la cual puede convivir con el bien y el mal.

Así las cosas, Guasón y Batman tienen un argumento importante sobre el rol de cada cual  para acceder al bien.  Una vez más, Batman ha capturado al Guasón, quien se encuentra colgado de un cable boca a bajo en el abismo, y sostenido de un andamio de un edificio en construcción.  Allí se desarrolla el siguiente diálogo:

Guasón -                   Simplemente no me puedes dejar ir, ¿puedes?  Creo que esto es lo que pasa cuando se encuentran una fuerza imparable con un objeto inmovible.  Sinceramente eres incorrompible. ¿no es así?

Guasón -                   Tu no me habrás de matar, justificándote en un sentido de definir el bien.  Ni yo te habré de matar, porque eres algo muy gracioso para mi.  Nosotros nos necesitamos eternamente.

Batman -                   Tu vas para una cárcel sellada de por vida.

Guasón -                   Tal vez la podamos compartir.  Al ritmo que va la degeneración de la ciudad Gótica, ellos necesitarán más espacio para internar más gente.

Batman -                   Esta ciudad te acaba de demostrar que está llena de gente buena preparada para hacer el bien.

Guasón -                   (le hace una guiña con su ojo  a Batman)

Así será hasta que su espíritu colapse. Hasta que esta gente descubra que le he hecho a su fibra moral. (Nolan y Nolan, 2008:157).

En una película donde los parlamento son tan fundamentales, y el movimiento de las escenas va muy controlado por esto, es importante conocer el contexto del diálogo anterior.  El Guasón en su famoso “experimento social”, intentaba explorar como ante situaciones de riesgo similares (la vida en juego) dos poblaciones cautivas y ambas con un dispositivo para causar destrucción al grupo opuesto, actuaban instintivamente en una lógica de preservación de su vida.  Lo interesante, en la famosa escena de los feries en la bahía, que ambos grupos (tantos los que representaban a los “buenos” ciudadanos, como a los que representaban a los “malos” ciudadanos) optaron por beneficiar la vida de ambos grupos.[16]

Ahora bien, el Guasón se despide de la película con ese anuncio de que él ha corrompido la fibra moral del colectivo.  A esto le reitera en su último parlamento en el filme, mientras sigue pendiente al vacío, que ha corrompido la fibra del jefe de fiscales de la ciudad, Harvey Dent.

Guasón -                   Yo tomé el caballero blanco de la ciudad Gótica.  Lo reduje a mi nivel.  No fue tan difícil – la locura es como la fuerza de gravedad.  Sólo se necesita un pequeño empujoncito. (Nolan y Nolan, 2008:158).[17]

Es muy curioso, pero se trata de un diálogo entre dos fuerzas que dicen

representar polos opuestos.  Aunque lo cierto es que sus fuerzas para  mantener las posiciones, son un tanto más confusas.  Es decir, la película a partir de este diálogo, y ya a menos de sus  ultimmos10 minutos, nos lleva a una posición nunca vista antes, por lo menos no en el celuloide: Batman claudica al bien,  para garantizar que exista lo bueno.

Esta situación se da ya al final de la película, en unos diálogos entre

Dent (Fiscal General), Gordon (el jefe de la policía) y Batman. Sobre todo, que una voz de narrador, se entrecruza con la mirada ingenua del hijo de Gordon, James, quien no puede comprender los actos de las otras tres personas.  En este diálogo, el mal se hace el bien, y el bien se hace el mal.  Es decir, se quiebra la noción bi-polar de los entendidos sociales, para darle paso a un mundo donde se imagina que vivimos el bien, reconociendo que convivimos en el mal.

Dent -             El Guasón me escogió a mi.

Batman -       Porque tu eres el mejor de todos nosotros.  El quiere probar que incluso alguien de tu fibra moral puede claudicar.

Dent -             Y tiene razón. (Nolan y Nolan 2008: 162).

Este parlamento entre un jefe de fiscales y un salvador, continúa hasta la eventual muerte de Dent, el jefe de fiscales.  Ahora, en un acto clásico de corrupción policíaca, entre el jefe de policías y el súper héroe, se da un diálogo que nos permite ver como este filme cambió las reglas del bien y el mal. Con el factor de mayor alarma, que sancionamos la situación a expensas de continuar viviendo bajo la ilusión, o el crimen perfecto según Baudrillard, de que esto es el bien.

