Aproximación crítica a 'El Cantar de los Cantares' y 'Una noche de Constantino Cavafis' en palabras de José Emilio Pacheco

Crítica literaria
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Para José Emilio Pacheco una aproximación es hacer, reescribir un poema ajeno de nuevo. En el sentido de Ezra Pound, “make it new”: “hazlo de nuevo, ponlo en el habla cotidiana de tu país y de tu época” (153). Así se caracteriza esta idea de apropiación de los discursos de los otros poetas: “la poesía es intraducible pero puede hacerse por medios análogos y distintos” (152). En las páginas 152-153 de Aproximaciones, Pacheco nos da el mejor ejemplo del procedimiento para llegar a una aproximación partiendo de una traducción literal que reescribe en un lenguaje poético contemporáneo.

Se trata de un haiku de Matsuo Basho “que dice en inglés: ‘Carven gods long gone…/ Dead leaves alone forgather/ On the temple porch’” (152). La traducción literal lee, aunque “nadie lee el mismo texto”, como sigue: “Dioses tallados en madera hace mucho idos…/ Sólo las hojas muertas se reúnen/ en el pórtico del templo” (153). Pacheco declara que “en esta ‘traducción de una traducción’ la poesía desaparece asfixiada por la literalidad” (153). Una aproximación es, pues, una “traducción de una traducción” porque el poema ha sido traducido del japonés al inglés antes de “aproximarse” al lenguaje poético de Pacheco, por medio de esta apropiación, intercambio y reescritura contemporáneos. Poniendo en práctica el consejo de Ezra Pound de “make it new” [hazlo (de) nuevo], el texto queda aproximado de esta manera: “Estatuas de los dioses abolidos. / Nada más hojas secas se reúnen/ a las puertas del templo” (153). Pound abunda sobre este procedimiento: “El tiempo al pasar se llevará tu poema y otros lo harán otra vez de nuevo” (153). Siguiendo este consejo, Pacheco se apropia del haiku de Matsuo Basho. El poeta va en busca de la poeticidad implícita en el poema aproximado, apropiado, intercambiado y traducido en los códigos de su propio lenguaje poético pachequiano, como lo demuestra muy bien este ejemplo.

El contexto de las Aproximaciones, sea en las ediciones de Tarde o temprano de 1980 y 1986 o en los libros donde aparecen antes de ser recopiladas en 1984 por Miguel Ángel Flores, y antologadas en 1980 y 1986 en Tarde o temprano, es siempre la reescritura de otros poetas clásicos. No se incluyen en las ediciones de Tarde o temprano de 2000 y 2004, pero se anuncia un volumen aparte a publicarse por el Fondo de Cultura Económica que hasta ahora no ha salido a la luz pública. Sin embargo, Pacheco ha continuado con esta práctica de traducir, aproximar, intercambiar y apropiarse del discurso poético de otros poetas para hacerlo suyo, en dos de sus libros más recientes post-Premio Cervantes: El Cantar de los Cantares: Una aproximación de José Emilio Pacheco (2009) y Una noche de Constantino Cavafis: Aproximación de José Emilio Pacheco (2011). Hacemos una aproximación crítica a estas dos aproximaciones para hurgar en la manera como el poeta reescribe, intercambia y se apropia de los lenguajes de Salomón y Cavafis, para devolvérnoslos en su propio código poético contemporáneo. Es como restaurar un cuadro para sacar a la luz los matices escondidos por la pátina del Tiempo.

Para “hacer de nuevo” una versión de El Cantar de los Cantares atribuido a Salomón, Pacheco hace “un saqueo de todas las versiones disponibles en todos los idiomas al alcance por cualquier medio” y curiosamente opta por “el poema en prosa” en lugar de “el verso o el versículo” (12). Reflexiona acerca de cuán absurda es la idea de la existencia del autor de un texto y su inserción en las tradiciones nacionales (7). Como plantea Robert J.C. Young en su definición de postcolonialismo: “it questions attempts to return to national or cultural ‘authenticity’, which it regards as largely constructed for dubious political purposes” (114). Pacheco, a su vez, nos dice: “A semejanza de la cocina, la poesía es una serie infinita de apropiaciones e intercambios. Nada es de nadie porque todo es de todos. Un poema pertenece a quien tenga la voluntad de hacerlo suyo” (7). Es decir, trasciende las barreras culturales y nacionales. La dinámica de este procedimiento se explica en Tarde o temprano (1980, 1986):

…producir textos que puedan ser leídos en castellano y juzgados  

como poemas en castellano, reflejos y aun comentarios en torno de sus intactos, inmejorables originales.

