Lejos de pensar que hemos llegado al final del camino, me parece que lo correcto sería reflexionar que tan solo estamos en un punto del camino el cual debemos de transitar. No se trata de un momento fácil. Se trata por el contrario de un momento donde, y bajo los vínculos existentes con los EE.UU, podríamos reexaminar en este momento los parámetros políticos de dicha relación y explorar de esta forma, que otras alternativas tenemos. Lo importante de la crisis económica es afirmar, que de momento se nos han cerrado los accesos a los múltiples mercados de inversionistas-prestamistas llamados bonistas. ¿Pero se nos cerró el mercado a los inversionistas de América Latina, Europa, o Asia? No.

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Aunque tarde, el Gobierno de los EE. UU., por vía del Departamento de Estado y su secretario John Kerry, ha ido reaccionando consistentemente en contra de la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que se realizó en Cuba del 28 al 29 de enero de este año.

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En la llamada Declaración de la Habana 2014 de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (Celac) de los 82 puntos que consta dicho documento, hay dos que merecen ser analizados para explicar el sentido, o visión de la justicia de dicha organización. En particular, en relación a la postura adoptada por los países miembros en torno al narcotráfico y la llamada “guerra contra las drogas, de una parte; y de otra parte, en lo referente a cooperar con las políticas de criminalización y vigilancia que provienen de los países del “norte”. En este sentido, y de forma más directa, se trata de las directrices que vienen de los EE.UU., y las cuales los países miembros de la Celac, deberían acoger.

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En el día de ayer inició la jornada de la II Cumbre de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (CELAC). La misma representa uno de los eventos más importantes del continente, pues en la misma, se reúnen los 33 estados de todo el "Sur” desde México hasta Argentina, incluyendo a todo el Caribe. Ahora bien, los grandes excluidos son Canadá, los EE.UU. y Puerto Rico. No obstante, en su alocución original, Cuba, como presidente pro-tempore de la CELAC, a través de su jefe de estado Raúl Castro, indicó que dicha comunidad de estados no estaría plenamente representada hasta que Puerto Rico no fuera incorporado.

La inclusión de Puerto Rico, desde la lógica de varios países miembros de la CELAC, incluyendo de forma prominente a Cuba y Panamá, no es tan fácil. Esto se debe a que una de las razones de la CELAC es la incorporación de estados soberanos. En la medida que Puerto Rico carece de dicho estatus, se hace difícil la invitación. Por otro lado, también ha faltado la voluntad del gobierno de Puerto Rico de decir si le interesa o no entrar a la CELAC. Una expresión aunque tibia del gobierno de Puerto Rico sería útil para explorar las dimensiones de entrar o no a la CELAC.

No obstante reconociendo que no hay espacio para darle la silla 34 a Puerto Rico, lo más importante del evento es reconocer que se discutió al más alto nivel el caso de Puerto Rico. Más aún que el secretario de estado de los EE.UU, John Kerry, tuvo que intervenir directamente con varios países para bloquear la entrada simbólica de Puerto Rico.

Nos parece que es el futuro el que trae un horizonte distinto. Desde esa perspectiva, Puerto Rico, los que hemos luchado por la inclusión de la isla en la CELAC debemos pensar que se cumplió el primer paso. A partir de ahora, solo la desobediencia civil nacional e internacional, como a su vez la continua presión sobre la comunidad regional, crearán las condiciones para la eventual presencia de Puerto Rico en dicho foro continental.

Que nadie se rinda. Es un tiempo de celebrar que en el primer round de la pelea, todos los miembros del jurado nos dieron los puntos a nosotros. Ahora quedan 11 rounds, y hay que seguir peleando. ¡Que venga la celebración!



Nos seguimos preguntando si el modelo de democracia que nos ofrece el territorio colonial de Puerto Rico es el que deseamos todos y todas como boricuas. Esto lo preguntamos en el contexto del gobierno oficialista del Partido Popular Democrático, el cual advino al poder político el pasado 6 de noviembre de 2012, y juramentaron el término el 2 de enero de 2013. Luego de un año, ¿tenemos una mejor vida democrática entre estado y los ciudadanos? Presumo que la contestación dependerá de cada quién, dónde se inserte en el proceso político de la isla. No obstante, para algunos indicadores hay que ser un tanto más objetivo, y examinar indicadores particulares en torno a la democracia en general y democracia participativa en particular.

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