¿Vandalismo en las escuelas?

Política

altHace unos días examinábamos en este periódico el hecho de que el secretario de educación de Puerto Rico, Rafael Román, canceló un lucrativo contrato que tenía una agencia de seguridad privada, Génesis, para brindar servicios de protección nocturna los plánteles escolares en Puerto Rico. Sobre 800 plánteles escolares se beneficiaban de este servicio, el cual representaba la friolera cantidad de $7 millones de dólares mensualmente para dicha compañía. También trascendió, al momento del corte contractual, que a dicha compañía se le adeuda la cantidad de $82 millones de dólares en pagos atrasados.

Entonces, no sólo se le canceló el contrato, sino que a partir de este acto, en los pasados 10 días, ha aumentado la cantidad de actos de vandalismos en los planteles escolares. De forma curiosa, en el día de ayer, el jefe de la policía de Puerto Rico, Héctor Pesquera, informaba que se habían arrestado a varias personas contralas cuales en el día de hoy se habrían de radicar cargos por vandalismo a la propiedad pública y robo de bienes públicos. Trascendió que todos los arrestados son empleados de Génesis.

Más allá de ser una situación bochornosa, se trata de una situación preocupante. ¿Habrá en esta situación un acto concertado de conspiración entre las personas responsables y la gerencia de la compañía Génesis? Esta es la pregunta que yo, si fuera el investigador del caso, me haría inmediatamente. NO es la pregunta que hemos escuchado de parte de las autoridades, pero es el próximo paso lógico en la conversación.

Sin lugar a dudas se trata de un contrato oneroso para el pueblo de Puerto Rico. Por otro lado, la medida adoptada por el secretario desde nuestro parecer, ha sido la correcta, en la medida en que la educación no tiene nada que ver con servicios de seguridad nocturno. Esto era un lujo que se puede compensar de otra forma. Con los $80 millones que cuesta en promedio anual este servicio, se podrían ofrecer muchos programas innovadores en el sistema de educación público del país.

Lo que si no se puede tolerar, es que todo el esfuerzo del Departamento de Educación de Puerto Rico se venga al piso, producto de personas que de forma individual o colectiva conspiraron para hacer daño. Ante esto, hay que proceder de forma enérgica y firme.