Entre un viernes negro, un sábado blanco y un lunes digital

Cultura

alt

El capital corporativo no sabe que más hacer para tratar de vender con antelación a las fechas festivas los necesarios regalos que la gente ansía cada año. Los necesiten o no, la  gente tiene un patrón cultural de regalar para a su vez recibir regalos.

Se trata de una lógica cultural con la cual nos hemos acostumbrado en los pasados 60 años, más que nada luego que el capital de consumo individual (fordista) se consolidó en nuestra sociedad, y siendo a partir de este momento, la década de 1950, desde cuando pensamos que las navidades son para regalar y recibir regalos.

En fin, que esto era así hasta hace poco más de una década, cuando el capital definió que las navidades en los EE.UU comienzan al día siguiente luego del cuarto jueves de noviembre, fecha en que se celebra el día de acción de gracias.  Así las cosas, lo que comenzó como un nuevo patrón cultural, se nos ha impuesto ahora como una variante del consumo navideño.  Ese viernes, el cual de forma horrible se le denomina “viernes negro”, en honor a los ahorros en la lógica de compatibilidad donde los números en negro son positivos, se vende como un importante día para el consumidor pues los ahorros son significativos.  Entonces, no sólo consumimos como locos y locas en las navidades, sino que ahora consumimos a partir del viernes siguiente al día de acción de gracias.

Pero esto no se queda ahí, ahora, en los pasados dos años, alguien se inventó que el sábado siguiente es el día de los pequeños comerciantes, y le llamó “sábado blanco”.  En otras palabras, tenemos un sábado para consumir y beneficiar, según la propuesta mediática, al pequeño y mediano capital.  Así que el negro se relaciona con el gran capital de consumo, mientras que el blanco se relaciona con el pequeño y mediano capital.  En resumidas cuentas que a poca gente le pareció la diferencia significativa.  En fin, nadie participó el sábado; nadie se dio cuenta que se trataba de un día especial para consumir.

Ahora nos queda el hoy, el día digital de consumo.  Esto es lo último: si usted no pudo consumir antes, pues debe consumir hoy, como forma desmedida para cerrar el ciclo.

Ahora bien, si la gente ya consumió en espera de las navidades, ¿qué nos queda para antes de las navidades? ¿Más consumo?  En fin, el capital intenta triunfar sobre nuestra voluntad humana.  Veremos si lo logra.