El Cairo- Helicópteros del Ejército arrojaron hoy octavillas sobre una concentración islamista en un distrito de esta capital en las cuales advierten contra el recurso a la violencia tras intensos choques entre manifestantes y policías.
Estén seguros de que vuestras fuerzas armadas no permitirán ninguna intimidación sea contra ustedes o cualesquiera otros, afirman los volantes, que critica a quienes "incitan a la violencia por su beneficio".
Las hojas fueron dispersadas cuando aún resuenan los ecos de los disturbios que sacudieron ancohe varias zonas del centro metropolitano durante los cuales partidarios del derrocado presidente Mohamed Morsi fueron enfrentados por la Policía y vecinos y que se saldaron con 22 heridos, según fuentes oficiales.
Testigos dijeron que los agentes antimotines emplearon perdigones y gases lacrimógenos y que dos seguidores del derrocado presidente fueron salvados por la Policía de ser linchados por vendedores y vecinos del área adyacentes al puente 6 de Octubre, que une a la isla de Zamalek con el resto de esta metrópolis.
Los islamistas apedrearon automóviles, quemaron neumáticos y trataron de bloquear el puente con vehículos y una improvisada pared de ladrillos, pero fueron obligados a retroceder hacia el distrito de Ciudad Nasser, donde decenas de miles de seguidores de Morsi están concentrados hace 16 días en demanda de su retorno a la primera magistratura.
Fuerzas de la Policía impidió que un crecido número de manifestantes se sumaran a los que trataron de bloquear el viaducto.
Las batallas callejeras se desbordaron al vecindario colindante de Gamra, donde residentes chocaron con manifestantes, y a la plaza Giza.
Los disturbios coincidieron con entrevistas del subsecretario de Estado norteamericano William Burns con el presidente provisional Adli Mansour y el primer ministro Hazem El Beblawi, tras las cuales declaró que su gobierno no apoya a ninguna de las partes en la crisis egipcia.
Esta mañana la calma retornó al área, pero el crispamiento persiste y existe la casi certeza de que los disturbios se reproducirán en el curso del día ya que los seguidores del mandatario islamista necesitan mantener la presión para evitar que la crisis se estanque, lo que implicaría perder empuje.
De su lado, las autoridades provisionales avanzan a toda marcha hacia la formación de su anunciado gobierno interino lo que les conferiría un mayor grado de legalidad y autoridad para actuar contra las protestas de sus detractores.
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