Albert Camus el extranjero para Puerto Rico y el Caribe

Cultura


El pasado 7 de noviembre, se conmemoró por todo el mundo los 100 años del escritor argelino Albert Camus.  Destacado literario, ganador del Premio Nobel de literatura en el 1957, que escribió importantes novelas, ensayos y obras de teatro, sobre los conflictos internos de la condición humana, entre otros temas de gran importancia y relevancia al día de hoy.

Para las personas del Caribe, los trabajos de Camus pueden ser fundamentales para entender el colonialismo, los procesos de independencia y el neocolonialismo.  Camus de padres europeos, nació en Argelia y se crío durante los últimos años del gobierno colonial francés en ese país africano.  Sus experiencias de vida, cercanas a la violencia producida por la Guerra de independencia de Argelia, y anteriormente, por la Segunda Guerra Mundial en el Continente europeo, marcaron dramáticamente su vida y la temática de sus obras.  Específicamente con la ocupación Nazi de Francia, mientras él se destacaba como periodista y miembro de la Resistencia en París, surgió el inicio de una inspiración literaria, que está dirigida a clamarle a la esencia misma del ser humano moderno, o sea que es universal.

Por alguna razón, el caso específico de Puerto Rico a veces está aislado, por lo que son pocas las obras de la literatura universal que exploran tan íntimamente los conflictos internos de un individuo que vive en una colonia, que es ciudadano de un imperio contemporáneo, pero a la vez es nativo de una patria extraña.  Así las cosas, la novela El Extranjero (1942), con su historia simple y llena de acción, contiene en sus breves páginas importantes claves, para mejor comprender el origen de la violencia y el amor que sienten los colonizados.

El Extranjero, es una obra que por alguna razón me tocó personalmente, durante varios momentos de mi vida, aunque debo decir que no es muy conocida en Puerto Rico.  Tal vez por ser considerada parte de la literatura francesa contemporánea; o por la fama de jóvenes extremadamente rebeldes, con pelos verdes y azules, llamados existencialistas que amaban la obra de Camus, mayormente en Europa durante los años 1970.  La realidad es que los maestros y profesores de Puerto Rico en poca ocasiones le asignan a sus estudiantes este tipo de literatura, privándonle sin saber quizas de un texto vital para comprender en parte lo que se siente existencialmente ser puertorriqueño.

Cabe mencionar, que en las páginas del Extranjero se encuentra uno de los mejores juicios penales de la literatura contemporánea, donde Meursault es enjuiciado por asesinar un árabe. Acto cometido mediante un arrebato de cólera en una playa, nublado por el extremo calor del mediodía, escenario igualmente cercano a la geografía del Caribe.  En este proceso penal, toda la prueba en su contra gira en cuanto a su carácter y forma de ser, y no versa sobre los elementos del delito o de las circunstancias de la muerte del árabe. El proceso contra Meursault termina con una condena de muerte.  Esta simbología del jucio final terrenal de Meursault es profético al colonialismo en Argelia, en los ojos de Camus. Igualmente lo fue para gran parte del Caribe.

En justa persopectiva, tampoco se puede decir que en Puerto Rico se desconoce virtualmente la obra de Camus, hay excepciones.  Recuerdo que la editorial Huracán en una ocasión publicó una obra del escritor peruano Mario Vargas Llosa, sobre los debates entre Albert Camus y Jean Paul Sartre en París.  Igualmente, recuerdo una vez haber visto la obra de teatro Calígula (1938) representada en el cuartel de Ballajá durante los años 1990.  Adicionalmente recuerdo, que mientras estudiaba en la facultad de derecho, escuché que el Dr. Rivera Lugo le voló las cabezas a algunos de mis compañeros en asignarles el texto de El Hombre rebelde (1951), privilegio que nunca pude obtener.  Pero que luego intente reproducir, con un ensayo videográfico-escrito sobre El Extranjero, para el curso de Profesión jurídica, que para mi sorpresa ninguno y ninguna de los que estaban presentes conocían de la obra.

Así las cosas, se puede argumentar que las ideas de Camus pudiesen ser difícil de comprender.  Es un filósofo que no tiene formación formal en esa arte, y que escribe de forma literaria, lo que dificulta un poco identificar su metodología filosófica.  Además, en el ámbito político se identificó abiertamente con los anarquistas franceses durante la posguerra, lo que le costó la enemistad de sus compañeros literarios, que en su mayoría eran marxistas y mayores incomprensiones.  No obstante, al ver a Camus bajo el crisol del colonizado, hace todo el sentido del mundo.  Por esa razón, en el siglo XXI se celebra con júbilo el centenario de Albert Camus en Puerto Rico.