En las letras, desde Puerto Rico: Para nombrar el arquetipo maternal, Mayda Colón y Awilda Castro

Crítica literaria
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altEs algo grande Poetizar de forma adecuada a ese Ser que es la Madre. Tal arquetipo, el arquetipo maternal, es uno del cual se sirven muchas tradiciones espirituales y religiosas para nombrar la incondicionalidad amorosa. Yo, ante tal empresa, aún no doy con las palabras certeras, adecuadas; es algo que aún trasciende mis posibilidades. Y, por lo anterior, he entonces optado por dedicar toda una colección antológica de poemas -con toda la diversidad que le caracteriza- a esa persona tan singular en mi vida.

Dicho lo anterior, sin embargo, tengo colegas que sí han comunicado con maestría esas emociones, de modo que les ha sido posible transmitir a través del verso y la metáfora la dimensión que encarna la madre en la vida de un ser humano. Y por tal motivo quiero compartir dos de esas poesías, una pertenece a la creatividad de la poeta Mayda Colón y otra al ingenio de la escritora Awilda Castro, recientemente fallecida. Ambos poemas evidencian esa ternura particular en la voz lírica. La pieza de Mayda, contenida en su más reciente libro, Prosac, se titula Abuela tu piel; la de Awilda Castro (autora de la que se debe publicar su obra dispersa) tiene por título, Tu nombre. Sin duda, días como estos permiten compartir y regalar estas creaciones.

de Mayda Colón


ABUELA TU PIEL

hace que me duela la ciudad en todo el cuerpo.

se me fracturan las sílabas con el viento

aunque me jure que guardé en los zapatos

los residuos del asfalto que pisamos

para calentar las mañanas.


Si vieras la catedral

es viernes y ha decidido emprender silencio

ha guardado sus luces al fondo en la escalera

como lamentándose por la muerte de Cristo.


Si supieras lo triste que es el caer de la tarde

sobre la ciudad desnuda.

El sol se asoma a los tejados

buscando lo que quedó de la lluvia

y muere rojo, mientras la niebla se evapora.


Yo sigo en pausa

estrangulo unas cuantas palabras

encubiertas por el vértigo,

sirvo como manto de Turín a mi propio esqueleto

que se enrosca a tu ausente sombra

cada vez que oscurece.


La ciudad se viste de recuerdo que se inmola

desde que no estás,

Desde que te fuiste llevándote contigo la inocencia

Y tatuándome la certeza de que la felicidad

se inaugura y culmina en el andén de tus manos.


de Awilda Castro


Tu nombre

A ti que hiciste lo que soy, que tu recuerdo me sostiene, a ti que inspiras todo lo que hago, a ti, mi vieja.

Cuando digo tu nombre,

quiero decir recuerdo,

quiero decir ternura,

una sábana olorosa al dormir,

unos ojos que aunque cansados siempre alertas,

Al pronunciar tu nombre evoco café recién cola’o bien cargadito,

un arroz con gandules del día anterior,

unas viandas salpicadas de gusto en el sancocho,

la tersura de la maicena,

el vapor de las sopas,

las patitas de cerdo con garbanzos,

el pan de maíz casado con la leche,

el bizcocho de novia emparentado con las noticias,

las gomitas de china pegadas a tus encías,

las películas que te daban pesadillas y tu habitual insistencia que durmiera contigo.

Cuando digo tu nombre,

huelo polvo Maja, crema Pond, suavizador Final Touch, perfume de la Avon, jabón

Dove,

huelo recao, cilantrillo, ajo, cebolla

huelo sofrito.

Cuando digo tu nombre,

pienso en ternura, en apoyo,

en tus ojos negros ya casi cegatos,

en tu pelo canoso sin tintes,

en tus arrugas,

en tus grandes orejas, en tus nalguitas escurridas,

en tus grandes cejas,

en tus piernas llenas de várices,

en el tiempo que eran piernas gordas y bellas.

y pienso en tus trajes hechos a la medida con aquellas telas de la Tienda Paco,

en tus piernas peludas,

en tus zapatos negros de La Gloria, brillados con Griffin.

Y te pienso dichosa, feliz,

con tu mente clara de nuevo,

con tus recuerdos organizados,

con tus susurros para tranquilizar mis lágrimas

con aquel “lo que importa es que yo te quiera”

Y te pienso sin locura, sin insultos, sin malas palabras

como cuándo aún había inocencia.

Te pienso con amor eterno,

eterno como los recuerdos.

te pienso como lo más bonito de mi vida,

Cuando digo ternura,

amor, apoyo, sentimientos,

recuerdos y vínculo,

quiero decir abuela,

quiero decir Mercedes.