Puerto Rico atraviesa una severa crisis económica, por la cual ha demostrado que no tiene capacidad de honrar sus obligaciones para con sus acreedores. A estos, en el formato financiero de los EE. UU., el poder colonial metropolitano les llama bonitas. Es decir, las personas que pagaron dinero en calidad de préstamo por bonos emitidos por el Gobierno del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, y que esperan un pago anual por los intereses que devenguen y luego que en unos años de maduración le devuelvan el principal del dinero prestado. Es un negocio para el prestamista, pues su dinero está asegurado y será devuelto ¿Cuándo ha visto usted a un estado defraudar a sus acreedores? En el caso de Puerto Rico, al día de hoy, nunca.
Pero hoy, el Gobierno de Puerto Rico tiene una deuda de sobre $71 mil millones de dólares, la cual paga intereses anuales de sobre $3,400 millones de dólares. El Gobierno por distintas razones, entre otras la pérdida poblacional, no tiene hoy la capacidad o la solvencia para saldar a sus bonitas, y el crédito del Estado se encuentra limitado o “secuestrado”. Es decir, no tienen capacidad el Gobierno central ni los municipios de ir a la calle a buscar más dinero.
No obstante, el Gobierno por vía del Banco Gubernamental de Fomento, el equivalente a un banco central de reserva de Puerto Rico, ha decidido no emitir bonos, sino ir a la banca comercial y buscar un préstamo de $2 mil millones de dólares. Los préstamos comerciales para los estados son distintos a la emisión de bonos. En el primer caso, el Estado tiene poca capacidad de negociar una obligación prestamista. En el segundo caso, el Estado puede emitir bonos y negociar los términos del repago. Los bonos son menos agresivos para las arcas del Gobierno.
En fin, que el Gobierno se quiere endeudar aún más, y nos preguntamos si ese es el modelo que nos está garantizando un mejor futuro a todos los que aún vivimos en Puerto Rico. Nos parece que no. Pero lo más terrible de todo es el hecho de que en medio de una crisis económica el Estado recurra a la misma fórmula que nos llevó a la crisis. ¿No sería un buen momento de repensar otro modelo económico para el País?