Washington- Medios políticos estadounidense esperan duros enfrentamientos entre la Casa Blanca y el Congreso en las próximas semanas sobre temas fiscales, la reforma migratoria y la aprobación de un proyecto de ley agrícola.
La abortada crisis sobre el cierre parcial del gobierno y la elevación del techo de la deuda pública del país "es probable que tenga una vida útil corta", valora el diario digital The Hill, al abordar los enfrentamientos que se avecinan.
Aunque el día 16 terminó con una dudosa victoria de la Casa Blanca y los demócratas sobre los republicanos, fuentes legislativas estiman que tañl desenlace no aportó suficiente capital político al presidente Barack Obama para avanzar en su agenda de gobierno, en la cual temas prioritarios como la reforma migratoria permanecen estancados en el Capitolio.
Según el estratega republicano Ron Bonjean, es poco probable que las relaciones entre Obama y los republicanos mejoren. Nadie tiene capital político en este momento para llevar adelante realmente las principales iniciativas legislativas para finales de este año, dijo.
Es muy poco probable que cualquier proyecto de ley de reforma migratoria pueda avanzar en la Cámara de Representantes después del enfrentamiento sobre el cierre y el techo de la deuda, adelantó Bonjean.
Sin embargo, otras fuentes dan crédito a la agenda gubernamental y opinan que la reforma migratoria puede avanzar.
Un ex alto funcionario del gobierno dijo que el segundo mandato de Obama depende de los resultados de los enfrentamientos internos entre los republicanos y de si el presidente de la Cámara baja, John Boehner (republicano-Ohio) está dispuesto a aprobar una ley de inmigración sin una mayoría de su partido.
Sobre los avatares que esperan a la agenda gubernamental, el senador republicano Ted Cruz dijo el jueves que no descarta el uso de la amenaza de cerrar el gobierno como una posible táctica de negociación en el futuro.
Una reciente encuesta de Pew muestra que el índice de apoyo de Cruz entre los integrantes del Tea Party se elevó a 74 por ciento, por encima del 47 por ciento en julio, mientras entre los republicanos más moderados es del 25 por ciento.
Por lo pronto, funcionarios de ambos partidos estiman que las perspectivas de un avance importante en la agenda de Obama son tenues, dadas las diferencias sobre los impuestos y el gasto, que enfrentó a las partes a lo largo de los tres años.
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