Cornell West en la UPR - ¿Lógica racista?

Cultura

El intelectual americano vivo más importante, Cornell West, se presenta este jueves en la Universidad de Puerto Rico. Invitado por la Mesa de Diálogo Martin Luther King, Jr., West disertará sobre la cultura de la exclusión. El intelectual afro-americano de mayor renombre a nivel nacional y mundial, se presenta curiosamente en el primer centro docente del país, en un anfiteatro con cabida para poco más de 100 personas. La pregunta de rigor, en matemática pura y simple, es ¿Quién en la UPR no conoce a Cornell West?

Me pregunto: ¿para un centro educativo que en su discurso dominante se ha desvinculado tanto del que hacer nacional y cultural del país, de haber venido el fenecido intelectual francés, Jacques Derrida o Jean Paul Sartre, los habrían puesto en el anfiteatro 108 de la Facultad Graduada de Ciencias Sociales? No creo. Entonces preguntamos ¿quién es la persona responsable de este desacierto?

Los organizadores de la Mesa de Diálogo Martin Luther King se sienten orgullosos que el intelectual West haya decido participar en Puerto Rico libre de costos. Con una tarifa de sobre 15 mil dólares por intervención, es un privilegio tenerlo de forma gratuita. De igual forma y ante la ausencia de otros sectores que auspiciaran su presentación en algún lugar digno de este intelectual, la opción de la UPR surgió. No obstante, en la institución nadie, ni decanos académicos, ni decanos de facultades ni la propia rectora interina, sugirieron, con alegría, que fuera el Teatro de la Universidad quien recibiera al insigne promotor del concepto del intelectual radical.

No quiero excederme en los criterios de juicio sobre este evento convocado para el próximo jueves en la UPR. Pero los 10 o 15 profesores afro-descendientes a tiempo completo en el Recinto de Rio Piedras, deberían como mínimo convocar a una protesta frente al anfiteatro para que sea el propio West el que se salga del anfiteatro y ofrezca su disertación en los pasillos como vos de protesta para lo que aparenta ser parte de una lógica de exclusión e invisibilización de todo aquello que luzca negro y no sea blanco.

La protesta debe estar dirigida por un lado a confirmar que el mensaje de West es el correcto: los negros y negras, en particular, viven en pleno Siglo XXI la exclusión. Pero por otro lado, la protesta debería ir dirigida a que la propia composición de la UPR se rigiera, como mínimo por los criterios del censo del 2010: el 12 por ciento de todos los estudiantes, personal administrativo y personal docente debería ser afro-descendiente.