La cultura trans-generacional

Cultura

Tan reciente como el pasado viernes, un joven artista urbano, Abey Charrón, develó su obra-mural en el casco de Rio Piedras, en homenaje al padre de la patria boricua, Ramón Emeterio Betances. La actividad fue presentada por al joven cineasta y activista político, Tito Román. Distinto a otras actividades en relación al arte urbana, esta actividad no pasó desapercibida por distintos registros cibernéticos, incluido El Post Antillano, los que elogiaron la obra.

¿Cuál es la importancia del Betances de Rio Piedras? Por un lado, la grandeza de ese mulato, médico, mayagüezano y sobre todo libre pensador llamado Ramón Emeterio. Por otro lado, hay que reconocer que para la emergente clase de artistas urbanos, se trata de romper un poco con el molde dominante de su arte, la cual en apariencia representa no estar comprometida con los valores patrios, nacionales e identitarios de Puerto Rico. Ahora bien, lo que más valoro, es el diálogo que se establece a partir de esta obra con las distintas generaciones que co-existen en Puerto Rico.

Los referentes culturales que se expresan a través del arte, sin lugar a dudas deben ser libres, y de libre selección del artista. No obstante, la relevancia del arte, entre otros factores, depende que la obra le hable a más de un grupo social. Para esto es importante trabajar con referentes culturales trans-generacionales. A nivel mediático, por ejemplo, y luego de más de 100 años de una campaña mediática colonizadora me pregunto ¿quién no conoce la Coca Cola?

Pues así mismo es con los iconos nacionales. Luego de 200 años de forjar la nación puertorriqueña, ¿quién no conoce a Betances? ¿Quién no conoce a Pedro Albizu Campos? ¿Quién no conoce a Eugenio María de Hostos? ¿Quién no conoce a Filiberto Ojeda Ríos? ¿Quién no conoce a Julia de Burgos?

Para que el arte urbano pueda trascender, deberá continuar mesclando la expresión libre (por ejemplo, La iguana y el coquí, en Santurce), con los trabajos de Charrón o de Dennis Mario Rivera (Don Pedro y los Pitirres) o Edgardo Larregui (El pinocho negro en la Baldorioty). Me parece que las generaciones entonces hablaran entre ellas.