Jugar a la República

Cultura


Recientemente se ha comentado la nueva política, recuperada, de establecer relaciones internacionales por parte del Departamento de Estado de Puerto Rico. Esta iniciativa tiene mi total apoyo. No pretendo, ni quiero, que se interprete el título de este escrito como un desprecio por cualquier política que nos coloque en un escenario internacional. Sin embargo, tengo que hablar de jugar a la república, porque ese estar en los escenarios internacionales tiene que tener alguna relevancia para el ciudadano común y corriente. Esa debe ser la pregunta que respondan nuestros gobernantes al momento de establecer este tipo de relaciones.


¿Cómo Juan del Pueblo se ve beneficiado o impactado por la nueva política de relaciones internacionales? Recientemente, David Bernier habló de esas relaciones refiriéndose a las mismas como “internacionalización con resultados” (El Nuevo Día, 8 de enero de 2014, p. 63),  haciendo referencia al hecho de que se trata de un proceso que nos coloca en relación económica y no simbólica. Cuando Bernier habla de relaciones simbólicas hace referencia a la participación en organizaciones internacionales sin resultados tangibles. ¿Se refiere a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC)?

Las relaciones internacionales son relaciones políticas. Puerto Rico, dice Bernier, ha establecido relaciones con Colombia, Perú y República Dominicana. Puerto Rico se está alineando al estilo de la década de los sesenta. Las relaciones internacionales que estamos promoviendo, lamentablemente, no son nuestras, son las de Estados Unidos. Alinearse con Colombia es alejarse de Venezuela. Alinearse con Perú es salir de la órbita bolivariana, sobre todo con las recientes denuncias sobre el sometimiento del presidente de Perú, Ollanta Humala, a la órbita de Estados Unidos. Es cierto que no esperaba que Bernier o el  PPD fueran a promover relaciones con Venezuela o Ecuador. Tampoco espero, aunque quisiera equivocarme, que promuevan la entrada de Puerto Rico en la CELAC. Lo que sí esperaba es que los sectores que impulsan la entrada de Puerto Rico en otra órbita internacional, la bolivariana por ejemplo, tuvieran la capacidad para enfrentar y analizar críticamente las políticas que se están fomentando ahora en Puerto Rico.

Queremos relaciones internacionales. De hecho, aun cuando el Estado no las promueva, el pueblo está en constante proceso de establecerlas. Pero si queremos relaciones internacionales, Bernier, no queremos jugar a la república. Si vamos a establecer relaciones, promovamos las que puedan ayudar a adelantar la justicia social en Puerto Rico. Un paso de avance en ese proceso podría ser la entrada en la CELAC. Relaciones con una nueva órbita. ¿No sería eso realmente revolucionario? Si queremos dejar de jugar y comenzar a negociar acuerdos que de verdad ayuden a Juan del Pueblo, la CELAC es el primer paso. ¿La autonomía virtual del ELA lo permite?