Gordon -        El Guasón ganó.  Las acciones legales de Harvey, todo por lo cual el luchó, incluso la muerte de su novia Rachel, todo se perdió.  Que oportunidad tiene la ciudad Gótica de de salirse de este atolladero… Cualquier salida honrosa de mejorar nuestra ciudad muere con la reputación de Harvey.  Nosotros lo apostamos todo en él.  El Guasón tomó lo mejor de nosotros y lo destruyó.  La gente habrá de perder toda la fe.

Batman –      No.  (mirando a Gordon). La gente no puede saber que hizo Harvey.

Gordon –       ¿Cinco muertos? ¿Dos de ellos policías?  No podemos barrer eso por debajo de la alfombra.

Batman –       No. Pero el Guasón no puede ganar.

La ciudad Gótica necesita su héroe verdadero (le vira el rostro a Dent, cubriendo así su cara desfigurada).

Gordon –       No puedes hacer eso.

Batman –       Si que puedo.

Uno muere pronto para ser héroe o vive lo suficiente para terminar siendo un villano. Yo lo puedo hacer porque no soy un héroe, como Dent.

Yo maté cinco personas. Eso es lo que puedo ser,  un villano.

Gordon –       No tu no puedes. Tu no eres eso.

Batman –       (Batman le entrega el radio de policía a Gordon)

Yo soy lo que la ciudad Gótica necesita que yo sea. (Nolan y Nolan, 2008: 164).

En esta escena final de la película, creo que queda más que claro, desde la intención del realizador (Nolan) que no hay necesidad de pensar en categorías inmovibles del bien y el mal. Que lo que existe es una gran fluidez entre lo uno y lo otro, donde la vida, en su complejidad nos lleva a todos, finalmente dice Batman, a ser pragmáticos. Nuestra condición del ser se ajusta a la necesidad del entorno.

Esta enseñanza cuasi-filosófica de este filme, nos pone en una disyuntiva un tanto confusa. Si a lo largo de más de 60 años hemos pensado que los súper héroes están solo para hacer el bien, y asumir esto, que hacemos cuando éste mismo personaje nos confiesa que se puede vivir en el mal (en el caso particular en un acto de corrupción alterando la configuración de un homicidio) y asumir ser parte del mal. Este parlamento y cierre final de la película es en si un acto de destrucción sobre el fundamento judeo-cristiano del bien y el mal, y sobre todo nos deja, literalmente hablando sin la esperanza de que aún quedan héroes.

A fin de cuentas, ya lo dice Batman al final de la película:

“A veces la verdad no es suficiente.  La gente necesita más que la verdad”.  (Nolan y Nolan, 2008: 166).

El 9/11 y el fin de los héroes:

Este filme, y el discurso que el mismo nos comparte, no puede ser entendido en el vacío. El mismo ocurre en un país que fue víctima de un nefasto ataque terrorista contra las torres gemelas, y el cual cambió la forma en la cual “se conducían los negocios de estado”.  Examinando este aspecto, el cambio cultural y como el mismo afectó nuestras nociones de derecho, es que creo que podemos entender la profundidad de El Caballero de la Noche.

Por ende a partir del 11 de septiembre de 2001, la política de los EE.UU. para con su pueblo como para el resto del mundo cambia dramáticamente.  Bajo la premisa de que los “estamos en guerra” según indicó el presidente de turno George W. Bush, era imperioso pensar que el estado se habría de proteger.  No obstante, lo que la historia nos ha demostrado, es que el estado americano más allá de protegerse, cambió su fisonomía de cómo actuar como estado.  Es decir, el estado dejó de ser el buen estado racional, y comenzó a actuar como el mal estado e irracional.[18]

En esta medida, hay tres momentos de la crisis de identidad [racional] de estado, que se inician a partir del trágico evento de las torres gemelas de Nueva York,  y que nos hacen pensar en esta dirección.

