La economía de servicios culturales y el desarrollo de un país

Economia Solidaria

Durante lo que va del mes de marzo, Puerto Rico ha experimentado un fuerte activismo cultural, el cual se ha concentrado en los espectáculos musicales. Desde el Festival Casals, hasta el Día nacional de la salsa, y continuando por el Puerto Rico Heineken Jazz Fest 2014. Estos eventos, mega eventos corporativos, sin lugar a dudas tienen un efecto contundente en la economía del país.

El mismo se traduce en noches/camas de hotel, servicios de transporte terrestre, comidas en restaurantes, y servicios técnicos de apoyo a dichos eventos. Y que conste estos son los mega eventos que han ocurrido, donde han participado varios miles de espectadores. Los mismos no toman en consideración los múltiples conciertos nacionales e internacionales que se han dado o están aún por ocurrir, que incluyen la presentación de Pablo Milanés, como la de Farruko.

Esta gestión económica de las denominadas industrias culturales, como afirmó en este medio hace unas semanas el librero puertorriqueño Arnaldo González, representan un importante componente para el bienestar del país. En particular, porque las mismas generan ingresos para el producto nacional bruto (PNB), que contribuyen al desarrollo y mejoramiento de la calidad de vida de todos en el país.

Lo que requiere este tipo de actividad cultural o economía de servicios culturales, es que el gobierno u organismo similar, le preste atención a las actividades que están pasando en el país. Distinto a otro tipo de actividades económicas que transcurren en el país, como la educación superior o los servicios médicos, la injerencia del estado en las industrias culturales, en particular en las actividades nocturnas en torno a la música, es mínima. Aunque es importante reconocer, que ciertos sectores de la industria cultural, necesitan siempre de la injerencia del estado para poderse desarrollar. En otras palabras, debe haber un balance adecuado entre las actividades culturales que son autosuficientes y aquellas donde la injerencia del estado, central o municipal, pueden ayudar a desarrollar el país.

Ese balance se da, a manera de ejemplo, entre el Festival Casals, altamente financiado por el estado, y el Día Nacional de la Salsa, limitadamente subsidiado por el estado. Ambas actividades, no obstante, mejoran la calidad de vida de nosotros, el pueblo.