No sin alegría, aunque con mucha cautela en no abrigar falsas esperanzas, hemos recibido la noticia del inicio de una tregua en el conflicto armado que en los pasados cinco años azota al pueblo sirio. Bajo términos que no han sido hechos públicos en su totalidad, y claro, por lo mismo se especula demasiado sobre que los portavoces de los gobiernos de Estados Unidos y la Federación Rusa han anunciado el cese provisional de hostilidades entre las diversas facciones que hoy se enfrentan al gobierno sirio y sus aliados en la guerra civil interna que vive el país a raíz del azuzamiento de los gobiernos de la Unión Europea y Estados Unidos contra el gobierno constitucional sirio encabezado por el Presidente Bashar al- Asaad.
Desde hace ya varias décadas, las potencias occidentales tienen puesta la mirilla apuntando en dirección al derrocamiento del gobierno legítimamente electo en Siria. Primero fue víctima de intentos de destrucción del Estado sirio el padre del actual presidente, cuando Estados Unidos pasó a calificar al gobierno sirio como uno de los ¨ejes del mal¨ en la región del Medio Oriente y más adelante, con el actual gobierno. Para ello ha sido instrumental Israel y Arabia Saudita, al los cuales se les suman otros países de la región como son el Reino de Jordania, Egipto, los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, y otros Estados y gobiernos musulmanes afines a los intereses de la Unión Europea y estadounidense en la región.