Goyita ,Tufiño y la Campechada

Cultura

altNo existen muchas fiestas en Puerto Rico que se le dedique, anualmente, a un artista plástico. Desde el 2011, el Instituto de Cultura Puertorriqueño en asociación con el Museo de Arte de Puerto Rico han venido organizando anualmente la actividad llamada la Campechada, en honor al primer artista plástico, popularmente conocido como pintor o artista, José Campeche.

En la primera edición de dicho evento, se le dedicó al maestro Campeche; la segunda edición del 2012, se le dedicó al maestro Francisco Oller; esta tercera edición se le dedica al maestro Rafal Tufiño (1922-2008).

Como parte de las celebraciones de la Campechada, lo cual se ha convertido en una mega atracción cultural que mueve a sobre 100 mil personas durante el fin de semana con antelación a la fecha conmemorativa del descubrimiento de Puerto Rico, se presentó la obra de teatro “El viaje de Tefo”. Esta obra producida por la histórica compañía de teatro Agua Sol y Sereno, se presentó durante los días 16 y 17 de noviembre en las facilidades del antiguo Cuartel e Ballajá en el Viejo San Juan. Bajo la dirección del artista multifacético Pedro Adorno, y con un libreto escrito por Pedro Adorno, Sarah Arroyo y Tania Rosario-Méndez, se llevó a escena la vida y obra del maestro Tufiño (alias Tefo).

La obra, la tercera que Agua Sol y Sereno presenta en las distintas ediciones de la Campechada, intenta narrar a través de una coreografía artística que utiliza las piezas de esculturas diseñada por esta compañía de teatro, la vida y obra del maestro Tufiño en relación a su mayor legado: la obra plástica de La Plena (1952-1954). La Plena, obra-mural que en algún momento estuvo en exposición en el Centro de Bellas Artes, narra la vida cultural desde las lógicas populares, a través del canto de música obrero-urbana, llamada la plena. Aunque es posible comparar trabajos previos de Agua Sol y Sereno en torno a la Campechada, el trabajo presentado en esta edición fue tal vez el más preciso y corto en tiempo, aunque no estuvo limitado en la creatividad y expresión estética que se puso en escena.

Tal vez faltó un poco de legado histórico de Tufiño en su relación de clase y raza en Puerto Rico. No nos debemos de olvidar que Goyita (1951) es una obra clásica en torno a la mujer puertorriqueña, a la cual el maestro Tufiño describe como negra y socialmente humilde. Aunque presente Goyita en la escena de Agua Sol y Sereno, debió haber sido puesto en escena el elemento conflictivo en la estructura de clases sociales, esta representación artista.

Dicho lo anterior, el resto es ya legado: Agua Sol y Sereno ha tenido la capacidad de decir presente en la memoria colectiva de todos y todas al recordarnos que Puerto Rico, más que un bello país, es un lugar socialmente muy complejo. Que sea el teatro el vehículo educativo para comprender nuestra complejidad. Gracias a estos teatreros-maestros de pluma, papel maché y de mucha calle.