A menudo se trata de “imitaciones” que, señala Rafael Vargas, sólo comparten el tema                 

con la página que les dio nacimiento. (10)

Samuel Gordon comenta acerca de este procedimiento:

El texto "original", incorporado y neutralizado por la tradición, la

visión cotidiana o el simple desconocimiento es sometido a una

inesperada e insólita apropiación que lo pasea por lugares

compartidos con el lenguaje cotidiano o bien, por las esquinas más

visibles de la publicidad o por los barrios donde pervive la cultura

popular o por los salones de una aristocracia intelectual culta y políglota

y se entrega al lector un nuevo texto resultante,

entre renovado e irreconocible. (7)

Carmen Dolores Carrillo Juárez, por su lado, ha denominado las aproximaciones en ““La traducción poética para José Emilio Pacheco: Bajo la luz del haiku” como una “traducción poética” y comenta que “José Emilio Pacheco explora la traducción desde su posición de poeta” (35). En relación a la “apropiación” de un texto, al traducirlo poéticamente, Carrillo Juárez explica que “denota el afán expansivo que Pacheco tiene frente a la tradición literaria” (36). En otro momento elabora al respecto: “Apropiarse de aquello que es ajeno es expandir las posibilidades poéticas del poeta-traductor y de la poesía en un idioma. La traducción suscita la apropiación de la experiencia poética de otro” (36) y es un intercambio, como aclara el poeta. Para Ignacio Ruiz Pérez se trata de la poesía como “un proceso inacabado” (551) y para Juan Carlos Rodríguez es “la lucha por re-escribir” porque escribir “supone siempre re-escribir”. Desde el marco postcolonial, la traducción es un proceso que sostiene la actividad central y la dinámica política del postcolonialismo (Young 138). En este sentido, nos sirven las palabras de Robert J.C. Young al respecto: “to translate a text from one language to another is to transform from its material identity” (139). La reapropiación o intercambio de Pacheco de las palabras de otros poetas es también un proceso de desterritorialización identitaria de los discursos, para hacerlos hablar en nuestra lengua con el matiz particular del poeta mexicano en sus propios contextos. Veamos primero cómo se desarrolla este proceso en ese texto paradigmático que es El Cantar de los Cantares y, más adelante, en Una noche de Constantino Cavafis.

Tomemos como punto de partida dos de los pronunciamientos más célebres de El Cantar de los Cantares, un poema erótico ya clásico: el momento en que la esposa se identifica y cuando habla de su esposo. En las versiones de la Biblia católica (Nácar Colunga: Eloíno Nácar Fúster y Alberto Colunga Cueto) y protestante (Reina Valera: Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera) estos versículos aparecen como sigue: “Yo soy el narciso de Sarón, un lirio de los valles” (Nácar Colunga 745)/ “Yo soy la rosa de Sarón , y el lirio de los valles” (Reina Valera 703)/ “Es mi amado para mí bolsita de mirra, que descansa entre mis pechos” (Nácar Colunga 745)/ “Mi amado es para mí un manojito de mirra, que reposa entre mis pechos” (Reina Valera 703).

