Defiende tu privacidad (parte II): el privilegio abogado cliente

Política

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Ante la actual crisis del derecho a la privacidad, creado en parte por las acusaciones de varios países a los Estados Unidos, por las intercepciones a llamadas telefónicas, mensajes de texto y emails por la NSA (National Security Agency), nos preguntamos dónde quedan los privilegios de confidencialidad entre profesionales y sus clientes, específicamente el privilegio de abogado cliente, que son pilares de nuestro estado de derecho.

Cada día que pasa, nos asombramos por las noticias que salen en los medios sobre la cantidad de personas afectadas por la inteligencia estadounidense durante los últimos años.  En Francia, el periódico Le Monde ha revelado que más de 700 mil llamadas de ciudadanos franceses fueron interceptadas; en España el periódico El Mundo publicó en esta semana una noticia de que más de 600 llamadas de nacionales españolas fueron igualmente interceptadas.  Todo esto a la luz de las publicaciones del periódico liberal británico The Guardian, que tomando la información obtenida por parte de Edward Snowden, ha estado revelando y descifrando las informaciones de suma importancia en el ámbito internacional, sobre los métodos empleados por la NSA.

Igualmente, las supuestas intercepciones se dieron a dignatarios de estados, como en el caso de Alemania con el teléfono móvil de la primera ministra Angela Merkel, en Francia a François Hollande, también al presidente de México Enrique Peña Nieto, y hasta al mismo Papa Francisco I, entre otros líderes de varios países.  Ante todas estas denuncia, en mi opinión lo más asombrante son algunas expresiones de gente común, que han dicho en sondeos y entrevistas; que pues es algo que todos los países hacen, o que eso es algo que se hace y no se dice.  Todos comentarios, alejados de una noción vertical en cuanto al derecho a la de privacidad de los ciudadanos, frente a intervenciones ilícitas por parte del Estado.  Pero me pregunto ante este escándalo, qué voces han reclamado violaciones y/o protección del privilegio de abogado-cliente, tan fundamental para nuestro Estados de derecho.

Curiosamente, en la televisión salió declarando el estimado colega de Mayagüez, Lcdo. Harry Padilla, sobre la posibilidad de que mediante el grillete electrónico, que tiene su cliente Jaime Casellas, en uno de los casos “high profile” ante el Tribunal de Isla, el Estado le estuviese escuchando sus conversaciones privilegiadas.  La razón de la sospecha fue que en medio de una sesión en el Tribunal, el grillete emitió la voz de una persona que estaba dando instrucciones.  Inmediatamente la defensa expresó su deseo de ponderar la posibilidad de que el Estado estuviese interviniendo las conversaciones de Casellas, específicamente las que él tiene con su cliente.  En mi opinión, y ante la actual crisis del derecho a la privacidad, es un punto válido por parte del abogado puertorriqueño.  Es que este asunto del NSA nos pone a revaluar todo sobre lo antes habíamos depositado nuestra confianza.

Así las cosas, el American Bar Association (ABA), máximo órgano privado que regula el ejercicio de la abogacía en los Estados Unidos, y que inclusive tiene una comisión dedicada a la privacidad, ha mantenido silencio ante esta actual crisis.  Cabe mencionar, que desde hace años la ABA ha creado foros para discutir las implicaciones de que el NSA escuche conversaciones entre abogado cliente.  No obstante, en este momento crucial ha mantenido silencio.  Igualmente, el Colegio de Abogados de Puerto Rico no se ha expresado, asunto muy lamentable ya que son precisamente estos asuntos en lo que uno espera que estás organizaciones se expresen, en pro de los derechos de la ciudadanía y máxime cuando se pudiese estar violentando el principio de la confidencialidad entre los abogados y sus clientes, que es vital.

Pues no todo es gris, el Consejo de la abogacía española, la semana pasada emitió una resolución al gobierno de España de que inmediatamente le notificara al gobierno de los Estados Unidos formalmente, que escuchar e intervenir en las llamadas entre los abogados y sus clientes españoles, no solamente es ilegal sino que atenta con las bases de la democracia y del Estado de Derecho.  Es que no es para menos.

Mientras tanto aquí en Puerto Rico, entre la resignación de algunos de que está OK que el gobierno intervenga con la intimidad y privacidad, y ante la desidia por parte de las organizaciones competentes, la única alternativa sensata es la que está planteando el Lcdo. Harry Padilla; analizar críticamente y pensar que te pueden estar escuchando e investiga la posibilidad y/o probabilidad de ello.  Ahora más que nunca tenemos que estar cuidadosos porque como lee la novela clásica de George Orwell, 1984, “Big Brother is watching you”.