¿Quién habla por Puerto Rico?

Política


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Recientemente Puerto Rico ha iniciado una nueva ronda de participación a nivel regional e internacional, en distintos foros donde se afirma cierta voluntad de mayores poderes soberanos.  Así las cosas, el país se ha insertado en el mundo internacional por dos vías: por un lado, bajo el gobierno en aquellos cuatrienios donde la voluntad estatal sea la de participar a nivel internacional; y por otro lado, bajo organizaciones de la sociedad civil, que han decidido participar a nivel internacional a nombre de Puerto Rico.

En la tradición clásica y moderna del estado nación, solo el gobierno legítimamente constituido, tiene la capacidad de representar a su pueblo.  Desde esta perspectiva, las agrupaciones de la sociedad civil que participan en foros internacionales, lo hacen muy a su propio criterio, adelantando posturas de dicha sociedad civil, no obstante adelantando muy poco a nivel de la oficialidad.  Para fines prácticos, solo el estado es el que debe invocar la postura del país, por vía del gobierno, aunque la nación tenga variadas posiciones en torno a un asunto en consideración.  Esto, para un país como Puerto Rico, que no tiene tradición sostenida de soberanía ni de participación en foros internacionales desde el estado, es un asunto de compleja condición.

En la noche de ayer, por ejemplo, mientras el Dr. Alfonso Múnera Cavadía deponía en el Departamento de Estado en torno a la Asociación de Estados del Caribe, en la sección de preguntas algunos participantes propusieron que la sociedad civil asumiera el rol de Puerto Rico en dicha organización regional.  El interés desplegado por el Dr. Múnera Cavadía, fue significativo.  No obstante, uno debe siempre guardarse la pregunta de si dicha representación es la idónea y la correcta. Nos parece que no.  Sería muy limitada la misma.

Entonces, propongamos que Puerto Rico, a través de su legítimo gobierno, siga asumiendo presencia a nivel internacional y regional.  Pero que lo haga a través de su gobierno, el cual fue democráticamente electo para cumplir dicho rol de participación en el mundo de las relaciones internacionales.