Hace unos meses el contratista independiente y exoficial de la Central de Inteligencia Americana (CIA por sus siglas en inglés), Edward Snowden denunció al mundo la red de espionaje sobre las comunicaciones cibernéticas que sostenía el gobierno de los EE.UU. Así las cosas, esta denuncia la cual evolucionó a niveles internacionales, provocó múltiples reacciones.
Así las cosas, la queja presentada ante la Asamblea General de la ONU ha tomado su curso, y la misma está presta a ser presentada en forma de resolución conduciendo, de ser aprobada la misma, al desarrollo de una convención internacional que proteja el derecho de intimidad de los usuarios de la internet. Este derecho tendría rango de derecho humano, posiblemente de cuarta o quinta generación.
Esto es algo novel, toda vez que la comunidad internacional ha tomado cartas en un asunto que parecería una tontería, pero que ha creado conciencia de la falta de seguridad en las comunicaciones cibernéticas. El principal enemigo en esta conversación lo es el gobierno de los EE.UU, por vía de su National Security Agency (NSA). Esto es un asunto de mucha seriedad, el cual ha dejado a los EE.UU maltrecho con todo el mundo, pero principalmente con sus aliados europeos.
Para la humanidad que no tiene interés en ser imperialista, este asunto es bien importante. Para los EE.UU, por vía de su presidente Barak Obama, éste ha reiterado que se trata de una práctica común entre los estados. Pero, para los gobiernos de Brasil y Alemania, por vía de sus respectivas presidentas, Dilma Rousseff o Angela Merkel, se trata de un asunto no aceptable.
Nos parece que el mundo ha cambiado. Que el gobierno de los EE.UU, por vía de su actual presidente Barak Obama, no se ha dado cuenta del cambio de los tiempos. Mucho les tardará comprender que el imperialismo de ellos, comienza a ver su final.