A Don. Agustín Pérez Miranda, quien hizo famosa la frase radial "A la gente que usted quiere no se le grita".
El poder de la voz escuchada despertó interiormente memorias coloridas e hizo recordar lugares, paisajes y aromas en el instante. La onda sonora y la delicia de disfrutar los matices de la voz como los tangos de Gardel. Como esa voz amada y deseada, que te hace sentir elevado y despegar los pies del suelo, surcando alto. Diferencias rítmicas aterciopeladas dependiendo de la intención en convergencia de diálogos.
La particularidad propia que nos hace únicos. El arrullo de escuchar un soplo de vida aunque no veas el rostro. La intuición que se siente al escuchar la voz titubeante quebrada, o la ira opcional de dardear esdrújulas descompuestas a través de la garganta como los regalos imperfectos.
!Prefiero celebrar su poder! Como la magia de la radio que nos transporta, nos hace sentir vivos y unificados. El poder de las palabras a través de la voz que rige el mundo para construir o destruir o el murmullo falso creado para lograr propósitos encadenados. Selección responsable del repertorio para expresar aquel propósito de creación.
!Lo máximo es la carcajada! Aunque la fiesta se acabe y te quedes solo, cuando todos se hayan ido, te queda la voz para activar interiormente tu presencia iluminada unificarte con el Universo ofreciendo gratitud de la grandeza acorde e inmanente. Escuchando tu voz interior.