La mala prensa y el orden de las cosas y las noticias

Justicia Social

De verdad, ¿quién determina que el asesinato de una pobre mujer es la principal noticia de la noche en Puerto Rico? Lo pregunto, pues ese mismo día por tercera ocasión en menos de una semana, el país había recibido un análisis negativo en torno a su capacidad fiscal, y el crédito del gobierno había sido degradado a uno especulativo, mejor conocido como “chatarra”. Entonces, me pregunto como un noticiero de televisión, la principal fuente de información noticia que recibe el país, me informa que un asesinato es importante, relevante y más aún, la forma de explicar la complejidad del proceso donde se encuentra el país. Creo que el orden de las cosas, como el de las noticias, ha sido trastocado por alguien o por alguna cultura. Pero realmente hablando, no es justo para el país ni para usted desde su casa, recibir ese influjo de noticias de compleja intencionalidad.

El acto de discernir que noticia se impone como la más importante para destacar, sea medio televisivo, radial o prensa escrita o digital, lo determinan como mínimo dos factores: lo que el supervisor de turno, llamado editor o editora o jefe de redacción, haya determinado que constituye la línea editorial a seguir, basado o no en la percepción de la noticia que la “gente quiere escuchar”; por otro lado, se determina por lo que en el mundo cibernético se califica como la tendencia o definido en inglés como el trend. Esto lo determina los llamados buscadores de información que van estructurando la información según sea requerida por los usuarios digitales, como importante o más visitado un tema. La tendencia determina que es importante.

Pues bien, cambiemos el orden de las cosas: lo importante es nuestro bienestar humanos y social, visto esto desde la naturaleza individual y colectiva de todos y todas nosotros. La vida es más importante que contar, que la muerte. Pero así tuviéramos que contar la muerte, ¿en qué ángulo deberíamos concentrarnos?

Por lo pronto, ver un noticiero nocturno en Puerto Rico es concentrarme a contar, de forma macabra, asesinatos, destrucción de la vida humana, y sobre todo la miseria de la vida de la víctima como el ofensor u ofensora. No es posible. Mientras el país se va a la bancarrota, y usted como siente, que a los que dirigen dicha mesa de redacción les importa un bledo. Terrible.