La reescritura, aproximación, intercambio, apropiación de Pacheco de El Cantar de los Cantares se adueña de estos famosos versos de la siguiente manera: “Soy la rosa de Sarón y el lirio de los valles. Soy morena y hermosa” (17)/ “Mi amado fue haz de mirra yacente entre mis pechos” (29). Al comparar las versiones clásicas de Eloíno Nácar Fúster y Alberto Colunga Cueto, y de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, con las de José Emilio Pacheco, salta inmediatamente a la vista la economía de recursos del poeta mexicano, quien asordina en un susurro de ternura los versículos bíblicos para reterritorializarlos en una tradición de la poesía amorosa dentro de la lírica hispanoamericana contemporánea. Se omite directamente el pronombre “yo” y dice: “Soy la rosa de Sarón y el lirio de los valles”, y añade la frase: “Soy morena y hermosa” (17), tomándola prestada de otros lugares de El Cantar de los Cantares. En las dos versiones consultadas de la Biblia, antes citadas, este pasaje no sigue al de la rosa de Sarón y el lirio de los valles. Lo que hace pensar que el autor ha hecho un proceso de selección de varios pasajes clave para reescribir su propia aproximación al texto original. Al reducir la “bolsita de mirra” y el “manojito de mirra” en “haz de mirra” y al cambiar “que descansa”/”que reposa” por “yacente entre mis pechos”, el poeta busca la frase precisa para comunicar la sensualidad de la esposa o La Sulamita. El propósito de esta reescritura es el de “apropiarse de los clásicos y naturalizarlos para su tiempo… para hacer otro Cantar de los Cantares en el idioma poético de nuestros tiempos” (50), como señala el comentario de contraportada de El Cantar de los Cantares: Una aproximación de José Emilio Pacheco.

Al aproximarse a la poesía de Constantino Cavafis, José Emilio Pacheco saquea al clásico (como había hecho antes con todas las versiones de El Cantar de los Cantares a su disposición) y se apropia de una manera casi depredadora de las palabras del poeta griego, quien vivió tanto en Liverpool (Gran Bretaña) como en Alejandría (ciudad legendaria del norte de Egipto) del 29 de abril de 1863 al 29 de abril de 1933. Se vuelve sobre el mundo antiguo que tanto fascina al poeta mexicano. Contrario a El Cantar de los Cantares, donde podemos dar con las fuentes para corroborar parte del arduo proceso de apropiación, traducción, intercambio y aproximación, en Una noche de Constantino Cavafis nos acercamos con ojos vírgenes al discurso poético de la primera mitad del siglo XX, de un escritor que como Fernando Pessoa publicó poco en vida, pero su obra se ha difundido a nivel internacional. Como diría Pacheco, ha sido escrita y apropiada por todos más allá de las fronteras nacionales griegas, inglesas o egipcias haciendo de Cavafis un poeta de todos sus lectores. Con ojos vírgenes, digo, porque no necesitamos las fuentes originales de las cuales se apropió Pacheco para transcribir en su propio lenguaje poético, el del poeta griego, corroborando que el hoy (los poemas de Cavafis en palabras de Pacheco) son resultado del ayer (los originales de Cavafis), no importa cuán remoto sea porque es también el resultado de nuestros días. Y en estas apropiaciones, Pacheco hace mucho más contemporáneo a Cavafis en nuestra lengua española del siglo XXI.

Tomemos como ejemplo “El rey Demetrio”:

No como un rey sino como un actor,

se puso un manto gris en vez de la túnica real

y secretamente escapó.

Plutarco, Vida de Demetrio


Cuando los macedonios lo abandonaron

y demostraron que preferían a Pirro,

el noble rey Demetrio no se portó —dijeron—

como un rey para nada.

Se despojó de su manto de oro,

se quitó las sandalias purpúreas

y rápidamente se vistió

con ropajes comunes y se fue

—como el actor que terminada la obra

se cambia y se limita a marcharse. (43)

“Al fin que tarde o temprano el hoy es siempre resultado de aquello que nos antecede” (11), nos dice Minerva Margarita Villarreal, quien edita Una noche de Constantino Cavafis: Aproximación de José Emilio Pacheco (2011) para la Universidad Autónoma de Nuevo León en Monterrey, México. Y con estas palabras sienta la pauta para ver cómo la lectura que hace Pacheco al reescribir a Cavafis es una manera de continuidad a la que se refería T.S. Eliot, a cómo los escritores son producto de una tradición que les precede. ¿Hasta qué punto en sus Aproximaciones el poeta José Emilio Pacheco nos entrega aquellos poetas que le han enseñado el oficio de escribir poesía al leerlos?

