James Tuller y el independentismo racista

Cultura


alt

En el Siglo 19, los patriotas caribeños a la altura de Ramón Emeterio Betances y Eugenio María de Hostos, en Puerto Rico, y José Martí en Cuba, desarrollaron una cercanía de diálogos con la comunidad de expatriados caribeños que vivían en Nueva York. Así las cosas, varias iniciativas revolucionarias surgieron desde dicha monumental ciudad. Luego en el Siglo XX, en particular en la década de 1970, el extinto Partido Socialista Puertorriqueño, se dedicó a organizar la comunidad boricua en la ciudad de Nueva York, produciendo la primera alianza moderna entra la comunidad en la diáspora y la de la isla.  Fue uno de los momentos de mayor gloria para lo que podemos definir como el Gran Puerto Rico, ese que se compone por los que vivimos en la isla y los que estamos en el exilio.

Hoy han nombrado a James Tuller Cintrón, como jefe nominado para dirigir la policía de Puerto Rico.  Contrario a todo término, en este caso en particular, ha surgido un nacionalismo beligerante, que cuestiona su puetorriqueñidad.  En particular a si genuinamente este señor conoce o no lo que es Puerto Rico.   Debo aclara algo, que en materia de criterios policiacos, puedo coincidir que no es el mejor recurso, aunque no lo puedo descartar: es un recurso no antagónico a la cultura de derechos civiles y la seguridad.  ¿Por qué? Porque sus funciones no eran de línea primaria en seguridad, sino de línea secundaria: administrar transito y proyectos de vivienda, desde la óptica de seguridad.

Ahora bien, de lo poco que sabemos del Sr. Tuller Cintrón es lo siguiente: es medio boricua, y vivió en algún momento de su niñez en Puerto Rico;  es negro (presumo que hijo de un afro-americano); viste como negro americano; y viene de Nueva York.  Si fuera por no haber vivido en Puerto Rico, el saliente jefe de la policía, Héctor Pesquera también debió de haber estado excluido. Este no vivía en Puerto Rico, trabajaba de lleno en el estado de Florida; y era blanco y pudiente en los circuitos de la comunidad en el exilio de boricuas que residen en la Florida.  Pero a éste no lo condenamos por esto.  A Tuller sí lo condenamos porque no es boricua residente en Puerto Rico.

Todo sería sencillo, si no fuera porque los independentistas, tanto Juan Dalmau por el Partido Independentista Puertorriqueño, como Héctor Pesquera por el Movimiento Independentista Nacional Hostosiano, no se hubieran pronunciado en contra de Tuller Cintrón.  Ambos destacaron que no conoce a Puerto Rico, por lo cual está excluido.  Me pregunto, ¿Cuál es el proyecto de ambos grupos independentistas con la diáspora boricua?  Los 4.9 millones que reclaman ser boricuas viviendo en los EE.UU son también como Tuller Cintrón.  No son de aquí. Son de allá.  Entonces, y si desean volver, ¿los expulsamos del país?

Me parece que el comentario de enfatizar, desde una lógica independentista, que no es boricua de verdad, o no conoce lo que es el boricua real, es una lógica cultural xenofóbica.  No la podemos apoyar.

Me reitero, crítico a Tuller Cintrón porque siento que no era el mejor candidato. Posiblemente era el único disponible, que cumpliera con los requisitos del gobierno federal luego de haber puesto en sindicatura a la policía de Puerto Rico.  Pero no lo voy a rechazar porque no es boricua de verdad.  Menos aún porque es negro, de origen humilde y sobre todo del circuito de Nueva York.  Ojo, que acabamos siendo tan racistas como a los que criticamos.