  • Primero, la incursión de los EE.UU, y parte del resto de estados del mundo, en la Guerra del Golfo contra Irak, del año 2003.  Dicha guerra se justificó bajo el andamiaje que Irak tenía armas de destrucción masiva y que habría de utilizar las mimas.  La historia ha probado que tales armas no existían, pero más aún que la guerra se desarrolló independientemente de la existencia o no de dichas armas.
  • Segundo, el tratamiento que se le dio a los presos ordinarios y políticos en la cárcel de Abu Ghraib en Irak.  Se documentó y para esto varios soldados salieron convictos, que dicha cárcel semi-secreta, sirvió como un escenario de tortura.  No obstante, esta situación eventualmente dio paso al reconocimiento que el estado americano tuvo que hacer (sobre todo llegada la administración del nuevo presidente Barak Obama) de que habían múltiples cárceles secretas, sobre una docena, en las cuales se practicaban distintos tipos de torturas – algunas sancionadas y otras no, por el Congreso de los EE.UU.
  • Tercero, fue la práctica llevada cabo por el propio gobierno de los EE.UU. contra sus ciudadanos, en la cual sanción de forma secreta la capacidad de espiarlos y de ficharlos de ser necesario para garantizar la seguridad nacional.  Aunque parezca extraño, el gobierno sancionó vía leyes, formas inusuales que atentaban contra las libertades individuales, como lo fue el USA Patriot Act.  Aunque, y como también ha salido a relucir, el gobierno del presidente Bush, también realizó prácticas, fuera de la ley, de monitorear y documentar a sus ciudadanos.[19]

Estos tres momentos son para mi ilustrativo de mi argumento. En específico que el “héroe” americano murió.  Esto es particularmente importante toda vez que la gran consigna de los EE.UU. ha sido, particularmente durante el Siglo XX, el ser la tierra de la libertad y las libertades individuales.[20] Esto llega a su fin durante el mandato de Bush, no porque el país estuviese asediado por terroristas dispuestos a hacer daño no sólo a instancias del poder de dicho país, sino a millares de seres humanos común y corrientes que no son en nada responsables de lo que el estado y el capital norte-americano realizan.

Pero lo interesante de esto, es que Bush siempre actuó inspirado en el hecho de que haciendo el mal, sin reconocer que era el mal, hacía el bien.  Mas aun, al mover los principios básicos de la legalidad de su país, para actuar en los márgenes del bien y el mal, llevó a cabo un cambio cultural muy pragmático, por el cual se comenzó a aceptar el principio maquiavélico de que el “fin justifica los medios”.  Bajo esta premisa, entonces no es sólo que el estado se adueñó del entendido ético-paternalista de lo que era bueno para nuestro bien.  Peor aun, el estado movió nuestros entendidos culturales y nos llevó a una posición muy peculiar, se  justificó a nombre de nuestro bienestar. Lo contradictorio de esto, es que para muchos, las medidas fueron las correctas, toda vez que estamos siendo asediados y se trata de la única forma de contener el mal.

En esto Bush y Batman (ambos con B) se asemejan.  Ambos durante el transcurso de sus vidas útiles, en el caso de Batman en la última realización fílmica, aceptaron claudicar a principios por los cuales se habían guiado, en aras de hacer el bien.  Entrar a la guerra y luego reconocer que no había armas de destrucción masiva, y aún permanecer en la guerra, es un acto más allá de ser pragmático, de cuestionable legalidad.  De igual forma Batman, al aceptar la consecuencia de su vida, de vivir fuera de ley y sacrificarse por el bien común, rompe con un sagrado principio ético, pero que él lo siente justificado en aras de mantener el balance perfecto para el bienestar colectivo.

Dicho lo anterior, no dejo de reconocer que Batman es película y que Heath Ledger muere de una sobre dosis de droga, no de una bala o de un acto de tortura cometido por Batman.  Aunque, los actos cometidos por Bush a nombre de nuestro bien, y en pro de nuestro bienestar colectivo, tienen consecuencias terribles sobre las vidas de seres humanos que han sido afectados de una forma u otra por dichas políticas.

Mas aun, el diálogo relajado ante la ley que impuso la administración del presidente Bush, cala también en los entendidos que Hollywood transmite en torno al bien y al mal.  En otras palabras, y en esta ocasión, no es Batman el que se degeneró en un contexto social y político que no ha cambiado.  Por el contrario, es el contexto social y político el que se degeneró, y esto subsecuentemente afectó nuestras nociones culturales.

Si en algo se asemejan Batman y Bush es que ambos creen que haciendo el mal hacen el bien.  Más aun, ambos asumen, moral y éticamente, las consecuencias de sus actos.

El nuevo estado – ¡todos jilipollas!

