“ No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo sino de una 'movida' del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios... Aquí también está la envida del Demonio, por la que entró el pecado en el mundo, que arteramente pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y dominar la tierra” (Ref.)
Esto es un resumen de la posición asumida por Jorge Mario Bergoglio, nuevo Papa, cuando en el año 2010, intentó detener la propuesta Argentina para legalizar las uniones de personas del mismo sexo en su país. Como sabemos la razón prevaleció sobre el miedo y Argentina se convirtió en el primer país latinoamericano en legalizar las uniones de personas del mismo sexo.
Pero su oposición no se limitó a las uniones gay, se opuso, además, a la adopción por parejas del mismo sexo, en esta otra ocasión indicó, "Esa ley pone en juego 'la identidad, y la supervivencia de la familia: papá, mamá e hijos'... si a los gays se les otorga el derecho de adopción, la vida de tantos niños estará en juego porque se les privaría de la maduración humana que Dios quiso se diera con un padre y una madre" (Ref.).
El flamante Papa es un católico conservador que apuesta a la permanencia de las doctrinas tradicionales que usualmente ha apoyado la iglesia de Roma. Hablando sobre el aborto indicó, "Se percibe una vez más que se avanza deliberadamente en limitar y eliminar el valor supremo de la vida e ignorar los derechos de los niños por nacer, Al hablar de una madre embarazada hablamos de dos vidas, ambas deben ser preservadas y respetadas pues la vida es de un valor absoluto”.
O sea, que después de siglos de historia la Iglesia Católica se niega a evolucionar. Algunos latinos pueden estar alegres de la elección de un Papa de este hemisferio pero todo parece indicar que para los sectores LGBTT, Francisco I, representa, más de lo mismo.