Ngugi W´Thiong´o en mi Memoria: cuando el idioma es un arma política

Creativo

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Fue para el 1991.  Fue en Johannesburgo, África del Sur.  Se trataba del primer congreso, post el régimen del apartheid que organizaba el antes proscrito/ahora liberado, Congreso Nacional de Escritores de África del Sur (Congreso of South African Writers). Me acuerdo que en dicha conferencia conocí a escritores de la talla de Albie Sachs, Nadime Godimer, Louis Nkosi, Chinua Achebe  y a Ngugi W´ Thiong´o (Ngugi).

Se trataba del re-encuentro de muchos escritores de África del Sur que volvían por primera vez a su país, luego de más de 20 o 30 años de exilio, y que venían inspirados por la apertura democrática que el fin del apartheid constituía.  Pero también venían con los debates que a lo largo de los años de exilio, habían desarrollado y sostenido.

En particular, en el pensamiento dinámico de los escritores allí participando, se surgía con mucha curiosidad el comienzo de una fuerte crítica del discurso post-colonial que personas como la Gayatri Spivak y Homi Bhabha, allí presentes, estaban fomentando. Pero en sus contradicciones y aportaciones, el pensamiento africano iba en cuanto a esto, en una dirección similar aunque en otro ritmo.  El intentar re-describir una lengua no colonial para África, se convirtió para muchos de los allí participantes, en un asunto neurálgico.

Es dentro de dichos debates que le puse atención a Ngugi W´ Thiongo (Kenya, 1938).  Autor de libros tales, como The river between; Weep not, child; Grain of Wheat; Wizard of the Crow, y uno que disfrute mucho, Matagari.  No obstante, sus textos ensayísticos, donde se consume lo político de su pensamiento, fue algo que luego continué explorando.  En particular su texto, ya de cambio cultural paradigmático, Decolonizing the Mind: the politics of language in African Literature (1986).

Este autor, original del poblado de Limuru en el distrito de Kiambu, Kenya, en la costa este de África, quien vivió en el exilió y en cárcel durante los años terribles de Daniel Arap Moi en su país de origen, nos invitó a pensar a lo largo de la conferencia, la importancia de rescatar el idioma base con el cual se nació y se crió uno.  A superar el uso de los idiomas coloniales, y a explorar como se podría establecer un idioma de valor común a dos fronteras: donde el escritor se sintiese cómodo; y donde se pudiera uno liberar del mercado y de los pesos coloniales de la lengua.

Sin lugar a dudas es más fácil decirlo que hacerlo. Y Ngugi no es ajeno a la contradicción.  Pero en el momento que se planteo esto, en el contexto de la emergencia de otros escritores que participaron en dicho congreso como Homi Bhabha (The Location of Culture, 1994),  plantearon la contradicción del manejo del idioma/lengua/mercado/dominación.  No obstante esto, para Ngugi fue insertarse sin cuestionarlo inicialmente, en el proyecto de trabajos dentro del campo de estudios post-coloniales, donde personas como Homi Bhabha, andaban ya pregonando bajo la influencia crítica de Frantz Fanon.  No obstante, esto se dio en le plano de la academia grande, sin lugar a dudas de corte occidental y norteamericana.  Aunque vale la pena enfatizar que ya desde su texto literario fundamental, A grain of wheat (1967), el pensamiento y legado Fanoniano, ya había cruzado por la mente productiva de Ngugi.

De esta forma el debate que originó en el 1991 Ngugi, el cual continua hoy generando nuevas versiones, abrió hacia dos destinos:  la identidad de la palabra del escritor; y por otro lado una reflexión crítica sobre sobre la colonialidad del poder, y en particular, donde la lengua se ha dado por sentado, que nos pertenece a todos y todas.

No obstante, no todo ha sido a beneplácito de su contradicciones intelectuales (pensar y vivir en inglés, escribir en su lengua de origen, Gikuyu),  Desde 1977 vive en el exilio, e intenta no regresar a su Kenya natal, donde ha sido encarcelado en algunos de sus intentos de re-domiciliarse.  Esto le costo que en 20 años no publicara un solo libro, y se dedicase al activismo político-lingüístico.  Su libro más reciente, Wizard of the crow, fue apenas publicado en el 2006.

Es por eso que hoy Ngugi sigue siendo un precursor de lo contradictorio.  En un debate reciente entre escritores presentes en Australia, Ngugi presentó su bandera de guerra/paz, en la cual hablaba de la importancia reciente de re-inscribir nuestras mentes en una lengua no colonial, la cual en el caso africano, permitiera una comunicación entre iguales no-coloniales.  A esta intervención, Louis Nkosi, el escritor de África del Sur/EE.UU., le contestó en Zulú, a lo cual no pudo responder Ngugi.

La reflexión crítica que le realiza Paul Sharrad, editor de la revista de estudios post-coloniales, New Literatura Review (Australia), merece ser observada. Como indica Sharrad, “Ngugi nos mueve al mundo de lo contradictorio. Por un lado reconocer que es importante terminar con los dominios del mundo post-colonial (los cuales tienen un eje dentro de su construcción social del colonialismo); y por otro lado, explorar como introducir una lengua que permita a todo un continente comunicarse”.  Dicho esto, la afrenta y oferta de Ngugi, es sin lugar a dudas atrevida.

Ngugi no se queda sin re-pensar su rol, contribución que ya lleva más de 20 años adelantando. En sus dos textos seminales sobre este tema, el ya mencionado Decolonizing the mind y en Moving the Centre:  struggle for cultural freedoms (1993), Ngugi adelanta y justifica su proceder.  Se puede desaprender a ser colonizado, para constituirse en un nuevo sujeto del devenir africano.

En esta medida, utilizando el pensamiento marxista más básico (el prologo a la Crítica de la Economía Política), Ngugi explora la materialidad del pensamiento humano y como el mismo se constituye.  El lenguaje, ya nos acuerdan los estructuralistas desde Levis-Strauss hasta los Derridas de nuestro días, es una forma de comunicación que recorre distintas avenidas.  Pero Ngugi lo ve desde la construcción de la vida en si misma, su relato verbal y sobre todo su relato simbólico.

Por algo, en su forma contradictoria en el 1991 en África del Sur, la impresión no fue del todo positiva, sobre todo por los jóvenes miembros del Congreso de Escritores, que buscaban en Ngugi, una fuente de inspiración sin contradicciones.  En particular, porque para alguien que estuvo preso, entre otras cosas por defender su lengua africana, quien cuestionó el poder de los déspotas, vivir en el mundo anglo sajón americano, donde se desempeña de profesor, es entre otras cosas un lujo – tal vez necesario.

La conversación se hace aún más contradictoria, pues en la antes referida conferencia y en el debate con Louis Nkosi, también sale a relucir la idea promovida por el propio Ngugi, de abolir los departamentos de estudios de inglés.  En otras palabras, y ya lo dijo el proverbio popular, no debes rechazar la mano que te da de comer.  Pero la la lucha de Ngugi ante esto ha sido consistente.

Con cerca de 20 libros publicados, su incesante actividad académica lo lleva a abrir un blog en su lengua base, Gikuyu.  En esta medida, desde su posición académica como profesor de New York University, donde es profesor de literatura comparada, continuar descolonizando el contenido valorativo de la lengua de comunicación es más que un proyecto, es un acto político – y como todo acto político no sin contradicciones.