Regalar o no regalar

Cultura


¿Cuál es el sentido de regalar? Ésta es una pregunta que adquiere especial pertinencia en la época navideña, ya sea que se celebre en su sentido originalmente cristiano, o ya sea, en su sentido de evento cultural no necesariamente religioso.

En el caso de la Navidad como festividad religiosa, el intercambio de regalos debería signar el regalo supremo de un Dios que, enamorado de la condición humana, decide asumirla en sí mismo al encarnarse. Para quienes celebran la Navidad como festividad cultural, intercambiar regalos idealmente apunta a una celebración de las bonanzas de amor recibidas por parte de seres queridos. Lo cierto es que, en ambas instancias, el regalar se vuelve muestra de cariñosa apreciación.

De suyo, sin embargo, el cuestionamiento sobre la naturaleza del regalo y de las razones para regalar tiene implicaciones filosóficas que vale la pena explorar. Para el filósofo francés nacido en Algeria, Jacques Derrida, el regalo constituye, desde el punto de vista filosófico una aporía o imposibilidad. Aporía es un término filosófico, procedente del griego, que significa “dificultad para el paso”. La aporía implica, lógicamente hablando, un “callejón sin salida”, al encontrase el raciocinio ante una proposición que simultáneamente afirma y niega, puesto que la condición que posibilita un fenómeno es, asimismo, condición de su imposibilidad.

Para Derrida, la dádiva del regalo, condición que lo posibilita, se torna en condición que lo imposibilita, al introducir una lógica de intercambio que cancela el carácter gratuito y desinteresado que le es esencial. Dice al respecto Derrida, en Given Time: Counterfeit Money: “And let us recall here the principle guiding us in this reflection of the gift: To reduce the latter to exchange is quite simply to annul the possibility of the gift” (76). Según Derrida, dicha lógica del intercambio es introducida por la persona que da el regalo, el donador, toda vez que siente el placer de regalar, un sentimiento auto-congratulatorio ante una buena acción. Dicho sentimiento es algo que recibe a cambio del regalo, así eliminándose la condición de la gratuidad o del no recibir nada a cambio de lo dado. Igualmente, la persona que recibe el regalo, el donatario, una vez que ha recibido el regalo y lo reconoce como tal, queda en posición de agradecer o en deuda de gratitud; condición ésta que efectivamente elimina la condición gratuita que debe caracterizar el evento del regalo. Así que para el regalo ser posible no debería ser reconocido ni por el donatario ni el donador como tal; siendo esto imposible, el regalo es un evento que, para Derrida, permanece más allá del ámbito de la posibilidad.

La aporía derrideana del regalo obliga a considerar nuestras motivaciones al momento de regalar y de dejar que nos regalen. ¿Qué criterios guían nuestra selección del regalo? ¿Qué regalamos y a quién lo regalamos? ¿Por qué regalamos? ¿A quién permitimos que nos regale y por qué? Idealmente, el punto focal del regalo debería ser el donatario o receptor. El regalo debería ser una afirmación incondicional y gratuita de su valía.

Ante este cuadro ideal que traza un círculo de buena voluntad entre donador y donatario, cabe preguntarse si hay escape al círculo del intercambio que, para Derrida, imposibilita el regalo. En el Libro III de la Metafísica, Aristóteles examina los diferentes escollos o aporías que el filósofo debe enfrentar, pero la dialéctica del pensamiento aristotélico “exige no solamente plantear una dificultad (aporía) y someter a examen las posiciones contrapuestas (diaporía) sino lograr una solución (euporía) que de alguna manera resuelva la aporía y que funcione como nueva propuesta…” (Di Camillo 212) De modo que otra manera de formular la misma pregunta sería: ¿Existe la posibilidad de alcanzar una plena euporía para el planteamiento derrideano sobre la aporía del regalo?

Para poner a prueba esta proposición, el cristianismo presenta un caso interesante al enmarcar la perfección más alta del amor en el gesto de dar la vida libremente por los amigos. [1] ¿Hasta qué punto aplica el planteamiento aporético sobre el regalo al caso extremo del regalo de la propia vida? Si el donador da la propia vida como regalo, ¿qué queda del gesto auto-congratulatorio producido ante el placer de dar? Podrá experimentarlo acaso, pero de manera limitada a causa del miedo y la ansiedad que han de producirle la pérdida irremisible del más preciado bien, la propia existencia, que está por regalar. Si el donatario, que claramente reconoce la inmensidad del regalo que recibe, queda endeudado, con una deuda inmensa, impagable acaso, ¿a quién ha de retribuir el agradecimiento estando muerto el donador? Cierto que éste recibe la memorialización de su gesto heroico, un modo de posteridad o permanencia entre los vivos, pero sin posibilidad alguna de registrar el placer de tal reconocimiento en su conciencia. Ello debilita, en cierta medida, el círculo del intercambio propuesto por Derrida como base para la aporía del regalo, dejándonos en un estado de euporía parcial.

He querido poner a prueba la aporía derrideana del regalo a partir del caso extremo del regalo de la propia vida a fin de adentrarme en la cuestión de la naturaleza del regalo como evento social. Regalar o no regalar es, en el análisis final, una cuestión existencial. Regalar es agradar. El regalo nos adentra, pues, en el plano del evento más bien innecesario que tiene, no obstante, el poder de desatar los vínculos de buena voluntad que posibilitan nuestra coexistencia como especie.

Regalar o no regalar para quienes celebran la Navidad, una temporada sin duda marcada por la lógica del intercambio de la que habla Derrida, conlleva la pregunta filosófica sobre la naturaleza del regalo. ¿Por qué regalar? Se trata de una pregunta mucho más elusiva y difícil de contestar que la pregunta más inmediata acerca de si regalar o no regalar.

La autora es escritora y profesora de literatura latinoamericana en Marquette University, Milwaukee, Wisconsin, U.S.A.

 

Notas

[1] No se entra en la consideración del regalo de la vida de Jesucristo, que envuelve complejidades teológicas que exceden los parámetros de la presente reflexión.

Referencias

Aristóteles. Metafísica. “Libro tercero”. Patricio de Azcárate, ed. Madrid: Medina y Navarro Editores, 1875. http://www.filosofia.org/cla/ari/azc10.htm

Derrida, Jacques. Given Time: I. Counterfeit Money. Chicago: University of Chicago Press, 1994.

Di Camillo, Silvana. “El carácter dialéctico de la historiografía aristotélica”. Diálogos con los griegos. Estudios sobre Platón, Aristóteles y Plotino. Compiladoras: María Isabel Santa Cruz et al. Argentina: Ediciones Colihue, 2004. 201-216.