Ayer por la tarde, el cantautor estadounidense Bob Dylan recibió la condecoración de la Legión de honor, la máxima distinción que la República de Francia le puede otorgar a una persona. En el caso de extranjeros, es una inusual distinción recibir dicho honor, por lo cual la opinión pública y los políticos tienden a someterlo a un severo escrutinio. Esta premiación pues fue en medio de controversias, ya que Dylan se había opuesto notoriamente a la guerra de Vietnam, en sus canciones y en un sin número de manifestaciones durante los años 1960. Recordamos que Francia como potencia imperialista, había por décadas luchado en contra del pueblo vietnamés en la Guerra de Indochina, antes de la intervención de los Estados Unidos. No obstante, el general Jean-Louis Georgelin, director de la Legión de Honor y Aurélie Filipetti, ministro de cultura, se expresaron a los medios enfáticamente a favor de la candidatura de Dylan, alabando la poesía revolucionaria del cantautor estadunidense.
La controversia sobre si Dylan era digno de ser caballero de la Legión de honor, suscitó debates traídos por la presidenta del Frente Nacional, un partido de extrema derecha en Francia, que goza de gran apoyo de la población, que expreso a los medios en ese país: "Oui, ça me choquerait” (traducción nuestra: Sí estoy escandalizada). Cabe mencionar, que anteriormente Dylan fue premiado por el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama con la medalla presidencial. Pero en los tiempos en que la presidencia de Francia, bajo François Hollande está en los niveles más bajos de popularidad en la historia, la premiación del rebelde cantautor suscitó una importante discusión en la opinión pública de ese país.
Para los puertorriqueños la Legión de Honor no es algo extraño, ya que están honrados con esta distinción el Dr. Ramón Emeterio Betances, por su labor con los pacientes de lepra, y el Lcdo. José Alegría Gallardo, por su labor en la Segunda Guerra Mundial en la isla de Martinica, salvando el oro de Francia de los Nazis.
¿Entonces, qué rayos tiene que ver Bob Dylan con la cultura del Caribe? En un breve resumen, es simplemente la mayor influencia musical que ha recibido el movimiento de la Nueva canción. Movimiento artístico-músical-literario que en todo el hemisferio clamó por los derechos de los trabajadores y estudiantes.
En el ámbito del imperialismo de los Estados Unidos, hubo siempre voces dentro de ese país que denunciaron las políticas de intervención militar; para mencionar a unos Mark Twain durante de la Guerra Hispano-Cubano-Filipina-Norteamericana y los Veterans for Peace, durante la Guerra de Vietnam.
En el caso de la música, la idea de llevar la música folk o tradicional de los Estados Unidos, con alto contenido de protesta, divulgada en parte por cantautores como Pete Seeger y Woody Guthrie, fue llevada a otros niveles comerciales y de difusión internacional gracias en parte a Dylan. El impacto que esto tuvo en los jóvenes universitarios y revolucionarios de los años 1960 y 1970 del Caribe fue dramático. En ese sentido, Dylan fue el maestro de los Beatles y otros que vieron el poder de crear las líricas y música para una generación, y nadie niega la influencia de estos en la cultura del Caribe.
Las canciones de Dylan, crean un lenguaje propio a la rebeldía intelectual y en pro de la justicia común, pertenecen a un semántica que logró romper barreras de nacionalidad, idiomas y generaciones.
Específicamente, en Cuba músicos como Silvio Rodríguez y Pablo Milanés tomaron las técnicas de escribir canciones con líricas poéticas, y de contenido político, añadiéndole elementos de la música nuestra del Caribe; además de incluirle temáticas relevantes a nuestra historia y sociedad. Igualmente, en Puerto Rico músicos como Roy Brown, entre otros junto tuvieron la misma influencia de Dylan; alzando sus voces musicales, en contra de grandes injusticias y marcando la voz de una generación en ese panorama cultural de los años 1960 y 1970.
Cabe mencionar, que América Latina tiene una importante tradición de cantautores que emplearon la guitarra para crear canciones de protesta, como el fallecido Atahualpa Yupanqui. No obstante, el impacto que tuvo Bob Dylan en la Nueva canción es incuestionable.
En el Caribe reconocemos la aportación cultural de unos de los más grandes y controversiales cantautores en la historia, aunque nunca se presentó como artista en el Caribe. Esperamos que en algún momento lo haga.