El tono de los poemas de Cavafis se muestra en el desencanto del rey Demetrio al tomar la túnica de actor abandonando su manto de oro, en el momento de la derrota frente a Pirro, favorito de los macedonios. La manera en que Plutarco narra la huida de Demetrio en su Vida de Demetrio, en el epígrafe del poema que nos describe, es un subtexto que usa Cavafis y Pacheco continúa en su aproximación. Es como si se tratara de un texto dentro de otro, el de Plutarco que cita Cavafis para dar paso a su poema, y Pacheco se apropia de ambos para su “traducción de una traducción”, hasta llegar a la total apropiación de “El rey Demetrio”, ahora reescrito por el poeta mexicano en sus propios parámetros. Hay un desinfle de la figura del rey en un actor que ha representado el papel de rey, y abandona el campo de batalla como un simple súbdito más, que opta por cambiarse y marcharse. En palabras de Plutarco, lo hace “secretamente” (53), pero en el poema de Cavafis, aproximado por Pacheco, es más impactante al acto despreocupado de quitarse “las sandalias purpúreas” (53) y vestirse de manera rápida con “ropajes comunes” (53) y marcharse.

Ese inevitable destino o desastre inminente se ve muy bien ilustrado en el poema “El rey Demetrio” así como en “Un viejo”, donde es materia esencial de una certeza, la de la vejez solitaria del envejeciente que llega a “la sala interior de un ruidoso café” (53) en el cual “toma asiento y se encorva a la mesa” (53). Todo el poema es una reflexión, como en “El rey Demetrio”, del momento en que cesa la batalla de la vida (literal en el primer poema y metafórica en el segundo). “Un viejo” relata el momento en que un hombre toma asiento y lee el periódico en un café “ruidoso” (53), pero a la vez piensa en su edad y en todas las cosas que le han pasado a lo largo de los años porque ahora “se sabe muy envejecido” (53). Sin embargo, en su momento “tuvo vigor, apostura y destreza verbal” (53) y “su juventud parece ayer” (53). Ya se le ha hecho tarde al personaje, así como al rey Demetrio, finalmente “cabecea” (53) y “queda dormido/sobre la mesa del café” (53).

Éste es tal vez uno de los mejores ejemplos de las aproximaciones pachequianas. No sólo es un poema que pudo haber escrito originalmente Pacheco, por su gran preocupación con el Tiempo y su paso inexorable sobre la vida del anciano, sino también por el coloquialismo del lenguaje poético contemporáneo. Esa “idea de la conversación en la prosa” de la que habla T.S. Eliot se aúna a toda una reflexión sobre la “poesía exteriorista” de Ernesto Cardenal o lo que el mismo Pacheco llama la “conquista del habla común, esta colonización del lenguaje oral” (Carrillo Juárez 36-40). Jaime Alazraki llamó a este procedimiento el “poeta cronista de su época”, refiriéndose a las Odas elementales de Pablo Neruda (Carrillo Juárez 35). Carmen Dolores Carrillo Jiménez resume estas ideas en su libro El mar de la noche: Intertextualidad y apropiación en la poesía de José Emilio Pacheco de la siguiente manera: “El coloquialismo o realismo coloquial es la tradición poética que Pacheco asume para, desde la forma, mostrar la poesía inmersa en el devenir histórico y en los cambios de la propia lengua...” (42). Esto es lo que en su momento llamé, siguiendo a Robert Lewis, el lugar de la unidad ideológico cultural que convoca cada poema, y lo que aquí denomino una poesía de las cosas que se transparenta en un lenguaje directo en la poesía de José Emilio Pacheco, y su acto de prestarle la voz a las voces subalternas que emergen de su discurso poético.

