¡Que viva Ponce! ¡Que viva su Carnaval!

Cultura

El Carnaval de Ponce, 2014, edición 156 (circa), no dejó de ser un majestuoso desfile de reinas, y de realeza de carnaval, local y de otros lugares. Este año fue dedicado en honor de los 150 años de la fundación del Teatro La Perla de Ponce. Además, la ocasión estuvo concurrida por un fiel y devoto pueblo que siempre se hace contar en esta semana del calendario. Con calles abarrotadas de vejigantes y una que otra loca, bandas escolares y bellas carrozas. Todo lleno de turistas, aunque mancaban más. Una actividad que por lamentablemente no tener coordinación de actividades culturales, y de parte de los organizadores de éste municipio autónomo, es menos de una décima porción de lo que son las fiestas de la Calle San Sebastián. Los ponceños aman a su Carnaval y aunque haya crisis económica, producida por la Gran Recesión en la Isla, disfrutan el desfile a lo máximo. Caminaron por kilómetros, de barrio en barrio, por horas bajo el sol y humedad de una tarde de invierno en el Caribe.

Al ser un Carnaval dedicado al Teatro La Perla, necesariamente debió contener una inspiración en temas literarios. La literatura, un arte clásico y propio del teatro; fue un cambio radical de aquel del año pasado, dedicado a los barrios de Ponce. No obstante, el público fue más fiel que el anterior.

El Carnaval de Ponce es un evento surreal, caribeño y vivo, que por un poquito más de 156 años ha existido; este año se une al Teatro La Perla, inaugurado en el año 1864. Cabe mencionar, que este teatro tiene una maravillosa acústica, que yo pude comprobar, cuando en el 1988 visité con amigos de la escuela superior, este templo de las artes, y escuché un concierto de música de Wolfgang Amadeus Mozart.

En síntesis, el Carnaval no deja de ser una solución que el gobierno siempre pudiese explotar, más en estos momentos de crisis. Por qué no, por ejemplo, hacer talleres de máscaras de carnaval y vestuario, en los cuales los participantes los tomasen gratis; y como examen harían un vejigante, reina, o que se yo qué rayos se inventen para el Carnaval del próximo año. Entonces habría un poco de movimiento económico, si los vendiesen, además de cultural para Ponce, por el pueblo. Yo personalmente me imagino un ejército de vejigantes, armados de vejigas, símbolo de la cultura nacional, que se rehúsan pasar de moda y ceder.

(Foto de EPA, El Post Antillano)