Si algo causaba cierta curiosidad, bajo la guerra contra el terrorismo liderada por Bush, fue cuando nombró que varios países eran los “ejes” del mal.  Una categoría muy compleja, pues era difícil definirla con unos sí y con otros no, aunque consecuente con su discurso político en el cual unos hacían el “bien” y otros hacían el “mal”. La traducción de los países del mal, fue burdamente definida por la prensa española como los estados “jilipollas”.  Es decir los estados malos – en la forma infantil/juvenil de definir un acto como malo.

Lo anterior lo destaco, pues lo que me parece un tanto problemático de este asunto, es que lo que traduce no es meramente un discurso de estado, paternalista y autoritario.  Más que nada traduce una visión de estado sancionador de la disciplina y comportamiento adecuado, lo cual merece ser analizado desde una mirada alterna.

Entonces, ya sea por la lógica foucaultiana o por la de los estudios post-coloniales, lo que es curioso es pensar que el estado de los EE.UU. ha  intentado definir, en pleno Siglo XXI, una lógica en torno a los comportamientos adecuados y no, que son ellos los que los pueden sancionar.  Es decir, por mucho tiempo (desde 1948 y la Convención de Ginebra) que la tortura era algo negativo.  Pues los EE.UU. crean una mirada que define que la misma es mala cuando la hacen los otros. Si la hacemos nosotros, no es mala.

En otras palabras, a partir del 11 de septiembre de 2001 y el discurso de los EE.UU. se impone una lógica que asiste en redefinir nuestros entendidos normales sobre el rol del estado. En particular del estado norteamericano.  De igual forma, surge un entendido sobre nuestra mirada del estado del “otro” el cual, una vez más y ahora por otros fundamentos, no podemos sancionar como bueno, sino, y una vez más, como malo.

Este discurso, disciplinador y normativo, entonces crea las bases para una nueva subjetividad colonizadora a partir del “bien”, en esta ocasión definido por los EE.UU.  En esta medida, lo que habría que discutir, no es si Bush es un buen ser humano o no. Por el contrario, es entender cual fue su proyecto en torno al estado y el derecho de los EE.UU, y como el mismo inició una senda (muy bien seguida hoy por el presidente Barak Obama) por la cual se sanciona como el bien, todo lo que nos conviene, y todo lo que no nos conviene, se sanciona como el mal.

En esta medida, y como bien lo hizo Batman, pensar que yo no soy ni bueno ni malo, sino soy de forma utilitaria y pragmática un bien necesario para la comunidad Gótica, es pensar como Bush también redujo al mundo.  En esta medida, habría que examinar, en la metáfora foucaultiana de los capilares transmisores del poder, como se filtró dicha noción abominable y no emancipadora que se tradujo en un filme llamado El Caballero de la Noche, el cual  fue un éxito total a nivel global.  Es decir, se aceptó por vía de la película lo que en la vida cotidiana se implementó como política de  estado.

Por algo es que en los parlamentos citados del Guasón, éste estaba muy claro que su rol no es morir. Sino garantizarle al otro, como a si mismo, una co-existencia bajo unos discursos y postulados que los van definiendo, es decir disciplinando a cada uno.  En esta medida el llamado anarquismo del Guasón no es tan problemático, si se entiende que el mismo lo que intenta es crear un balance entre la opresión y una otredad.  Si se ve desde la mirada delincuencial, sin lugar a dudas es imposible adoptar la moral de éste personaje.  Pero, un director leído como Nolan, sabe que detrás de un acto terrorista, también hay un llamado a un diálogo.

Conclusión: Me debes perseguir

Así concluye Batman su participación en este filme. Reconociendo que le deben perseguir, pues de esa forma se hace el bien (Nolan y Nolan, 2008:165).  Es de esto un tanto de lo que se trata del poder disciplinador que estableció el presidente Bush a partir del 11 de septiembre.  Para poder ser libres tenemos que perseguirlos.  Y esto parece ser tanto el mensaje de la película como el legado de Bush.

Siempre seremos los “buenos”, y a los “malos” hay que perseguirlos.  En esta medida, me parece que el discurso que nos impone Batman no es uno muy ingenuo, sino éticamente perverso.  Nos impone que aceptemos otra ética que condiciona que unos pueden vivir y que otros no deben vivir. Mas aun que ese bien colectivo, abstractamente definido, se une a partir del sentido de inseguridad.