El lenguaje de Cavafis le sirve a Pacheco para retrotraer el poema al asunto mexicano de la metáfora de la catástrofe que desarrollara antes en Miro la tierra (1986) con motivo del terremoto de 1985 en la ciudad de México. La tragedia de los personajes griegos es paralela a la tragedia mexicana de las voces subalternas y marginadas de nuestros días. Como bien decía Minerva Margarita Villareal: “el hoy es siempre resultado de aquello que nos antecede, no importa cuán remoto sea o negado esté; pero también el allá y entonces puede ser consecuencia de nuestros días” (11).

Al final del día, se trata de leer y escuchar tanto a El Cantar de los Cantares atribuido al rey Salomón como Una noche de Constantino Cavafis en las palabras y la voz de José Emilio Pacheco, a la manera como los boleristas se apropian de los boleros en infinitas versiones según cada intérprete. En las palabras del poeta: “A partir de poemas en otras lenguas quise hacer poemas en la mía”, palabras que en su adolescencia le enseñaran sus maestros Octavio Paz y Jaime García Terrés (Aproximaciones 5).


Obras Citadas


Carrillo Suárez, Carmen Dolores. El mar de la noche: intertextualidad y apropiación en la poesía de José Emilio Pacheco.

México: Ediciones y Gráficos Eón: Universidad del Claustro de Sor Juana, 2009. Impreso.

_______________________________. “La traducción poética para José Emilio Pacheco: Bajo la luz del haiku”.                                  Revista de Literatura Mexicana Contemporánea 11.25 (2005): 35-42. Impreso.

Eliot, T.S. “Tradition and Individual Talent”. Consulta en línea:

http://www.poetryfoundation.org/learning/essay/237868.

Friis, Ronald J. José Emilio Pacheco and the Poets of the Shadows. Londres:         

Lewisburg Bucknell U P, 2001. Impreso.

Gordon, Samuel. “Los poetas ya no cantan, ahora hablan: Aproximaciones a la poesía de José Emilio Pacheco”.

Revista Iberoamericana 56.150 (enero-marzo 1990): 255-266. Impreso.

Nácar Fúster, Eloíno y Colunga Cueto, Alberto. “Cantar de los Cantares”.            

Sagrada biblia. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1976. 744-749.            

Impreso.

Pacheco, José Emilio. Aproximaciones. Compilación de Miguel Ángel Flores.            

México: Penélope, 1984. Impreso.

___________________. El cantar de los cantares: Una aproximación de José Emilio Pacheco. México:

Ediciones Era: El Colegio Nacional, 2009. Impreso.

__________________. Tarde o temprano. México: Fondo de Cultura Económica, 1980.

Impreso.

___________________. Tarde o temprano. México: Fondo de Cultura Económica,

2000. Impreso.

___________________. Tarde o temprano. México: Fondo de Cultura Económica,

2004. Impreso.

___________________. Una noche de Constantino Cavafis: Aproximación de José Emilio Pacheco. Prólogo de Minerva Margarita Villarreal.

Monterrey: Universidad Autónoma de Nuevo León, 2011. Impreso.

Reina, Casiodoro de y Valera, Cipriano de. “El Cantar de los Cantares de Salomón”. La santa biblia. Dallas: Asociación     Bíblica Internacional,

1977. 703-708. Impreso.

Rodríguez, Juan Carlos. “La lucha por re-escribir: las poéticas de José Emilio Pacheco (O cómo hablar en plata sin que las palabras se vendan por oro)”.

Álabe 4 (diciembre 2011). Consulta en línea el 15 de octubre de 2013:          www.ual.es/alabe.

Ruiz Pérez, Ignacio. “Readings, Homage and Desecrations. Toward a Critical Poetry: Eduardo Lizalde, Gabriel Zaid, José Carlos Becerra and José Emilio          Pacheco”. Bulletin of Hispanic Studies 85 (2008): 551-559. Impreso.

San Juan, Jr., Epifanio. Beyond Postcolonial Theory. Nueva York: St. Martin’s P, 1998.

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Young, Robert J.C. Postcolonialism: A Very Short Introduction. New York:            

Oxford University Press, 2003. Impreso.