Con los aires, vapor y resfriados que se están dando en Puerto Rico en torno a los debates en pro de mayor soberanía nacional, ya con varios hechos constatables de que la tendencia del actual gobierno es aspirar a mayores poderes para el país, entonces: ¿no estamos en un buen momento para ponderar la inclusión de Puerto Rico a la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe, CELAC? El momento es importante, pero, ¿tenemos la voluntad de hacerlo?
Puerto Rico vive un interesante periodo que para las actuales generaciones, esas que no vivieron la década de 1954 a 1964, es muy singular. Esto lo digo pues estamos atravesando por un período en el cual de forma abierta el gobierno de la isla, se encuentra gestando múltiples acciones que ubican a Puerto Rico en un mundo más caribeño, más latinoamericano y sobre todo más global. Nos encontramos ante una fase importante de internacionalización a partir del estado, de Puerto Rico.
En este sentido, la reciente participación de Puerto Rico ante la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) adscrita a la Organización de las Naciones Unidas, en la reunión regional celebrada en Montevideo, Uruguay, fue más que un acto significativo. Luego de 10 años de ausencia, la presencia de Puerto Rico en dicha cumbre, en el contexto del 2013, fue una soberano y más que nada de intentar asistir al país en su desarrollo como nación global. Lo más cercano a tener plenos derechos y atributos. La jefa de la delegación de Puerto Rico, similar a cargo de embajadora, la profesora Marcia Rivera, lideró la participación de la isla en dicho foro asistida por un cuerpo de asesoras, todas mujeres, impresionante.
En este sentido, intentar participar ahora en la CELAC es parte del proceso que se viene desarrollando en la isla. Ya lo indicó el presidente venezolano, Nicolás Maduro, el pasado 9 de agosto, que Puerto Rico debe ser invitado e integrarse a esta organización regional. La importancia para todos, pero más que nada para Puerto Rico, es que asumir a participar en la CELAC, aunque sea y pueda ser solo en carácter de asociado, es que en dicha organización ni Canadá ni los EE.UU son parte. Es decir, simbólicamente sería un acto de “independencia” de vivir en la esfera hegemónica de los EE.UU. Un detalle importante de la CELAC es que los miembros son gobiernos y no estados, dando espacio a su integración de otros estados aún coloniales de la región del Caribe. Esto beneficia a Puerto Rico en su condición actual territorial-colonial, a integrarse como asociado en la CELAC.
Apostemos a que Puerto Rico puede seguir integrándose en todas las instancias regionales de gobiernos y estados soberanos y no soberanos en la región. Como dijera Rene Pérez de Calle 13, “Puerto Rico debe de estar en la CELAC”. Sobre todo si esto nos ayuda a superar la difícil situación económica y social por la cual estamos atravesando.