Es esa inseguridad, la que afecta a la ciudad Gótica como al pueblo americano, la que entonces tolera cualquier tipo de tratamiento ante actos y hechos.  El pragmatismo enfocado hacia un bien imaginado, es el que se impone en la conversación.  Pero en una película es más fácil tolerarlo. Aunque en la vida real, son las consecuencias de este discurso con las cuales tenemos que seguir viviendo.

Al final, no yace en el personaje del Guasón un discurso transformativo del legado de sus actos como de sus captores.  Tal vez, será en explorar de forma contradictoria a los pasajeros de aquellos feries, y ver si allí yace una respuesta.  Si en algo tuvo razón Batman fue al decir, que tanto los “buenos” como los “malos” de dichos feries, querían hacer el bien. ¿Cuál bien?  Ya veremos.

 

Referencias:

Baudrillard, J (1995)  El crimen perfecto. Barcelona: Anagrama.

D´Auria, A (2009) Contra los jueces: el discurso anarquista en sede judicial. Buenos Aires:  Libros de Anarres.

Fanon, F (1961)  Los condenados de la tierra.  México:  Fondo de Cultura.

Foucault, M. (1980) Power/knowlege.  New York:  Pantheon.

Negri, T (2008)  “una crisis que surgió de abajo” (entrevistador sin nombre) Youkali, vol 8, página 53.

Nina, D (2004) “El U.S.A. Patriot Act y el acceso a la información: En el fondo del caño sigue un negrito”, Revista Jurídica de la Universidad Intermericana, Vol. XXXVIII: 2:315, 2004.

Nolan J y C Nolan (2008)  The dark knight. N/a Lugar y edición.

Paz, O (1997) El laberinto de la soledad.  New York: Penguin Books.

Quijano, Aníbal (2000) “Colonialidad del poder y clasificación social”, Journal of World-Systems Research, 6(2): 342-386).

* Daniel Nina, Catedrático Asociado, Facultad de Derecho Eugenio María de Hostos, Mayagüez, Puerto Rico.  Escribe en torno a la sociología jurídica.

 


[1] Tomado del guión original de la película (Nolan y Nolan, 2008:155).

[2] Nolan y Nolan, (2008:164).

[3] El caballero de la noche, The Dark Knight (Christopher Nolan – director, EE.UU., 2008).

[4] Para la traducción de los términos de la película, utilizo la nomenclatura utilizada en mi país de origen, Puerto Rico.

[5] En esta última película de la serie Batman, los personajes centrales insertos en los dilemas del bien y el mal, lo son: Harvey Dent (o dos caras) quien es el fiscal general; Gordon, quien es el jefe de los policías; el Guasón, quien representa al antagonista de la película; y Batman quien representa el protagonista de la película, y nos invita a vivir como partidarios del bien.

[6] El origen de este proverbio es confuso, pues tanto lo relacionan con los catalanes como con los dominicanos.

[7] Hasta el año 2008, El caballero de la Noche, fue el segundo filme de mayor venta en la historia del cine de los EE.UU., solo siendo superado por Titanic (1997).  No obstante, en el año 2009, Avatar, superó a Batman.  Curiosamente tanto Titanic como Avatar, son del mismo director, James Cameroon.

[8] En la vida de esta película, en particular en el tiempo de su filmación y presentación inicial, murieron Heath Ledger (actor principal), Conway Wicklife (técnico), y sufrió un accidente Morgan Freeman (actor de reparto).  Por otro lado, Chirstopher Bale (actor principal) fue acusado de agredir a sus familiares en la semana del estreno en Londres.  The Daily Telegraph, 8 de agosto de 2008.

[9] No es mi interés de elaborar una historicidad del personaje de Batman, y su presencia inicial en mayo de 1939, como un súper héroe  los dibujos animados de Detective Comics; subsecuentemente y ya en la década de 1940, Batman asume su propio comic,  Luego en la década de 1960, hace presencia en la televisión.  Aunque el interés por el personaje decae, es en 1989, cuando es llevado al cine, por el director Tim Burton. Luego de varias secuelas, en la década del 2000, Christopher Nolan inicia una nueva era fílmica de este personaje.  Para una recopilación bastante compleja y extensa el personaje, véase Batman (http://en.wikipedia.org/wiki/Batman).

