Antes de ayer, 23 de septiembre fecha emblemática del independentismo puertorriqueño por ser la conmemoración del Grito de Lares, el representante a la Cámara por el PPD y soberanista licenciado Manuel Natal Albadejo sometió el proyecto de ley, P de la C. 147, para restablecer el estado jurídico de la ciudadanía puertorriqueña, tal y cómo aparecía en el Código Político de Puerto Rico de 1902, antes de la enmienda que hicieran en el 1997 el gobierno de PNP, bajo la gobernación del Dr. Pedro Rosselló.
El Proyecto de ley es a los efectos de derogar la L ey 132 de 1997, que derogó los incisos 2 y 3 del art. 10 del Código Político de Puerto Rico sobre la ciudadanía de Puerto Rico. Además, la Ley 132 modificó el primer inciso del art. 10, para que leyera que: “Toda persona que posea la nacionalidad y sea ciudadano de los Estados Unidos y residente dentro de la jurisdicción del territorio de Puerto Rico será ciudadano de Puerto Rico.” Así las cosas, este fue el estado de derecho antes del caso del fallecido licenciado Juan Mari Bras en el Tribunal Supremo de Puerto Rico, Ramírez Ferrer v. Mari Bras, 144 D.P.R. 141 (1997) y de que el Departamento de Estado de Puerto Rico emitiera certificados de nacionalidad puertorriqueña, pero no hubo legislación que recogiera los principios enunciados en la últimas normativas legales. Al día de hoy, con este proyecto de ley y la simultánea Resolución conjunta, R. C de la C. 373 del joven representante Natal, se busca fortalecer nuestra ciudadanía puertorriqueña, dentro del estatus de territorio no incorporado de los Estados Unidos. Es interesante, como la exposición de motivos del Proyecto de ley hace referencia a que fue el mismo Congreso de los Estados Unidos quien reconoció la ciudadanía de Puerto Rico en el año 1902. Además, de hacer un recuento histórico, sobre cómo luego de la aprobación del Código Político de Puerto Rico, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos no ha objetado la ciudadanía de Puerto Rico ni ha guardado reparo alguno a su legitimidad. Igualmente menciona cómo el mismo Gobierno federal la ha reconocido en varias instancias. Cabe mencionar, que el reconocimiento de la ciudadanía de Puerto Rico atiende a las necesidades específicas y prácticas de aquellas personas que han renunciado a la ciudadanía de los Estados Unidos, que han sido reconocidas ciudadanos de Puerto Rico, y que no pueden salir de la Isla libremente. Situación que responde a que no existe un pasaporte de Puerto Rico válido, que permita entrar y salir de la Isla; lo que antes era posible hacer por el Caribe, con un certificado de nacimiento o una licencia de conducir y luego tomar camino a otro lugar, todo lejos de las garras de los servicios de inmigración y aduanas de los Estados Unidos. En ese sentido, luego de los ataques del 911 y de un mayor control y reglamentación en las fronteras de los Estados Unidos, esa práctica se ha hecho imposible. Igualmente es meritorio fortalecer la ciudadanía puertorriqueña, dentro de la nación de los Estados Unidos, dando constancia de ser una nación dentro de otra. Además, la ciudadanía de Puerto Rico nos da acceso a un reconocimiento internacional; y a ser todos beneficiarios de la participación de organismos internacionales, como la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe), Petrocaribe, la ONU (Organización de Naciones Unidas), la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la educación, la ciencia y la cultura), entre otras más. En otras palabras, abriendo las puertas grandes a posibilidades de crecimiento económico y reconocimiento cultural en distintos foros mundiales, en los difíciles tiempos de la Gran Recesión. Actualmente no se sabe todo el uso que pudiese tener el certificado de Ciudadanía puertorriqueña, hay que mencionar que se conocen de algunos a nivel internacional, como el del reconocimiento de España para efectos de solicitar la ciudadanía española. Afirmamos que esto es una cosa buena, que más allá de un mero certificado emitido por el Departamento de Estado, comienza a tener mucho sentido común ser certificado ciudadano puertorriqueño.