¿Por qué enfatizan tanto en el tema de la seguridad?

Cultura

Curiosamente, el tema que más se destacó dentro de las pasadas Fiestas de la Calle San Sebastián fue el de la seguridad. Bajo esta bandera, la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, intentó imponer un estado de excepción y regular el orden social de la población. Lo curioso, no es simplemente la intención de la Alcaldesa, sino el estado general de aceptación de la población a este tipo de medida de corte autoritario. Esto es lo curioso, la gente ve como normal que el tema de la seguridad se imponga y que a su vez se implanten medidas de control de la libertad de la población.

La cultura del binomio seguridad/inseguridad acepta una sola repuesta: el Estado todopoderoso como instancia de control social y garantizador del bienestar poblacional se ha normalizado. La gente piensa primero en seguridad y luego en bienestar. La cultura de seguridad legitima que el Estado intervenga en mi libertad.

En el caso particular de Puerto Rico, con una población adulta mayor, cuya edad promedio ronda en los 36 años, es común que el valor dominante primario sea el de seguridad. En esta medida, el Estado opera la bandera de la seguridad bajo un territorio fértil de personas que ya de por sí, en particular por su edad, se sienten preocupadas con el estado general de violencia, la percepción de la criminalidad y su bienestar personal e individual.

Las Fiestas de la Calle San Sebastián simbolizan un estado que nos ha influenciado tanto en nuestra noción de seguridad como en nuestra noción de los derechos de intervención. Esto es un cambio cultural que se ha impuesto como normal. Lo que tendríamos que hacer es cambiar la forma cultural en que nos comunicamos como así cambiar el contenido de nuestras preocupaciones colectivas. 

Es decir, muy poca gente se dedicó a contar las Fiestas de la Calle San Sebastián desde la mirada exclusiva del goce, el bienestar, y, sobre todo, el disfrute racional o irracional de la actividad. Actuar así es pensar, culturalmente hablando, más en la fiesta que en el control. De eso se trata la cultura, de recordarnos que ningún pensamiento debe ser absoluto o autoritario. Hay seguridad, pero también hay goce. No nos olvidemos.