Por decir lo mínimo, el reciente viaje de la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz a la ciudad de Montevideo Uruguay, me parece sumamente interesante. Se trata de su primer viaje internacional, desde que asumió la poltrona de la ciudad capital, el pasado noviembre de 2012.
Hasta ahí todo parece bien. No obstante, nos preguntamos en un país con una limitada cultura de relaciones internacionales, aun viviendo en un momento de ostracismo político a nivel internacional, si los esfuerzos que se hacen a nivel internacional no deberían de estar más concertados. Es decir, y a parte de recibir un premio, ¿Cuán importante es Uruguay para el desarrollo de una cultura de relaciones internacionales en Puerto Rico?
Como parte de un aprendizaje en general, nos parece bien el viaje. Es importante, pues deberíamos verlo como parte de un fogueo al cual se expone la alcaldesa, y otros dignatarios que la acompañaron. Pero, y a la luz de la presentación del secretario de estado de Puerto Rico, David Bernier, la cual se realizó apenas una semana y expuso cuales eran las líneas de prioridad (el Caribe inmediato y el Gran Caribe), ¿es parte Uruguay de dicha política de internacionalización que hoy se promueve? No me parece.
Nos preguntábamos en el último censo federal en Puerto Rico, cuántos uruguayos viven en Puerto Rico. No es una población significativa, y debe rondar en unos 300 o 400, a lo sumo. Más aún, cuántos viven en San Juan, es un asunto interesante a considerar.
Pero bien, en el primer tratado de hermanamiento que firma la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín, hizo el mismo con la ciudad de Montevideo, Uruguay. Nos parece que como parte del proceso de entrenamiento para desarrollar una cultura de relaciones internacionales, la acción tomada por la alcaldesa es la correcta. No obstante, como parte de desarrollar una cultura coherente con el Departamento de Estado de Puerto Rico, el cual es constitucionalmente encargado de hacer esta gestión, la movida de ir a Uruguay, no es la correcta. Tal vez el primer pacto de hermanamiento debió haber sido con la ciudad de Santo Domingo, República Dominicana. Con una población de sobre 60 mil dominicanos en Puerto Rico, son ellos nuestro primer destino en el quehacer de las relaciones internacionales.