[10] El Guasón (para algunos países en América Latina este es el nombre conocido, para otros, simplemente El Joker), es un personaje siniestro del mundo de los comics.  Es el archienemigo de Batman, quien tiene una vida, a partir de su propia historia que en momentos ha trascendido el personaje del comic. Eso  es posiblemente lo que ha pasado en esta última película, donde el Guasón advino a ser el personaje más nombrado y buscado de la película. A algo influencia la muerte del actor que lo representó, Heath Legder.  Véase El Guasón/The Joker (http://es.wikipedia.org/wiki/The_Joker).

[11] Simplificar el adjetivo sin problematizarlo a uno de “anarquista” me parece que sería un problema.  El anarquismo en su sentido clásico y puro lucha contra la autoridad, y contra las formas de opresión.  En esta medida, llamar al Guasón un anarquista es iluminarlo a nivel de ser parte de una fuerza emancipadora. Esto sería sumamente curioso: de ser villano, se convierte en luchador por la libertad.  Me parece que este personaje en el film guarda las dos posibilidades.  Véase D´Auria (2009).

[12] Véase Tony Negri en la entrevista en Youkali (2008).

[13] Tomado del guión original de la película, y traducido de forma libre, como el resto de las demás citas del guión (Nolan y Nolan, 2008:103).

[14] Hay algo foucaultiano en este asunto (Foucault, 1980).  Es un poco pensar la película desde la genealogía del poder, de la cual habla Foucault, para poder examinar con cuidado la relación del bien con el mal (Foucault, 1980:83).

[15] No nos podemos olvidar que los comics de Nacional Publications (NP) en la década de 1930, desarrolló la peculiar solución a la crisis económica de los EE.UU, por vía de los comics y los llamados súper héroes. En este sentido, NP tenía en su patrimonio a Superman y los llamados Action Comics.  Eventualmente Bob Kane fue comisionados para añadir más súper héroes, y creo a Bat-Man, quien es nuestro héroe de este capítulo.  NP se convirtió luego en DC Comics, quienes continúan editando al personaje de Batman.  Véase Batman (http://en.wikipedia.org/wiki/Batman).

[16] Para los que no han visto la película este “experimento social” que conduce el Guasón, es por decir lo mínimo, abominable. En dos feries, ambos en medio de la bahía, en uno pone a una población penal compuesta en su mayoría por grupos minoritarios de hombre “malos”, negros o latinos.  En el otro ferry, pone a familias, compuestas por hombres, mujeres y niños/as “buenos”, casi todos blancos.  Cada grupo tiene un dispositivo que haría detonar un explosivo en la otra embarcación.  Al momento de la verdad, a la hora cero, los confinados tomaron la iniciativa por el reo que denotaba la mayor autoridad (o perversión) y decide este no detonar el dispositivo y echarlo al agua.  De igual forma respondió el otro grupo en el otro ferry. A fin de cuentas ambos grupos respondieron conforme a la empatía humana de hacer el bien y no el mal.

[17] Sin lugar a dudas y manteniendo la cultura pulp (comic, dibujo animado) de la década de 1940, la película guarda un referente continuo al bien y al mal, como lo blanco (el caballero blanco para el bien) y el caballero de la noche (o el caballero oscuro, the dark knight) para el mal.  Fanon  (1961) y Quijano (2000), nos ayudarían aquí a entender la noción colonial del poder, que ha simplificado el bien y el mal a construcciones e identidades raciales. No nos podemos olvidar que la escena de los feries en la bahía fue construída desde esta lógica.

[18] Al inicio del mandato del presidente Barak Obama, la mirada fiscalizadora de cómo actuó el gobierno de los EE.UU. bajo la presidencia de George W. Bush, estuvo a punto de ser examinada.  No obstante,  todo indica, que un año luego de la toma del poder, y superado el debate sobre los actos de tortura cometidos por las distintas agencias de seguridad de los EE.UU, no hay mucho más en el debate.

[19] A manera de ejemplo, el gobierno de los EE.UU prescribió el monitoreo de los procesos de investigación en las bibliotecas del país (públicas y privadas).  Véase Nina (2004).

[20] No tengo la ingenuidad para pensar que antes del 11 de septiembre de 2001, el gobierno de los EE.UU. era bueno.  Lo que deseo compartir es que a partir de dicho momento, este gobierno perdió las formas y maneras de hacer el “mal”.  De forma abierta y justificada, desarrolló prácticas que lo pusieron en la noción de un estado terrorista o jilipolla.