Un día gris en la Nación del Arcoiris

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Pretoria- Admirado en todo el planeta y respetado siempre por sus enemigos, Nelson Mandela puso fin al despreciable régimen del apartheid con una inconmensurable cuota de sacrificio que selló un ejemplo de dignidad humana difícil de superar.

Encarcelado durante tres décadas, en los mejores años de su juventud, Mandela se convirtió finalmente a fuerza de voluntad en el presidente negro por primera vez electo en Sudáfrica, marcando en 1994 el comienzo de la democracia multirracial por la que tanto había luchado.

De niño nacido en el clan Madiba de la tribu Thembu se convirtió en abogado, pero antes se inspiró en los principios no violentos de Mahatma Gandhi para dirigir las acciones de su pueblo contra el gobierno segregacionista.

Su carisma natural, espíritu autocrítico, fino sentido del humor y la falta de amargura en su carácter pese al duro trato sufrido en su larga vida, inspiraron gran reconocimiento global y numerosos libros, canciones, documentales y filmes en todo el mundo.

En 1993, Mandela fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz y comenzó a desempeñar un papel notable en el escenario político internacional como defensor por antonomasia de los oprimidos, frente a los desafíos de la represión gubernamental.

Nelson Mandela dejó formalmente la vida pública en junio de 2004 antes de su 86 cumpleaños, cuando advirtió a la humanidad con un humor elegante: "Me retiro del retiro, no me llamen, yo los llamaré".

"Él está y estará en el epicentro de nuestra época, la nuestra en Sudáfrica, y la tuya, donde quiera que estés en el globo terráqueo", dijo en una ocasión la escritora sudafricana y Premio Nobel de Literatura Nadine Gordimer.

Cuando fue liberado, el 11 de febrero de 1990, alejándose de la prisión Victor Verster y de la mano de su esposa Winnie, fue un evento visto en directo y que estremeció a millones de espectadores de televisión en los cinco continentes.

"A medida que finalmente caminé por esas puertas, me sentí aún a la edad de 71 años que mi vida estaba empezando de nuevo. Mis 10 mil días de prisión habían por fin concluido", escribió Mandela más tarde.

Uno de los países que más admiró el venerado luchador antirracista fue a Cuba, isla que visitó en 1991 poco tiempo después de su salida de la cárcel y donde se reunió con su amigo personal y líder revolucionario Fidel Castro.

"Lo que Cuba ha hecho por nosotros es difícil poder describirlo con palabras, primero en la lucha contra el apartheid, no titubeó en darnos toda la ayuda y ahora que somos libres, muchos médicos cubanos trabajando en Sudáfrica", comentó Mandela por aquellos meses.

El Congreso Nacional Africano (CNA) manifestó este jueves su profundo pesar por la noticia del deceso del expresidente y aseguró que Sudáfrica ha perdido a un titán.

Nuestra nación perdió a un coloso, a un epítome de la humildad, de la justicia, la paz y la esperanza de millones de personas, en este país y en el mundo, subrayó el secretario general del CNA, Gwede Mantashe, por medio de una nota de prensa.

El dirigente recordó que a lo largo de su vida Mandela había asumido varias posiciones de liderazgo en la organización fundada en 1912 y a la cual se unió en 1944. Siempre sirvió con distinción y entereza, dijo.

Mantashe transmitió sus condolencias a la familia Mandela. Era tan suyo como nuestro. Probablemente su dedicación a la causa del CNA le robó tiempo para sus funciones de padre, comentó el secretario general.

El CNA, que lidera el gobierno nacional desde 1994, exhortó al pueblo sudafricano a participar en todas las actividades organizadas en honor de Mandela y respaldar a su familia en lo adelante y por siempre.

Mandela, quien murió en Houghton, Johannesburgo, a los 95 años de edad, recibirá un funeral de Estado, que se prevé tenga lugar en su pueblo natal de Qunu, sureña provincia de Eastern Cape.

Tras casi cinco meses de ingresos en clínicas, Mandela fue trasladado el 1 de septiembre a su residencia de Houghton, donde fue atendido hasta el jueves por una unidad de médicos expertos en cuidados intensivos.

Nuestro querido Nelson Rolihlahla Mandela, el presidente fundador de nuestra nación democrática se ha ido. Murió en paz y en compañía de su familia. Él ahora está descansando, expresó el presidente Jacob Zuma.

Nuestra nación ha perdido a su mayor hijo. Nuestro pueblo ha perdido a un padre. Aunque sabíamos que este día llegaría, nada puede disminuir nuestro sentido de una pérdida profunda, subrayó el mandatario sudafricano.

Apuntó que "lo que convirtió a Mandela en un gigante fue precisamente lo que le hizo también humano. Vimos en él lo que buscamos en nosotros mismos".

No descansaremos hasta que hagamos realidad su visión de una Sudáfrica unida, de una África pacífica y próspera, y de un mundo mejor, enfatizó el jefe de Estado de la nación austral.

ls/jvj