Y si degradan el crédito de Puerto Rico, ¿nos "morimos"?

Economia Solidaria

altHay cierto pánico, en particular proveniente de la prensa corporativa dominante en Puerto Rico, que ante el anuncio inminente de la degradación del crédito del Gobierno de Puerto Rico, nos ha anunciado que lo peor está por venir. Es un estado colectivo de histeria que se ha forjado de que lo peor realmente hablando será cuando el Gobierno pierda la capacidad de pedir dinero prestado en el mercado externo de los llamados bonistas y que la conclusión lógica de esto es la “muerte” colectiva. Es decir, sin crédito no habremos de poder honrar ninguna de nuestras obligaciones. La reacción más interesante ante esto provino del propio gobernador de la Isla, Alejandro García Padilla del oficialista Partido Popular Democrático (PPD), quien dijo que cuando “llegue la tormenta", hará “molinos de vientos” para administrar el empuje del malestar que acompañe dicha situación.

Curiosamente, en esta ocasión estamos con la postura asumida por el Gobernador. Es decir, si se diera la degradación del crédito, en un inminente periodo de 30 días, tendremos que manejar la situación. En otras palabras, al día siguiente de ocurrir este evento seguiremos vivos, habrá luz eléctrica, habrá agua potable y, sobre todo, aún tendremos las deudas que tenemos hoy. En otras palabras, nada significativo habrá de pasar. Simplemente, no tendremos capacidad de pedir prestado a los términos que estamos acostumbrados. No obstante, ¿tendremos otras opciones si no tenemos capacidad de pedir más dinero prestado?

Me parece que hay otras opciones no contempladas aún que sería interesante analizar. En particular, que una degradación del crédito podría forzar al Gobierno a reflexionar si debe honrar sus obligaciones vigentes con la comunidad internacional de prestamistas. En otras palabras, si no puedo pedir prestado, tampoco debo pagar. La crisis de la pérdida de crédito también podría crear la posibilidad de forzar al Gobierno a renegociar los términos existentes de sus préstamos.

En este sentido, lejos de pensar que se avecina una gran crisis, la pregunta que me hago es ¿qué oportunidades se abrirán para el Gobierno y el pueblo de Puerto Rico en caso de que degraden a chatarra su crédito? A lo mejor esa condición nos permite renegociar nuestra deuda y salirnos de este atolladero. Apostemos a que lo mejor también puede pasar.

Crédito foto: quinn.anya, www.flickr.com, bajo licencia de Creative Commons